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Jueves. (Continuación)

-¿Quién mierda eres?- sabía que esto no duraría mucho.

Mire hacía mi derecha, no puede ser, ¿yo iba a convivir con esto?

-No, ¿quién mierda eres tú?.

(...)

Al frente mío tenía a una rubia con increíbles curvas, su cabello perfectamente peinado, ojos celestes e intimidantes y una postura perfecta. Llevaba una linda pollera junto con una remera que combinaba y unos zapatos de tacón muy fino, yo me hubiera quebrado un pie.

-¿Cómo acabas de hablarme?- ya me está poniendo histérica, no podría convivir con ella todos los días -Soy Fatima White, la novia de Liam.

¿Liam?

-Mira linda, primero, te hablo como quiera y segundo, no tengo puta idea de quién es ese Liam.

La rubia comenzó a reír de manera exagerada.

-Todo el mundo conoce a Liam- respondió -Pero además de eso, el vive aquí.

-Que casualidad, yo también- me levanté, aspire de mi cigarrillo y le tiré el humo en la cara, arroje el cigarro al suelo y lo apagué, me parece que no le agradó -Así que ese tal Liam es tu novio, ¿dónde está?.

-Sí, es mi novio- respondió -Tú debes ser la hija de la caza fortuna.

Sonrió sarcasticamente y estaba a punto de arrancarle cada uno de sus cabellos cuando alguien nos interrumpió.

-¿Cuántas veces tengo que decirte que no soy tu novio?.

Mi mirada se dirigió al lugar de donde provenía la voz.

Voy a desmayarme.

Al frente mío tenía a un verdadero adonis, era un chico alto, tenía una remera negra manga corta apretada al cuerpo, marcaba todos y cada uno de sus músculos y dejaba ver todos sus tatuajes, su mandíbula era cuadrada y estaba levemente apretada o eso parecía, su rostro no expresaba nada, sólo se que me dio miedo por un instante.

El musculoso de nombre Liam se iba acercando cada vez más hasta que quedó al lado de la rubia, lo que provocó que lo tenga cerca y eso tenso todo mi cuerpo, pero jamás me miró.

-Nunca dije que fuera tu novia Liam- la rubia me sacó de mis pensamientos -No se que escuchas.

Esta agachó la cabeza y yo reí.

-Que patética- lo dije por lo bajo, pero me escuchó.

-¿Qué dijiste?.

-Te dije patética- la miré desafiante y ella me respondió de la misma manera -Niegas que dijiste que eras su novia y además agachas la cabeza ¿Le tienes miedo?.

Por un momento dejé de reirme y pensé lo peor.

-¿Tú le pegas imbécil?.

Me miró por primera vez, sus ojos parecían haberse oscurecido, como si no le gustara nada lo que dije.

-¿Cómo va a pegarme?- respondió -No digas estupideces.

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