La gota que derramó el vaso

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 —¡¿Quién diablos eres y qué es lo que buscas de mí y mi esposo?!

—Ja, según recuerdo de las noticias, no se llegaron a casar, es esposo tuyo sólo en tu imaginación. Mira, seré clara contigo. Ni el cocinero ni tú me interesan en lo absoluto, mi objetivo es alguien más de su tripulación. Sin embargo, necesito de tu peculiar fruta del diablo para llevar a cabo mi plan. Fue bastante difícil encontrarte, tuviste que esconderte muy bien de tu madre, ¿no, Pudding? No es para menos, después del lío que causaron los Mugiwara en Whole Cake... Pero por fin te encontré, y ahora me vas a ayudar, quieras o no. El destino de tu cocinero está en tus manos.

—¡Déjame en paz! ¡No me interesa ese idiota! Además, ¿qué me asegura que eres lo bastante fuerte para derrotarlos? ¡Ellos fueron capaz de poner el país de un yonkou de cabeza, ¿crees que podrás contra ellos fácilmente?!

—Claro que no, cariño. Para eso existen los planes, ¿no crees? Con la suficiente estrategia, nada es imposible. ¿Quieres ver si soy fuerte? Mira mi cartel de recompensa. Nadie ni siquiera sabe mi nombre real. 

Pudding se encontraba amarrada a una silla. Midori le mostró un cartel en el que ponía $900,000,000 berries. El apodo decía "Demonio errante", con una foto no muy clara, puesto que siempre llevaba una capucha.

—Mis hermanos tienen recompensas mejores y Mugiwara pudo burlar su seguridad. No eres especial.

—No, tal vez no. Pero, como parece que no vas a cooperar, me aseguraré de que lo hagas. Mira, aquí tienes un den-den mushi de video, puedes ver que estoy vigilando al cocinero del amor desde hace mucho, sé a qué hora se levanta y se acuesta. Sé las horas en las que cocina y las horas en las que entrena, las horas que le dedica a las chicas del barco... ¡Incluso las horas en las que se pone a ver sus revistas porno! Lo tengo todo cubierto. Y si necesitas una motivación, aquí la tienes.

Midori le lanzó una daga a pudding, que se le clavó en el brazo. De repente, la chica de tres ojos comenzó a debilitarse.

—¡Maldita! ¡Es kairoseki, ¿no?! 

—Si no lo fuera, no lograría someterte, ¿no crees? No te preocupes. Lo que quiero que hagas será rápido. Ya verás, te demostraré que puedo convencerte fácilmente de hacer lo que te digo.

—¡Ni en tus mejores sueños te ayudaría!


Al día siguiente, varios miembros de la tripulación se levantaban, temprano, como de costumbre. Sanji se preparaba para hacer el desayuno, y Nami se cambiaba para salir a comenzar con sus tareas diarias. Robin, por otro lado, hacía rato que se había levantado, dejando al espadachín en el quinto sueño. Estaba inmersa en su lectura, cuando escuchó alguien acercándose.

—Buenos días, Robin-san. ¿Cómo amaneciste?

—Muy bien, Milo, gracias. Vaya, ese golpe se ve mucho peor. Deberías decirle a Chopper que te de algún anti-inflamatorio. Me siento muy apenada de que Zoro te hiciera eso, a veces es demasiado impulsivo— respondió la arqueóloga, mientras volteaba el rostro del hombre con anteojos, examinando el moretón en su pómulo izquierdo.

—¿Zoro-san me hizo esto? ¿Entonces sabes cómo me pasó? Me levanté esta mañana en el consultorio de Chopper-san, con dolor en la espalda también, pensé que tal vez me caí de la silla mientras dormía. No tengo ni idea de qué sucedió, ¿podrías decirme?

—Justamente quería tener una conversación contigo, y eso forma parte de lo que quería tratar— Robin lo miró con seriedad, por lo que el hombre se asustó.

—Hablar... ¿Conmigo? ¿De qué quieres hablar? ¿Acaso hice algo malo?

—Bueno, malo como tal, no, pero puede llegar a serlo— Milo puso una cara de confusión. —Verás, anoche te levantaste mientras aún dormías. ¿Estás consciente de que tienes algún tipo de sonambulismo?

Shambles (Zorobin) (LuNa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora