Capitulo 9 2/2

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—¡Sí! Me encantas —respondí, jubilosa.

"Así que continuó con la ardua tarea de desafanarme de ese estorbo. Me acomodó en la cama y me dijo que tal vez me dolería, que iba a tratar de hacerlo lo más suave posible. Acomodó su miembro para entrar a mi vagina; sentí un empujón muy feo adentro. Sin darme cuenta, mi cabeza fue aparar a la cabecera de la cama. Él me dijo que no me moviera; que le dijera cuando dejara de arder; mientras, me besaba muy suavecito donde podía, como si no quisiera romperme... Aunque era justo lo que estaba haciendo: romperme."

"Cuando le dije que ya no me dolía tanto, metió su pene otro poquito. Ese día se quedó quieto sobre mi cuerpo, y tiempo después supe que no eyaculó las primeras veces, mientras mi vagina sea costumbraba a su miembro. ¡Bien lindo!"

"De regreso a mi casa iba pensando: '¿Cómo se van a enterar de que ya no soy virgen?' Veía a la gente en el transporte público y decía: 'Seguramente me ven porque se dieron cuenta de que ya no soy virgen'. Bajé a todos los santos del cielo para que mi madre no fuera a cacharme. Para mi madre y para la Iglesia ya no era valiosa. ¡Había perdido la virtud y hasta el apellido!¡Zas! ¿Y ahora qué procedía? ¿Cuánto tardaría en darme cuenta? ¿Se me notaría en la cara? ¿Mis ojos me delatarían?"

"¿Por qué el pastor, su esposa, mi madre y mi 'cuñis' hacían tanto pedo con este asunto de la virginidad? ¿Por qué me aseguraban mi estancia en el infierno por esto? Recordé la escena de Mariana cuando le dijo a mi 'cuñis' que ya no era virgen. Y todo el pedo que se armó... el llanto de Mariana... el engorilamiento de mi 'cuñis', la preocupación de mi madre... Si Mariana no se hubiera casado por la virginidad perdida, segurito que su vida habría sido peor... Por un lado sentí muy rico acostarme con el ruso; por el otro, estaba angustiada, muy angustiada... Llegué a mi casa a afrontar los hechos... No tenía alternativa; mi madre estaba en la cocina. La besé en un cachete y le pregunté qué había hecho de comer. Apenas me vio, la abracé y le dije: '¿De quiénes esta mujer tan bella y tan linda?' Era puro pinche arrepentimiento. Mientras la llenaba de besos, me dijo: 'Ándale, ya siéntate a comer' .Me senté y me sirvió la comida. Tragué sin que me supiera el bocado. Estaba segura de que de un momento a otro me iba a atravesar la cara con un golpe. Con sólo verme el rostro se daría cuenta de mi cuantiosa pérdida. Si no, ¿cómo era posible que las personas hicieran tanto escándalo? Cuando dicen que alguien ya no es virgen, ¿cómo le hacen para saberlo?"

"Tendría que existir algún modo de que el mundo notara si uno es virgen o no. En mi caso, sólo que el ruso fuera a decírselo a mi mamá, y yo no lo creía capaz de una traición así. O que a mí se me ocurriera abrir la bocota... Y eso no iba a suceder. Aunque Mariana me abriera de patas, yo no iba a aceptar nada. ¡Niguas!" 

"Pero mi madre no dijo nada. Seguí comiendo, un poco más confiada. Tentando a la suerte, me atreví a decirle:"

"—¿No me notas nada raro?"

"—No —dijo después de verme el pelo, los ojos y la boca—. Nada. "Estaba angustiada. Por dentro decía: '¡Qué bueno que no se notan los besos!'"

"—¡Ah! —dije, aliviada."

"—¿Por qué? ¿Qué te hiciste? —inquirió."

"—¿Yo? ¡Nada! —dije, con actitud traviesa."

"—¿Estás jugando? —replicó."

"—Sí, mamá, estoy jugando contigo. No me hice nada."

"Me levanté de la mesa, le agradecí por la comida y le di un beso."

"Me fui al baño; al salir la oriname ardió la vagina, pero no pude gritar; no podía decir ni pío. A la hora de limpiarme vi el papel lleno de sangre. Lo escondí en las chichis; si me descuido, puta madre, me cachan. Si mi madre no se había dado cuenta al verme la cara... Esperaba en Dios que no se le ocurriera revisarme los calzones...

Yo zorra, tú niña bienWhere stories live. Discover now