Shambles (Zorobin) (LuNa)

La fuente de la lujuria

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Los tripulantes de Law llegaron al Sunny, se dirigieron al consultorio de Chopper una vez lo pisaron. 

–¿Qué le pasó al capitán? – dijo Bepo, bastante preocupado.

–Luego de un entrenamiento con Robin y Zoro simplemente cayó inconsciente. No hemos podido despertarlo.

–¿Y no has podido descubrir nada, Chopper? Me estoy cansando de estar en este cuerpo – dijo Zoro, entrando a la habitación. Robin le seguía.

–Cierto, Chopper, ¿No ha habido ningún avance? 

–¿El capitán los cambió de cuerpo? 

– Algo así – respondió Robin.

– No es mucho, pero pude descubrir que está bajo los efectos de una planta. No sé cuál es, así que no puedo descubrir cuál es el antídoto.

–Tal vez se encuentre cerca del campo de tulipanes, estábamos ahí cuando nos encontramos con él – indicó la arqueóloga.

–Mmm cierto, Zoro me dijo algo de eso. ¿Por qué no van al pueblo e investigan si alguien sabe algo? 

–Entonces vámonos ya. Quiero salir de este cuerpo cuanto antes.

–Zoro, primero me gustaría ir por mi libreta a la biblioteca. Es bueno tenerla por si tenemos que anotar algo.

–Yo la traigo por ti.

–Te acompaño. 

Zoro se acercó a la mesa para buscar la ya mencionada libreta, mientras que Robin se le acercó por detrás y le susurró algo al oído.

– Luzco muy bien con esa ropa, ¿cierto Kenshin-san?

– ¿Qué rayos es lo que te sucede mujer? Tu no eres así de intensa.

– Veo que quieres que me vea como tú. Significa que te agrado más de lo que me imaginaba.

–¡Quítate de encima ya!– gritó él, ya se estaba poniendo nervioso y no quería que aquel incidente se volviera a repetir.

– Está bien, ya no te molesto más... por ahora.

Cuando ambos iban a bajar del barco, Luffy y Nami los alcanzaron.

– Chicos, también iremos con ustedes. Estamos muy aburridos aquí y queremos ayudar.

Todos bajaron y Luffy propuso que hicieran dos equipos. Zoro se fue con Robin, como estaba planeado desde el principio, y el capitán fue con la navegante.

– Nosotros iremos al pueblo a preguntar. Ustedes vayan cerca del campo de tulipanes, dijo Robin, a lo que Nami asintió.

Luffy y Nami llegaron al campo de tulipanes.

– Waooo... ¡Esto es hermoso!–  dijo ella, sentándose en el suelo. – Luffy, ven, siéntate.

– ¿No deberíamos buscar alguien que nos diga algo de la planta?

– Está bien, sólo será una pausa de cinco minutos.

Estando los dos sentados, la pelirroja tomó su mano.

– Tienes razón, Nami, es muy lindo. – dijo él.

Se dieron un beso corto. Mirándose fijamente, ambos se recostaron, y, sin darse cuenta, se quedaron dormidos.