¿Encerrona?

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Marisa P. O. V.

¿¡QUÉÉ!? ¿Qué acaba de decir este imbécil? Traté de buscar alguna respuesta en _____, pero ella estaba tan enbobada con el chaval, y tan sorprendida cuando soltó eso, que no dio señal de poder ayudarme a resolver mis dudas. Así que tendría que resolverlas yo sola.

_____ P. O. V.

En ese momento me dio un vuelco el corazón. ''No nos vamos a volver a ver en mucho tiempo'' ¿A qué se refería?

De repente Marisa dijo aquella pregunta que me tenía encerrada en mi burbuja mental.

-¿Cómo que no nos vamos a ver en mucho tiempo? ¿Qué quieres decir?

El chico, mientras metía la marcha, sonriendo, nos miró por el retrovisor y respondió.

-Bueno, quién sabe. Quizás nos veamos más pronto de lo que imaginéis. -dijo guiñándome un ojo, pero esta vez su acción no causó ningún efecto en mí.

El resto del camino lo pasamos en silencio. Ni Marisa ni yo nos atrevimos a decir nada más. Mientras miraba por la ventana tratando de memorizar el camino de vuelta y el recorrido que llevábamos, noté como una mano se posó sobre la mía. Al girarme vi que era Marisa. Tenía los ojos llorosos. Pude ver como se reflejaba el miedo en su rostro, y a decir verdad, yo también estaba asustada. Todo parecía ser aquello que temíamos; todo parecía ser una encerrona. La abracé y dejé que se pasara todo el resto del camino llorando en mi hombro, le hacía sentir bien.

**

Apenas estuvimos 10 minutos en la carretera cuando paramos en una nave en algún polígono perdido por la ciudad, en mitad del campo, en medio de la nada. Era una gran nave blanca en la que habían muchos coches negros. ''Parecen la mafia'' pensé ''¿Qué van a hacernos? ¿Violarnos? ¿Matarnos? ¿O directamente nos van a drogar y vendernos en el comercio de la prostitución?''

No podía dejar que esos pensamientos inundaran mi mente, así que sacudí la cabeza y oí como el chico dijo:

-Bueno princesitas, ya hemos llegado. -dijo desabrochándose el cinturón y girándose hacia nosotras.- Ohh.. pero qué monas. Casi me dáis pena. Anda vamos; El Jefe os espera.

El chico salió del coche primero y nos abrió la puerta para que saliéramos. Cuando estábamos fuera del auto, vi como en la parte superior de la nave estaba el gran logo de Ubisoft. Eso me desconcertó por completo. Si todo iba a ser una encerrona, ¿para qué iban a molestarse en hacernos creer que íbamos a trabajar allí?

-Bienvenidas a casa pequeñas. -dijo el chico metiéndose entre nosotras dos y pasando sus brazos por encima de nuestros hombros.- Sé que no es muy bonito, yo también lo pensaba. Bah venga en serio no llores chica.. -dijo secándole una lágrima a Marisa.- A mí también me dio pena al principio.

Marisa le apartó la mano de su cara de un guantazo.

-Déjame en paz imbécil. Acabemos cuanto antes. -dijo dirigiéndose hacia adelante por un largo pasillo blanco.

-¡Guau, qué mal genio tiene tu amiga! -dijo acercándose de nuevo a mí rodeándome con su brazo. -Menos mal que tú eres más.. ¿sumisa?

-Déjame. -me limité a decirle apartándole el brazo de mis hombros mientras seguía a Marisa.

-Pero.. -dijo el chico quedándose atrás.- Jamás entenderé a las mujeres.

**

Estuvimos caminando por extensos pasillos llenos de puertas cerradas y paredes pintadas de un solo color; blanco. Al parecer el chico intentó de nuevo ''ser amable'' con nosotras. Idiota.

Volveré, lo prometo. (FanFic Rubius y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora