TRAFICANTES

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Domingo.

Tengo los ojos abiertos, pero no logro ver nada, estoy sentada en el suelo sobre un pedazo de tela, mis manos están atadas contra la pared, me estoy cansando de tener las manos levantadas.

Tengo miedo, no sé dónde estoy, no sé si hay alguien a mi lado pero todo el tiempo siento que alguien me observa, es terrorífico.

Afuera se escuchan gritos, se escucha a las personas correr de un lado a otro, hay muchos hombres y están alterados.

Por favor Liam, te necesito.

Narrado por Liam:

No dormí, todos mis hombres están en casa tratando de encontrar pistas, tengo personas para todo y ninguno puede encontrarla, estoy desesperado.

Thomas y su esposa, la que va a matarme están a punto de entrar por la puerta, tuve que decirles que regreses para poder contarles lo que suceden y así fue.

-¿Liam, qué es esto?- Cassandra entro a la casa junto a Thomas.

-Necesito hablar con ustedes, siganme- fuimos al estudio donde trabaja Thom.

Los dos me miraban desesperados y yo no sabía como empezar.

-HABLA DE UNA VEZ- gritó él -¿Por qué Lola no está aquí?.

Respire profundo y comencé, Cassandra ya estaba llorando y todavía no había dicho ni una palabra.

-Tengo mucho enemigos y enemigos peligrosos, uno de ellos, no sé cuál- ¿como continúo? -Uno de ellos... secuestro a Lola.

Cassandra gritó con desesperación y su esposo la abrazó.

-¿Cómo puedes tener enemigos? Eres un niño Liam- dijo Cassandra entre llantos.

-Él no es cualquier niño- dijo Thomas -Con tan solo veinte años, es uno de los mayores traficantes del país.

Abrí mis ojos a más no poder.

-¿Tú lo sabías?- pregunté.

-Claro que sí, te crié, sé todo de ti.

Cassandra en shock y secando sus lagrimas se acercó a mi.

-Si hubiera sabido esto antes jamás lo hubiera permitido, jamás te hubiera dejado estar cerca de ella, pero ahora vas a hacer todo lo posible por encontrarla y traerla conmigo y cuando lo hagas, la alejare de ti y tú la dejarás en paz.

-Con todo respeto, soy el primero que la quiere aquí y traté de alejarme de ella cuando supe que me estaba enamorando, no la quería en este mundo, pero no pude, sin ella no sé vivir y le prometo que voy a traerla, pero nadie va a alejarla de mí.

No dijo nada, solo se fue.

-No dije nada porque creí nadie podía cuidarla más que tu Liam.

-Fue lo único que intenté desde que la conozco, no sé que sucedió.

-Usa los favores que te debe la policía, usa a tus compradores, usa todo lo que puedas, pero vas a encontrarla.

-Eso haré Thomas.

Narrado por Lola:

Ya no me quedan lagrimas para seguir llorando, tengo los ojos hinchados, puedo sentirlos.

-Saquenme de aquí, por favor.

Grité como pude, tenía sed y hambre.

Unos fuertes pasos se acercaban a la puerta, podía saber cual era la puerta por la luz que se veía debajo de ésta.

Había alguien parado detrás, parecía que dudaba en entrar o no.

-¿Qué haces?- escuché decir y era una voz muy familiar, pero tal vez estoy imaginando.

-Voy a entrar, la deseo- por favor no.

-Si la tocas, te matará y yo también, dijo que no le hagamos nada.

-Te encariñaste con ella, ¿verdad? Idiota.

Las voces apenas se escuchan, pero sé quienes son, yo los conozco, no escucho perfectamente, pero creo haber escuchado antes esas voces.

-Voy a entrar, tu no me mandas.

La puerta se fue abriendo lentamente y la luz de afuera lastimó mis ojos cuando impactó mi rostro, prendió la luz y pude ver a un hombre encapuchado acercándose a mi.

-No me hagas nada- suplique.

-Me gusta que me supliques- su voz estaba distorcionada, debe tener algún aparato.

Comenzó a acariciar mi rostro y yo trataba de alejarme.

-No me toques.

-¿Qué te toque te molesta? Todavía no te toqué como quiero.

-Eres un cobarde- dije -Muestra tu cara.

-Ya vas a verlo preciosa.

Se levantó y se fue, dejandome en plena oscuridad otra vez.

-COBARDE- grité.

Yo soy la cobarde, estoy muriendo de miedo, ven a buscarme Liam, ya no puedo más.