Picnic

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-¿Puedo preguntar dónde será tu cita?- pregunté saliendo del auto.

-Aún no sé a dónde llevarla- contestó él cerrando su puerta.

-Puedes llevarla a un restaurante, o si no quieres gastar mucho dinero puedes hacer un picnic...Me gusta la idea del picnic, es más íntimo y romántico- sugerí.

-Ya pensaré a donde llevarla. Pero gracias por tus sugerencias- contestó caminando hacia mí. -Rose, ¿todas tus faldas son así de largas?- preguntó mirando fijamente la falda que estaba a un dedo encima de la rodilla.

-Sí- contesté haciendo lo mismo. Él suspiró y se acercó a mí.

-A veces debes ser un poco atrevida para hacerte notar- subió la falda desde mi cintura hasta debajo de mis pechos, haciendo que mostrara más mis piernas. -Muestra más tus piernas, Mark y otros chicos desearan estar entre ellas al verlas mejor- comentó haciendome sonrojar. -Vamos. -Entramos juntos al centro comercial, entramos a varias tiendas de ropa masculina, pero no encontramos nada. Así que optamos por una tienda regular, dónde había ropa tanto para mujeres como para hombres.

-¿Enserio no tienes una idea de a dónde llevarla? Sería mucho más fácil encontrar ropa así. Si van a un restaurante, entonces compras algo elegante, si van de picnic puedes usar algo más cómodo. Si van a la playa entonces compras un bañador.

-Pensé llevarla a un lugar apartado, dónde pueda distraerse.

-Entonces un picnic en un área apartada y van a caminar un rato.

-¿Te gustan los picnics?- preguntó al ver mi insistencia.

-Creo que son más románticos e íntimos que un restaurante. Mark solía llevarme de vez en cuando. Comíamos sándwiches y frutas. Luego ibamos a caminar y terminabamos acostados en el suelo viendo las estrellas- él asintió mientras buscaba una camisa. Al recodar esos momentos tan bonitos que viví con Mark, volví a preguntarme: ¿Qué hice mal? Nuestra relación iba muy bien. Cada día lo amaba más; era respetuosa, le daba su espacio cuando lo necesitaba, lo escuchaba cuando necesitaba con quién hablar, limpiaba sus lágrimas cuando lloraba. ¿Tanto amor lo aburrió?

-Creo que la llevaré de picnic- contestó Yoongi sacándome de mi trance.

-Me gusta esta, creo que es tu estilo- le mostré la camisa que tenía en las manos.

-Iré a probarmela. Ven conmigo para que me digas que tal- contestó con su voz seca. Lo seguí hasta los probadores, y me quedé sentada esperando a que él saliera del probador.

-Este traje no es mi estilo- dijo una chica saliendo de un probador, el traje que tenía en manos era hermoso. Color negro, corto, mangas largas de encaje...sentía que debía probarmelo aunque no pudiese comprarlo. Ella lo puso en un pequeño perchero con ruedas que había en la salida de los probadores. En cuanto se fué lo tomé y entré al probador que ella había dejado y me quité mi uniforme.

-¿Rose? ¿A dónde fué esta niña?- escuché a Yoongi decir.

-Estoy aquí- avisé poniéndome el vestido.

-¿Qué haces ahí?- preguntó antes de que yo abriera la puerta.

-¿Qué crees? ¿No es lindo?- pregunté saliendo del probador, Yoongi no dijo ni una sola palabra. -Me gustó mucho, no tengo el dinero para comprarlo ahora, pero vendré luego y lo compraré. -Yoongi seguía sin hablar, sólo me miraba serio. -¿Me queda feo?- pregunté con tono triste.

-Te queda bien- contestó con su típico tono frío.

-También te queda esa ropa- dije observando su vestimenta. -Deberías llevartela, apuesto a que a ella le gustará- sonreí, él asintió y entró al probador, lo mismo hice yo. En un par de minutos ya estabamos haciendo la fila para pagar la ropa de mi novio falso.

-¿Tienes hambre?- habló por primera vez, yo asentí levemente. -Ve y busca un lugar dónde comer mientras yo pago esto- me ordenó. Asentí y me fui de la tienda, era cerca del medio día, debía haber alguna pizzería dentro del centro comercial abierta. En cuanto encontré una, entré y me senté en una mesa para dos, esperando a que Yoongi saliera de la tienda y me encontrara.

-Bienvenida- dijo un chico de cabello púrpura.

-¿Namjoon?- dije cuando lo observé mejor.

-Hola, Rose. ¿Qué haces aquí?

-Vine con Yoongi a comprar ropa.

-Así que conseguiste que te hiciera ese favor. ¿Qué te pidió a cambio?- preguntó.

-Soy algo así como su sirviente. Limpio la casa, lavo su auto, cocino...Esas cosas.

-Tuvo misericordia de ti- bromeó. -¿Qué vas a ordenar?

-Pizza personal de pepperoni. No sé lo que vaya a ordenar Yoongi.

-No te preocupes por eso, yo sé lo que él pedirá- dijo guiñando un ojo antes de irse. Mi celular comenzó a vibrar sobre la mesa, mis amigas estaban llamando.

-¿Qué tal tu cita?- preguntó Sun Hee cuando contesté.

-No es una cita. Sólo le hago un favor. ¿Qué dijeron los maestros sobre mi ausencia?

-Se preocuparon por tí. Dijeron que era raro que te enfermaras de la nada cuando esta mañana te veías bien- contestó Ha Neul.

-¿Quién diría que tú te volverías una rebelde y te escaparas de la escuela?- comentó Sun Hee.

-Sabes que no tengo opción. Tengo que hacer lo que me pida si quiero que me ayude, y está funcionando. -mi celular vibró una vez en mi mano, indicando que tenía un mensaje. -Un momento- quité el teléfono de mi oído y abrí el mensaje.

-¿Dónde estás?- Yoongí preguntó por mensaje de texto.

-Estoy en la pizzería donde trabaja Namjoon. Ya pedí la orden- contesté, puse de nuevo el teléfono en mi oído y me despedí de mis amigas.

-¿Que tal, viejo?- Oí a Namjoon saludar a alguien. -Tu novia está por allá- segundos después Yoongi se sentó en la silla delante de mí y puso la bolsa que contenía la ropa debajo de la mesa. -Mamá está muy emocionada por su cita- comentó Namjoon acercándose con nuestras pizzas.

-Yo también lo estoy. Llevo tiempo sin verla- contestó Yoongi.

-Como eres, apuesto a que le tienes algo preparado.

-Lo tengo. Espero que le guste.

-Con sólo verte le gustará. Te extraña mucho, hermano- dijo Namjoon poniendo una mano en el hombro de mi novio falso antes de irse.

-¿La mamá de Namjoon es tu cita?- pregunté curiosa con una sonrisa.

-Así es- contestó tranquilo tomando un pedazo de su pizza.

-No sabía que te gustaban las mujeres mayores- bromeé antes de tomar un bocado de mi pizza.

-Créeme. No es lo que piensas- sonrió débilmente.

-Como tú digas, amor- contesté. Continuamos con nuestro almuerzo en silencio. No podía dejar de pensar en la idea de Yoongi saliendo con una mujer que pudiera ser su madre. Pero era su problema, y yo tenía los míos. Yo sólo podía ayudarlo en lo que pudiera, para que entonces él pudiera ayudarme con Mark.

Let's Make A DealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora