Law quiere jugar con Robin, pero le saldrá el tiro por la culata... un poco. Accidentalmente, Zoro y Robin quedarán con sus cuerpos intercambiados, desencadenando una serie de sucesos interesantes y picantes, mientras que Luffy y Nami descubrirán su...
-¡Lo que faltaba! – gritó Nami exasperada. – Como si no fuera suficiente con Stussy rondando por ahí.
-¿El payaso?
-¡¿Por qué rayos nunca recuerdas mi nombre, bastardo?! ¡Yo soy Buggy, el payaso!
-Escucha, narizudo, ahora mismo no tenemos tiempo de ponernos a pelear contigo, quítate de en medio ya. – dijo Nami, decidida.
-¡Claro que no! ¿Irme así sin más, dejando mi oportunidad de por fin desquitarme las que Mugiwara me hizo? ¡No estoy tan loco todavía!
-¡¡QUÍTATE YA!! – le gritó Nami hecha una furia, lo único que quería era salir de allí lo más pronto posible. Lo golpeó y salió de allí, arrastrando a Luffy de la mejilla.
-¡Adios!- le gritó Luffy, sonriendo como si se tratase de un amigo.
-¡Espera, maldito Mugiwara! ¡No he acabado contigo aún!
Buggy lanzó un cuchillo, pero Nami logró esquivarlo. Salieron al salón principal y comenzaron a bailar de nuevo como si nada hubiera pasado. Robin y Zoro se encontraron allí con ellos y ambas parejas contaron lo que les sucedió.
-Tenemos que salir de aquí cuanto antes, hay demasiadas personas peligrosas. Pensé que al ser una fiesta organizada por personas del bajo mundo sería mucho más discreto, pero no es así. Es muy obvio lo que están haciendo aquí y mucha gente nos conoce. –Advirtió Zoro.
-Zoro tiene razón, es peligroso para nosotros estar aquí. Hemos conseguido mucha información de la gente que está aquí y el negocio que están realizando, y si ustedes dicen que esa mujer del CP0 está aquí, no veo mucha necesidad de que Smoker haga algo. – Secundó Robin.
-¡Pero la comida es deliciosa! ¡No me quiero ir!
-¡Idiota, Sanji te puede dar toda la comida que quieras! ¿No entiendes lo peligroso que es este lugar? Hay demasiada gente que nos conoce, sean débiles o fuertes, no podemos manejarlo. – le regañó Nami.
-De acuerdo... – Dijo Luffy de mala gana, ya que sus intenciones claramente eran otras. – Pero me dejarán comer una ronda más.
Nami suspiró y no le quedó más remedio que acceder. Acompañó a Luffy y, mientras ellos volvían, Zoro y Robin se fueron a un lugar donde nadie los viera para llamar a Smoker.
-¿Sí? – respondió el Vice-almirante.
-Nos tenemos que ir, Humitos. Hay demasiada gente con la que no podemos. Varios nos han reconocido. – le dijo Zoro sin rodeos.
-Eso significa que no lo están haciendo con agentes infiltrados, como siempre solían hacer... No puede ser, si es así entonces Tashigi está en peligro.
-No vemos la necesidad de esta investigación. Una mujer del CP0 está aquí. Creo que se llama Stussy. –dijo la arqueóloga.
-¿Esos bastardos están ahí? ¡Con más razón quiero obtener pruebas! ¡El CP0 es una organización corrupta, ellos no ayudarán en nada! Les convienen los negocios de tráfico de armas y la venta de esclavos, ¿por qué creen que la marina no se inmiscuye en esos asuntos? ¡Ellos se benefician de todo y reciben dinero sucio! Pero si yo puedo mostrarle a la gente lo que se esconde, tal vez una parte de la Justicia con la que se intentó crear la Marina pueda ser recuperada.
-Todo eso se oye muy bien, pero no es asunto nuestro. Te sugiero que busques a otra persona para que haga este trabajo. Al fin y al cabo, nosotros somos piratas.
-Tienes razón, Roronoa. Al parecer esto será más difícil de lo que pensé. Escuchen, me llegó una información de que están vendiendo algo muy peligroso, pero no sé qué es ni quién lo vende. Harán una subasta. Si pudieran averiguarlo sería perfecto, un nombre clave será suficiente. Si no pueden, está bien, pero necesito que saquen a Tashigi de ahí. Si no la han reconocido aún es probable que lo hagan.
-Entiendo, eso haremos. – dijo Robin, y colgó.
Los cuatro Mugiwara bajaron al primer piso para encontrarse con Tashigi y la pusieron al tanto de situación. Ella salió de la fiesta antes de que alguien la viera, pero se quedó cerca por si algo ocurría. Volvieron a subir, y trataron de cambiarse el peinado para que fuera más difícil reconocerlos. Se mantuvieron juntos y trataban de pasar desapercibidos, pero con Luffy estaba demás decir que era una tarea casi imposible.
-¡Atención todos! ¡En dos minutos tendremos la subasta, y luego de eso la gran rifa de un millón de berris!
A Nami se le pusieron los ojos como dos símbolos de dinero y comenzó a apresurar a los chicos.
-¡Vamos, veamos la subasta! Obtengamos esa información, y luego, mi dinero.
-No tienes remedio. – dijo Zoro, con el ceño fruncido.
Al entrar al salón de subastas, se colocaron en una esquina para pasar desapercibidos. Estaban subastando un arma extraña. Robin supo qué era en seguida.
-Ese es... ¡Es el cañón del apocalipsis!- dijo Robin anonadada, no podía creer lo que sus ojos estaban viendo.
-Robin, ¿qué sucede?
-Esa arma es excesivamente peligrosa... Es el arma que destruyó Ohara... ¡Tenemos que evitar que alguien más la use, hay que destruirla!
-Cálmate, Robin. -Le dijo Zoro, intentando tranquilizarla. El ver el objeto que había causado la muerte de todos sus parientes la dejó en shock emocional instantáneo. - No permitiremos que ese aparato le haga daño a alguien más, pero por ahora debemos mantener un perfil bajo si queremos salir de aquí con vida.
-Tienes razón, Kenshin-san, lo siento. Es que... Me trae demasiados malos recuerdos. Si es posible, quiero destruirla con mis propias manos.
-Y así será, lo prometo. Pero debes estar tranquila, ¿si?
-Si. -Respondió ella con una sonrisa discreta.
Casi iban a anunciar al ganador de la rifa del millón de Berries. Todos estaban tan distraídos que no se dieron cuenta de cuándo el capitán se apartó de ellos, detrás de una carne atada a un hilo.
-Ese delicioso pedazo de carne... ¡Tiene que ser mío!
Después de correr por el largo pasillo, Luffy se cansó de correr y se lanzó a la caza en el momento que creyó perfecto. Aterrizó en el duro suelo, atrapando el filete en sus manos.
-¡Sí! ¡Apuesto a que es tan deliciosa como se ve! Mmm... ¿para qué será este botón? Lo presioné con mi cuerpo sin querer...
-Y entonces, todo explotó.
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**************** ¡No me maten por favor! Lo siento muchísimo por la tardanza, ya me habían escrito varias veces y yo no había podido publicar, la verdad es que he tenido un montón de complicaciones que no les voy a explicar para no aburrirlos. El punto es que de verdad lo lamento mucho, no había terminado el capítulo y me faltó el tiempo. Pero ya se los traje, espero bajen sus tridentes y detengan la turba furiosa (😂 Qué dramática... Pero en serio, no me maten 😰😅). Ya estaré publicando los caps con mayor frecuencia. Los quiero, gracias por seguir aquí conmigo! 💖💖💖
