Shambles (Zorobin) (LuNa)

Problemas

Después de vestirse, Zoro y Robin se disponían a salir de la habitación. Robin tomó la perilla con el fin de abrirla y salir de allí, pero el haki de observación de Zoro fue más rápido.

-¡Mujer, espera!

Ella se detuvo, confusa, y lo miró con cara interrogante. -¿Qué sucede?- preguntó, y su respuesta fue una seña del espadachín con un dedo en su boca, indicándole que guardara silencio. Abrió la puerta sólo un poco, lo suficiente para ver quién se acercaba.

-Maldición, es Eustass Kid...- dijo en tono muy bajo. - ¿Qué demonios hace él aquí?

-Recuerda lo que nos dijeron, Kenshin-san. Este evento es uno de los más importantes del bajo mundo, se hace como fachada para la venta de armas y trata de esclavos. Él seguramente viene a comprar armas, y se supone que nosotros las vendemos.

-¿Nosotros?

-El mayordomo dijo que eramos los principales ingenieros de su mercancía, ¿no es así?

-Tienes razón.

-Creo que sabe que estamos aquí. Se detuvo y está hablando por el Den Den Mushi. Está mirando hacia acá.

-Esperemos, cuando se vaya podemos escapar.

-Espera, parece que se va... Se fue, salgamos de aquí pronto.

Ambos salieron sigilosamente, y fueron por el camino contrario al de Kid doblando a la derecha, encontrándose sin salida: sólo había un baño.

-Tendremos que ir con cuidado, es el único camino.- dijo el peliverde, tomando a su pareja de la mano. Zoro caminó y de repente su camino se vio dividido, había alguien en cada uno y no sabía por dónde ir. Al dar vuelta y escoger el izquierdo, chocaron de frente con Kid.

-Vaya, vaya, pero miren a quien tenemos aquí. Déjenme preguntar algo para salir de mi confusión, ¿Ustedes son los Rockbell y Mugiwara y la pelirroja son los Colliet? ¿O es al revés?

-No queremos problemas, sólo estamos de paso. - Dijo la arqueóloga, con toda la calma del mundo.

-¡Ja, ¿Qué no quieren problemas?! Se infiltran en una fiesta privada haciéndose pasar por unos ingenieros que nadie conoce, donde se encuentran las personas más poderosas y peligrosas del bajo mundo, ¿y no quieren problemas? Y encima de todo te la llevas a la habitación para follártela, que por cierto, déjame felicitarte, Roronoa, eres bastante afortunado, te quedaste con la que tiene el culo más impresionante. - Diciendo esto, mientras se relamía los labios, le apretó una de las nalgas a Robin, quién reaccionó inmediatamente dándole una cachetada.

Zoro también reaccionó al instante, no habían pasado tres segundos y Kid ya tenía una de sus espadas en el cuello.

-¡No te atrevas a tocarla de nuevo o te corto la única mano que te queda! le amenazó, sin darse cuenta de que le había hecho un corte pequeño en el antebrazo por la rapidez con la que actuó.

-¡Oye, tranquilo viejo! - Respondió Kid, con sarcasmo. -Creo que ella ya te demostró que sabe defenderse sola, ¿no es así, niña demonio? No los delataré, sino mis negocios pueden irse al caño. Aunque con el capitán que se gastan, creo que lo echaran a perder ustedes mismos -se ríe-. Aquí hay mucha gente que los conoce, fue muy tonto de su parte venir sin siquiera un disfraz... Y por cierto, de todos modos prefiero a la pelirroja... ¿Cómo es que se llama... Nami?

Kid se marchó y ambos se apresuraron en buscar a Luffy. Lo que no sabían es que el capitán y la navegante tenían sus propios problemas.

-Ahhh... Luffy...- gemía la pelirroja mientras el chico le hacía sexo oral en el baño. Ella estaba sobre un tocador grande que había mientras él le daba placer con su lengua y boca. Se corrió y haló del pelo a amante, indicándole que se colocara a su altura. Le dio un beso mientras desabrochaba sus pantalones.

-Hazlo ya, Luffy. Te necesito dentro.

-Como ordenes, mi reina. - dijo, y se introdujo en ella de una sola vez. Una vez dentro, el capitán se movía con rapidez, mientras ella lo abrazaba a la nuca con fuerza y envolvía sus pies en la espalda de su compañero para profundizar la penetración. El chico lamía su oreja y en una de sus lamidas le susurró el nombre de su tan conocia técnica.

-Gear second.

-¡Aaah-

Luffy ahogó los gritos de la chica mientras la poseía a una velocidad impresionante, haciendo que ella se retorciera y se corriera varias veces. Se detuvo y la bajó al piso, arrodillándose los dos. La puso en cuatro y volvió a entrar en ella, a una velocidad aún mayor.

-¡Mmm... Luffy! ¡Aahh!

-Ahh... Nami... Es increíble, debiste haberme enseñado de esto mucho antes.

-E-esto también es nuevo para mí... Tu gear es simplemente sensacional.. Mmm...

-Córrete... Córrete para mi...

-"Luffy... ¿qué es lo que he hecho contigo? Te he llevado a un punto sin retorno..." - pensaba ella, asombrada y con el rostro lleno de calor, y el clímax no tardó en llegar para los dos. - Me... Me corro... Ahhh...

Ambos terminaron, jadeantes, y él besaba a su compañera. Ell le mordía el labio inferior.

-¿Me quieres matar de un infarto, idiota?

-Me encanta esto, Nami. No sé mucho de nada de esto, lo poco que he escuchado no responde a muchas de las preguntas que hice, pero tú has respondido la única pregunta que nunca hice. Sea lo que sea, me ha permitido acercarme a ti.

-Eres un tonto, ¿sabías? ¿cómo es que nadie nunca te habló del sexo? ¿Nunca tuviste esas conversaciones con Ace? Los hermanos suelen hablar de sus chicas.

-Donde nos criamos no habían muchas. Y las que habían pertenecían a la villa y casi todas eran nobles, nos criamos en una montaña, con bandidos.

-"Ahora que lo pienso, si lo dice de ese modo tiene razón. ¿Cómo diablos iba a involucrarse con mujeres si nunca ha aprendido cómo ni le han enseñado." Eso explica muchas cosas.

Saliendo del baño, que por cierto, era el de las mujeres, la chica vio a alguien que se le hizo familiar a lo lejos.

-Es... ¡Es esa mujer del CP0! Fuimos muy ingenuos al venir aquí sin más, ni siquiera nos molestamos en esconder nuestras identidades. Salgamos con cuidado, Luffy.

Él asintió, con seriedad, sin tener una idea de la peligrosidad del asunto. En su mente sólo tenía una imagen: carne, mucha carne despues de un juego bastante agotador.

Fue entonces cuando alguien lo tocó en la espalda.

-¿Tú?

-¡Maldito Mugiwara! ¡Por fin te vuelvo a ver! ¡Me las pagarás de una vez por todas!