Shambles (Zorobin) (LuNa)

¿Ingenuidad o Inocencia?

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La noche llegó muy pronto. La verdad es que estaba cansada, y encima las ganas que traía de que Zoro me tocara eran insaciables. Para colmo, no podía decirle a Chopper que yo también había bebido. Tenía que lograr tomar un poco de ese antídoto.

Entré a mi habitación, y ahí estaba Nami. Sabía que me abordaría con preguntas de lo que pasó, pero no me imaginé que iba a ser tan directa.

– Robin, te estaba esperando. No me andaré con rodeos. ¿Qué fue lo que te hizo Torao?

– Law no me hizo nada, Nami. ¿Por qué piensas eso?

– Porque no soy tonta Robin. Sabía que me estabas mintiendo con eso del entrenamiento. Te vi llorando abrazada de Zoro.

– Entonces viste eso... – dije, por primera vez maldiciendo algo justo como el espadachín lo haría. – Maldición... yo... no quiero hablar de eso, navegante-san.

Nami pudo ver la tristeza de mis ojos. Se acercó a mi y me invitó a sentarme en la cama con ella.

– Robin, entiendo que no me quieras decir, pero debes desahogarte.

– Lo sé, pero...

– Sabes que puedes confiar en mí más que en nadie.

Me quedé callada por un segundo. Pensaba que ya me había desahogado con Zoro, pero la verdad es que necesitaba que me escuchara alguien que pudiera entenderme.

– Law... Law abusó de mi.

Nami quedó perpleja. Sus ojos estaban lo más anchos que alguna vez pudieran haber estado un par de ojos, su respiración se cortó.

– Pero... ¿cómo... cómo demonios pasó algo así?

– Esta mañana, fui a leer un libro a la biblioteca, el estaba allí. Cambió de cuerpo conmigo y me sostuvo en el suyo usando mis brazos fleur– pude notar una lágrima caer de mi ojo derecho–. Se comenzó a manosear en mi cuerpo y... ya te imaginas el resto.

Nami me abrazó fuerte. 

– No te preocupes, Nami, Zoro ha cuidado de mi – no pude evitar sonrojarme un poco–. 

– ¿Y cómo terminaste en su cuerpo?

– Cuando Law terminó conmigo, intenté salir de su cuerpo con su técnica y por error terminé cambiándonos a Zoro y a mi, entonces Law se desmayó. 

A pesar de todo esa lágrima no pasó de ser una lágrima. Había dejado que todas ellas salieran junto a Zoro.

–Me alegra que Zoro esté cuidando de ti. A pesar de lo grosero que puede ser, el te tiene aprecio.

–Si, lo sé. Ha sido muy considerado conmigo.

– Robin... ¿por qué no le has dicho a Luffy lo que sucedió?

–No, Luffy no debe saberlo. Estamos en una alianza muy importante contra Kaido. Creo que es el peor momento para buscar enemistad, y si Luffy se llega a enterar hasta se enfrentaría con Law. No quiero eso. Además, Zoro ya quiere enfrentarlo, a él no lo puedo detener... Creo que con él es más que suficiente.

– Odio admitirlo, pero tienes razón. No debemos buscar más conflictos ahora, suficiente tenemos con Big Mom y Kaido detrás de nosotros. Aún así, necesito que me prometas algo.

– ¿Qué?

– Cuando terminemos con Kaido y no haya más necesidad de una alianza, debes contárselo a Luffy. Él debe saber tarde o temprano la clase de persona que es Torao. Una violación es algo demasiado grave.