Volveré, lo prometo. (FanFic Rubius y tú)

La llamada..

Habíamos llegado a la puerta de la casa de Marisa. Aparqué el coche y subimos. No era muy tarde, las 23:45 exactamente. No íbamos a estar en la calle más de las una, así que tampoco nos importó mucho volver antes.

Fuimos al salón y nos encontramos al padrastro de Marisa jugando con sus hermanos pequeños. La mayor, de 13 años, estaba jugando con la ps3; mientras que el pequeño, de 7, se quejaba de que no le dejaran jugar al fifa.

-Ya está aquí la calva.. -dijo en voz baja.

-Hola.. ¿eh? -le dijo el padrastro a ella.

-Ah si, hola. No te había visto. -dijo poniendo una sonrisa falsa.

Yo me reía ante la situación. A Marisa no le caía nada bien el marido de su madre. Le llamaba ''calva'' porque el hombre pues, está calvo. Cada vez que iba a su casa pasaba siempre igual. ''Cabezona'' pensé.

Luego nos dirigimos hacia la cocina, donde estaba la madre de Marisa.

-Hola mamá. -dijo Marisa dándole un beso en la mejilla a su madre.

-Hola Ale. -le dije saludándola

-Ui ui ui.. ¿Tú dándome un beso? .. -hizo una pausa, dejó de pelar patatas y cruzando los brazos se dirigió a nosotras. -¿Qué quieres ya?

-Verás mamá.. siéntate.

-Eso me suena a que va a ser algo gordo. -dijo la madre mirándome con una pequeña sonrisa.

Nos sentamos las tres en la mesa y Marisa empezó a contarle que nos habían ofrecido una oferta de trabajo para el verano, pero en Madrid.

-Marisa, cariño. Eso no lo veo yo muy seguro. Tienes 15 años, y tú _____, acabas de cumplir los 16.

-Mamá tengo 16.

-No Marisa, tienes 15.

-¿Y qué me queda para cumplirlos?

-Tienes 15. -le dije a Marisa. La madre tenía razón, no era algo muy seguro.

Tras estar un buen rato hablando, la madre de Marisa le dejó ir a Madrid. Pero con la condición de tener el móvil en todo momento, y de vivir en casa de su tía; una tía que tiene en Madrid.

En cierto modo estaba mucho más tranquila de que tuviéramos una ''casa'' que al menos una de las dos conociera.

Me despedí de la familia de Marisa para irnos a mi casa a probar suerte con mis padres. Ahora, era mi turno.

**

Cuando entré a casa, estaba todo oscuro. Tras apartar a los perros, llegué al salón donde estaban mis padres en el sofá viendo la tele.

-Llegas una hora y cinco minutos antes.. ¿Qué ha pasado? -me preguntó mi padre sin rodeos

-Papá, mamá. Tengo que deciros algo. -dije con la voz un tanto temblorosa.

-¿Qué pasa nena? -me dijo mi madre haciéndome hueco en el sofá entre ellos dos.

Mi padre apagó la tele y empecé a contarles todo lo ocurrido.

-¿Tú quieres ir? -me dijo mi padre rodeándome con el brazo.- Si váis a estar en la casa de la tía de Marisa, estaremos más tranquilos.

-Claro que quiero ir papá, pero no sé si va a ser peligroso.

En ese momento sonó mi teléfono. Vi que en la pantalla ponía: ''Número Desconocido''. Miré a mis padres y a Marisa. Todos asintieron con la cabeza. Cogí la llamada y puse el altavoz.

*CONVERSACIÓN TELEFÓNICA*

-¿Si? -dije algo nerviosa.

-Buenas señorita Castro. ¿Está ya todo aclarado?

-Bueno, los padres de Marisa han aceptado. Pero los míos.. -empecé a temblar. Tenía miedo; mucho miedo. -Los míos aún no sé. -logré decir.

-Entiendo. -hizo una pausa que se me hizo eterna.- ¿Y cuándo podrá saberlo señorita?

-Em.. es que.. mis padres quieren saber más datos. Piensan que puede ser peligroso.

-¿Peligroso? -dijo el hombre sorprendido.- Haha.. no tranquila. -dijo riéndose. ''¿Pero este de que va?'' pensé para mí.- Es solo un trabajo sobre la tecnología.

¿Un trabajo sobre la tecnología? De ahí puedo entender que sacara el tema de YouTube. Entonces decidí dejar de pensar que podía ser peligroso.

-¿Tecnología? -pregunté.

-Si, verá. No quise decirle nada antes porque realmente no debería hacerlo, pero entiendo que al ser menores de edad os puede costar más venir hasta Madrid. El trabajo consiste en ser miembros de Ubisoft, una empresa sobre consolas y videojuegos de nuestro país. Hay muchos otros youtubers y técnicos importantes trabajando con nosotros, y ya que vosotras sóis la sensación del momento, habíamos pensado en contrataros. ¿Qué decíis?