Shambles (Zorobin) (LuNa)

No es lo que parece

–"¡Maldición!" – pensé, tratando de encontrar una manera de salir de aquello que no fuera dejando que se llevaran a Robin. –"Puedo ser muy rápido, pero él puede serlo más al disparar... ¡diablos, ¿qué se supone que haga en esta situación?! La maldita bruja me matará si se la llevan."

Robin me miró, tratando de tranquilizarme. El tenía una de sus manos tapando su boca, para que no fuera a gritar. No entiendo cómo, pero pude entender lo que Robin me quiso decir con sus ojos. Me estaba pidiendo que me preparara para atacar. Rápidamente, Robin golpeó al sujeto en su entrepierna con sus manos, que tenían esposas de Kairoseki, lo cual hizo que le dolieran más. Yo me abalancé contra él y él, en su dolor, le lanzó un disparo a Robin, del cual la pude salvar con mi katana. 

  – ¡Room! ¡Shambles!

– "¿Torao? ¿Qué hace él aquí?"  

Torao cambió de sitio con el tipo, y logró quitarle las esposas a Robin.

  – ¿Torao? ¿Qué estás haciendo aquí?–  le preguntó Robin, leyendo mi mente. 

– No hay tiempo para explicaciones, Nico-ya, debemos irnos a su barco. Roronoa-ya, detén a aquel tipo.

No tenía intención de obedecer sus órdenes, pero tenía que evitar que pudieran llevársela de nuevo. Acabé con él, y nos fuimos corriendo, alejándonos de allí. Robin estaba un poco cansada, así que nos detuvimos en una fuente a beber agua. Me había acabado mi sake y estaba un poco sofocado, así que yo también bebí.

  – ¿Torao, no quieres agua? – preguntó ella.

– Ustedes no saben qué fuente es esa, ¿verdad?

– No, ¿a qué te refieres?

Él lo pensó un momento y decidió callar. 

– Olvídalo, no es nada. No tengo sed.

La verdad me pareció un poco raro, pero no le di muchas vueltas al asunto. Volvimos al barco y decidimos no decir nada de lo que había sucedido.

– ¿Por qué duraron tanto? ¡Ya estaba preocupada!– dijo Nami, enojada.

– No es nada, Nami – respondió Robin. – Nos encontramos con Torao en el camino, y supongo que el espadachín se perdió unas cuantas veces.

Decidí contener mi ira y no decir nada. Respiré profundo y me fui de allí. Es como si el mundo estuviera en mi contra, las paredes se mueven solas. ¿Es que acaso ellos no lo pueden entender?

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Robin fue a la biblioteca a leer algo, aunque antes decidió darse un baño para refrescarse y olvidarse un poco de lo que pasó. Luffy invitó a Law a quedarse y le dieron un espacio en la habitación de los chicos. El espadachín buscó algo de sake, y subió al nido del cuervo, que era su también gimnasio, a dormir un poco.

– Entonces, Torao, ¿qué haces por aquí?– preguntó Luffy, un poco curioso de su aparición.

– Mi tripulación y yo nos detuvimos aquí por provisiones y la marina nos  vio. Yo estaba separado de ellos, asi que les dije que se fueran en el submarino por el den-den mushi. Ya les indicaré que estoy aqui.

Law intentó comunicarse con sus nakama, pero al parecer no había señal.

– Es extraño... Ni modo, los contactaré en un rato.

Bueno, siéntete en casa, Torao, yo voy al baño un momento. Fue al baño de los chicos. Nami estaba allí, quería tomar una ducha, pero Robin estaba en el baño de las chicas, así que entró en ese baño. Luffy abrió la puerta apresuradamente.