Habitación #103

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Los Mugiwara se adentraron en la isla rápidamente, tenían sólo unas horas para regresar al barco antes de que anocheciera y querían disfrutarlo al máximo. Luffy, sin embargo, no parecía estar tan entusiasmado, cosa que la navegante notó.

-Luffy, ¿te sucede algo?

-Es que... Mi estómago...- Su estómago rugió por el hambre.

-Aún no estás satisfecho, ¿verdad?

-No...

Nami soltó un suspiro leve.

-Ahh, no tienes remedio. Venga, vamos a comer algo.

-¿No quieres hacer tus compras primero?

-No, te necesito con ánimo para cargar mis bolsas.

Luffy rió por el interesado, pero acertado comentario. -¡Meshi!- gritó, y tomó a la navegante de la mano, dejando que ella dirigiera el trayecto.

-Por un momento creí que me sacarías volando a alguna parte.

Los dos enamorados caminaron tranquilamente hasta divisar un sitio para comer. Era un bar-cafetería, ambos entraron y se sentaron en la barra. Luffy pidió algo de carne, no demasiada, y Nami pidió solamente un coctel, Sanji siempre se preocupaba porque sus señoritas comieran bien y estaba satisfecha.

-Luffy, ¿Estás seguro que estás bien? No hay casi nada en tu plato comparado con lo que usualmente comes.

-Tranquila, no te haré gastar muchos berris.

-¿Quién eres y qué hiciste con mi capitán?

-Shi, shi, shi -Se rió el otra vez.- No quiero deberte más dinero. Además estoy ahorrando para comprarme algo.

Nami estaba estupefacta. -"¿Luffy ahorrando?"- pensó, y comenzó a beberse su coctel.

-¿Estás seguro que no estás enfermo?- volvió a preguntar, tocando la frente de su compañero para ver si tenía fiebre.

-No, tranquilízate, estoy bien. - Respondió él.- Gracias por preocuparte por mí.

El capitán besó a su navegante en la mejilla, haciendo que ésta se sonrojara levemente. Luego de terminar, ambos fueron a hacer las compras. Nami vio una camisa rojo vino que pensó que le quedaría perfecta al chico. 

-Toma, pruébatela.

-No es necesario, no estoy interes-

-Es un regalo- interrumpió ella.

Luffy se quedó pensativo y al final accedió.

-De acuerdo, pero yo te compraré algo también.

En la siguiente tienda, Luffy vio un vestido en un maniquí. Era corto, de rayas azules y blancas, ancho y de tirantes finos. No lo pensó dos veces y lo tomó. La navegante, que se encontraba convenciendo al dependiente de que le diera un 90% de descuento, se sorprendió al verlo llegar con el vestido en la mano.

-Quiero comprarlo, por favor- dijo al dependendiente, y procedió a pagar.

-¡Quiero un descuento para eso tambien, estamos juntos!

-Pero señorita, eso nos ocasionaría muchas pérdidas.

-85%, o si no iré a comprar a la tienda de al lado. - regateaba ella.

-Esta bien- accedió finalmente el vendedor, no tan satisfecho. 

Los dos salieron de allí con casi la mitad de la tienda en bolsas, que Luffy cargaba feliz, ver a su pareja sonreir lo hacía sentirse bien. La noche llegó y, de pronto, comenzó una lluvia estruendosa, así que tuvieron que entrar a un pequeño hotel para resguardarse de la lluvia, era el único sitio cercano. Esperaron que la lluvia cesara, pero desafortunadamente no fue así, la tormenta empeoró y tuvieron que quedarse en el hotel.

-Andaba tan distraída que no me dio tiempo a predecir que llovería, tendremos que quedarnos- dijo ella, indicándole a su compañero que entraran al lugar.

Se dirigieron a la recepción para reservar y una chica de pelo negro y gafas los atendió.

-Hola, Queremos una habitación- se adelantó Luffy, en verdad se estaba esforzando por impresionar a Nami y quería parecer más un hombre. Se acordó de cuando le decía a Shanks que era un hombre y sonrió.

-Por supuesto, permítanme registrarlos. ¿Su nombre?

-¡Yo soy Monkey D. Luffy, el hombre que se convertirá en el-

-¡Lucy! Su nombre es Lucy- dijo ella, tapándole la boca para evitar que metiera la pata.

-De acuerdo, Lucy. ¿Puedo preguntar si la señorita es su novia?

-¿Eh? ¿Novia?- preguntó el confundido sin entender a qué se refería.

-Disculpe la indiscreción, lo pregunto porque veo que están tomados de la mano y tenemos un descuento especial para parejas. -Respondió ella dulcemente.

-Ah, se refiere a si somos pareja. Entonces, sí, ella es mi novia- dijo, con una gran sonrisa en el rostro.

Nami no pudo evitar sonrojarse otra vez.

-Perfecto, su habitación es la 103. ¿Cuántas noches se quedarán?

-Solo una.

-Entendido. Aquí están sus llaves. Permítanme recomendarles cenar en el "Le paradis", es nuestro restaurante que esta en la terraza. Si van antes de las 8 el postre es cortesía de la casa.

-Muchas gracias.

Estando ya en la habitación, Nami utilizó el Den Den Mushi para contactar a sus amigos. No tardaron en contestar.

-¿Robin?

-Si, soy yo. ¿Donde están? Ya es un poco tarde.

-Como verás, hay una tormenta muy fuerte, tuvimos que quedarnos en un hotel. Volveremos mañana temprano.

-Entiendo, disfruten la noche- dijo Robin con picardía, nadie más entendió aparte de ella y Zoro.

-¡Claro que sí!- dijo Luffy, inocentemente.

Luego de colgar, Nami miró la hora y vio que eran las 6:30. Todavía tenían tiempo para ir a cenar.

-De acuerdo, Luffy, tomaré un baño, si nos damos prisa podemos llegar a las 7 al restaurante.

-¡Bien!

Cuando la pelirroja salió del baño encontró el vestido que le había comprado su capitán unas horas antes, al lado de la camisa que ella le compró a él. Sonrió y se lo puso, con unas zapatillas sin tacón. El vestido era sencillo, así que se hizo una trenza en el pelo. Para cuando terminó Luffy ya se estaba vistiendo. Se puso su camisa con sus típicos pantalones, y abrazó a Nami por la espalda.

-Estás muy linda, Nami.

-Gracias- dijo ella, y su cara se fue tornando cada vez más roja cuando el chico le dió un beso en el cuello.

-Mmm.. Basta, Luffy, harás que no quiera ir a cenar.

-¡Eso no! ¡Vámonos!

Shambles (Zorobin) (LuNa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora