Let's Make A Deal

Promise

-¿Tu esposa?- pregunté tartamudeando.

-Quiero casarme contigo.

-¿No crees que es muy pronto para pensar en eso?- pregunté dándome la vuelta para mirarlo a los ojos.

-¿Y qué tiene? Creo que nos conocemos bien, y esa es la base de toda relación. Siempre y cuando seamos transparentes el uno con el otro.

-Pero... Soy muy joven, tengo 18, y aún no termino mis estudios...

-No tenemos que casarnos ahora, Rose- dijo acariciando mi cabello. -Sé que no tienes edad todavía, y que tienes muchos planes antes de casarte. Yo también los tengo. Pero quiero que tengas en cuenta que quiero casarme contigo, y que quiero que seas la madre de mis hijos.

-¿Cómo estás tan seguro de que soy yo con quién quieres tener hijos?

-¿No quieres casarte conmigo?- preguntó.

-No es eso Yoongi... La última persona con quién hice planes así me apuñaló por la espalda con mi mejor amiga. No quiero desilusionarme de nuevo y que las cosas salgan mal otra vez.

-Hagamos un trato...- sugirió.

-¿Otro trato?- pregunté riendo.

-Otro trato. Seremos fieles el uno al otro, diremos lo que pensamos, aunque haga sentir mal al otro. No caeremos en una rutina, y si seguimos juntos para cuando termines tus estudios...nos casaremos.

-¿Prometes que cumplirás con el trato?- pregunté con mi meñique arriba.

-Lo prometo, ¿y tú?- preguntó con su meñique arriba.

-Lo prometo- entrelazamos nuestros meñiques y tocamos nuestros pulgares.

-Pasé de ser tu novio, a ser tu prometido en cuestión de minutos. Me tienes en tus manos, Rose- comentó sonriendo.

-¿Deberíamos contarle esto a nuestros padres?- pregunté.

-Probablemente nos casarían mañana. Al igual que nuestros amigos- respondió riendo.

-¿Cuantos hijos quieres tener?- pregunté curiosa.

-¿Quieres comenzar a hacerlos ahora?- preguntó coqueto.

-Sólo quiero prepararme mentalmente para los partos. Mi mamá es enfermera, tengo una idea del dolor que causan los partos.

-¿Cuantos quieres tener?

-Creo que dos- contesté.

-¿Podemos negociar un tercero?- preguntó.

-Si los primeros dos bebés son del mismo sexo, podemos negociar un tercero- respondí.

-Ese es otro trato- dijo extendiendo su mano.

-Creo que nuestra relación se basa en muchos tratos- dije riendo mientras estrechaba su mano.

-...No sé tú, pero ya estoy loco de que seas mi esposa- dijo en un suspiro. -¿Ya te dije que me tienes en la palma de tu mano?- preguntó riendo tiernamente.

-Y no te dejaré ir- dije besando su mano.

-Ni yo a ti. Así que prepárate mentalmente para los años que pasaremos juntos.

-¿Tomaste alcohol otra vez?- pregunté con gracia. -Estás demasiado cursi hoy.

-¿No puedo ser romántico con mi prometida?- preguntó haciéndome sonrojar por la manera en que me llamó.

-No me llames así- le pedí tapando mi rostro.

-¿Por qué? ¿Acaso no eres mi prometida?- pregunto tratando de quitar mis manos de mi rostro.