I Won't Let You Go

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-Te amo- dijo luego de correrse dentro de mí y devorar mis labios. Yo simplemente me quedé callada, mirándolo a los ojos, tratando de recuperar mi aliento. -¿Qué haces?- preguntó cuando me levanté de su regazo y comencé a vestirme.

-Tengo que irme- contesté abotonando mi pantalón.

-¿Por que?- preguntó.

-Es tarde, y pronto mamá llegará a la casa. Si no me encuentra allí me matará- contesté poniéndome los zapatos.

-¿Quieres que te lleve?- preguntó levantandose del sillón.

-No hace falta. Quiero caminar un rato y despejar la mente.

-Pero estás borracha- trató de detenerme.

-Eso no te importó a la hora de acostarte conmigo- contesté. Me di la vuelta y caminé hasta la puerta, allí vi a una de las gemelas mirándome fijamente desde la puerta de la cocina. Pude deducir por su ropa y cabello que era la madre biológica de Yoongi.

-¿Cómo eres capaz de traicionar a Yoongi? Él confiaba en tí. ¿Cómo puedes lastimarlo de esta manera?- preguntó enojada. -No vales nada, Rose.

-¿Lo dice la mujer que lo abandonó cuando apenas era un niño?- comenté antes de abrir la puerta e irme. Cerré la puerta y suspiré profundo, y me fui caminando hasta mi casa. Las calles estaban solitarias y oscuras, era algo tenebroso, pero llegué a mi casa sana y salva. En cuanto cerré la puerta me recosté sobre ella y me deslicé hasta sentarme en el suelo. Me quedé ahí sentada, mirando a la nada, con la mente en blanco. Sintiendo asco de mí misma. Me había convertido en la amante de mi ex novio esa noche. Ironía, ¿no? Primero me engaña con mi mejor amiga, luego me abandona por ella, me hace sentir como mierda y me culpa por lo que hizo. Ahora, no dejaba de buscarme, me suplicaba que volviera con él y tengo relaciones con él cuando sigue siendo novio de ella. Me sentía asquerosa por eso, me había convertido en el tipo de persona que siempre odié.

Mi celular comenzó a vibrar dentro de mi bolsillo. Miré la pantalla, era Mark, otra llamada que rechazaba esa noche. Cuando iba a guardar mi celular volvió a vibrar, otra vez Yoongi estaba llamando. A las tres de la madrugada, y una vez más rechacé su llamada. Decidí levantarme del suelo e ir a tomar una ducha, me sentía sucia. Caminé arrastrando los pies hasta la escalera, la cual subí pegada a la pared. Entré a mi cuarto llevandome un gran susto al verlo allí.

-¿Que haces aquí? ¿Como entraste?- pregunté en voz baja tratando de ocultar mi borrachera.

-¿Dónde rayos estabas?- preguntó suspirando aliviado de verme.

-¿Acaso eso importa?- pregunté siendo hostil.

-Estuve llamandote todo el día. ¿Por que no contestabas tu teléfono?- se veía algo desesperado.

-No quiero hablar contigo- sin mirarlo a la cara me dirigí al baño.

-¿No quieres hablar conmigo? ¿Sabes lo malditamente preocupado que estaba por tí?- comenzó a levantar la voz. -Te busqué por todas partes, te he llamado por horas; te envié cientos de mensajes y no contestabas tan siquiera uno. Pensé que te había ocurrido algo, Rose. Si no querías hablar conmigo, al menos podías contestar un mensaje diciendo eso. Lo hubiera entendido. Pero no saber de tí me estaba matando por dentro.

-No tienes de qué preocuparte, vete de aquí.

-¿Estás borracha?- preguntó dándose cuenta de lo raras que sonaban mis palabras.

-Sólo fueron unos tragos. Estoy bien. Vete- contesté.

-No me iré.

-Yoongi, no quiero hablar. Vete, por favor.

-No me iré- repitió.

-¿No entiendes que no quiero hablar contigo? No quiero verte, Yoongi. ¡Vete!- le grité.

-¿Por qué no quieres verme? ¿Por qué me ignoras así? Quiero explicarte lo que pasó esta tarde pero no me dejas- se quejó.

-No quiero escuchar tus excusas, Yoongi. Estoy harta de que no me tomen enserio. Estoy harta de sufrir, de ser engañada, de ser tu estúpido juguete- le grité.

-Rose, tu de verdad me gustas. No estoy jugando contigo, ¡entiendelo de una vez!

-¿Entonces por qué la besaste?... ¿Por que la besaste cuando dijiste que me serías fiel?- le cuestioné.

-¡Yo no la besé! Es lo que he estado tratando de explicarte, pero no me escuchas. Ella me tomó pro sorpresa, justo cuando saliste de la cafetería.

-No te creo.

-¿Crees que estaría aquí si no te quisiera? ¿Crees que te hubiera llamado tantas veces si de verdad no me interesaras?- preguntó frunciendo el ceño.

-¡Deja de jugar con mi mente! ¡No quiero escucharte!- grité de nuevo. Yoongi se acercó a mí en dos grandes zancadas y me tomó de la cintura, pegándome a su cuerpo. -¡Sueltame! ¡Vete de aquí!- lloriqueé en sus brazos mientras trataba de empujarlo lejos de mí.

-Nunca me iré- dijo antes de tomarme por la nuca y besarme a la fuerza. Reuní todas mis energías y lo empujé lejos de mí, y lo abofeteé con fuerza un segundo después. Yoongi resopló una vez y me acorraló contra la pared, con sus manos agarró mis muñecas y las puso por encima de mi cabeza para que no puediera empujarlo lejos, y volvió a besarme.

Al principio traté de deshacerme de su agarre, traté de hacer que dejara de besarme, pero no pude. Dejé de luchar dejando llevarme por sus besos, mi corazón palpitaba tan fuerte que pensé que se saldría de mi pecho. Cuando Yoongi notó que había dejado de luchar, y que había correspondido a sus besos, soltó su agarre sobre mis manos. Me agarré de su chaqueta roja y el cruzó sus brazos alrededor de mi cintura, manteniéndonos cerca el uno del otro.

-Ya perdí a mi mamá, no quiero perderte a tí también... Por favor, no me pidas que me vaya- pidió con la respiración agitada luego de besarme de tal manera.

-Lo siento- me disculpe juntando nuestras frentes, cerrando los ojos, disfrutando de su cercanía. Me sentía culpable por haberlo golpeado hace unos minutos, por haberlo ignorado durante todo el día, haciendo que se preocupara. Me sentía culpable por haberme refugiado en los brazos de Mark cuando Yoongi esperaba algo mejor de mí.

-No, yo debo disculparme. Todo fue mi culpa.

-Aún así no debí haber hecho lo que hice- dije refiriéndome a todo.

-Estabas enojada, y lo entiendo. Yo hubiera reaccionado igual- contestó. Respiré profundo y me reprendí a mí misma por todo lo que había hecho ese día.-No te dejaré ir, Rose. Nunca- ¿Acaso yo merecía a este hombre? ¿Acaso merecía que se preocupara por mí; que me quisiera? ¿Merecía escuchar tales palabras de Yoongi? No. No lo merecía; y mucho menos después de lo que hice. Era realmente afortunada de tenerlo, y también era estúpida. Pero no lo suficiente para dejarlo ir.

Let's Make A DealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora