-Llamen a un doctor- chille en cuanto salí al pasillo.
Me sentí como la mierda. No me había llamado. No había confiado en mí. ¿Tan imbécil parezco? ¿Tan inútil soy?
Camine hasta donde estaba la mujer que amo en el suelo.
-Creo que ya se le está haciendo costumbre esto de desmayarse ¿eh?- Noona me miro con una sonrisa pequeña en sus labios -¿Has estado comiendo bien?-
-Ha estado siguiendo la dieta que le dio el doctor, también se ha estado tomando los medicamentos- suspiro –Supongo que fueron los nervios y el estrés acumulado-
-¿Por qué no me dejo salir con ella?- ambos caminábamos en dirección a la sala más cercana que estaba unos cuantos pasos más.
Noona se rio, una ligera risa nerviosa –Ella no quería meterte en un problema que no era tuyo- se rio –Ella que es tan inteligente, que es capaz de predecir y adivinar el corazón de los demás suele ser tan torpe en su propia vida- me reí. Maldición, tenía tanta razón –Tiene instintos de héroe, quiere salvar al mundo-
-¿Y qué hay de ella?-
-Para eso estas tu Kris- noona abrió la puerta de la sala para que pudiésemos entrar –Tú tienes que ser capaz de proteger a nuestra pequeña héroe-
______ descansaba en el sofá mientras que noona acariciaba maternalmente su cabeza.
-Me acabas de encomendar una difícil misión- ambos reímos, porque era una misión casi imposible.
Cuando Suho entro con el doctor me sentí aliviado, no solo porque ya había un profesional para verla sino porque ahí estaba alguien que realmente me podía ayudar, después de todo Suho es casi nuestra madre.
-Es una descompensación producto de los nervios- musito el doctor –Pero debemos realizarle un par de exámenes para monitorear el progreso de su anemia-
-Por supuesto doctor- musito noona –En cuanto se recupere lo haremos- todos hicimos una venia en la sala en cuanto el doctor se propuso salir de la habitación.
-¿Qué haremos?- me pregunto Suho.
-Ir a casa, cenar y esperar a mañana para ver qué sucede- ahora me sentía mejor, sobre todo porque tenía la pequeña mano de la mujer que amo entre las mías.
-No imbécil- medio gruño –Lo decía por los chicos- rodo los ojos –Van a querer venir corriendo a verla-
-Ah! Si, los chicos- ¿Qué demonios hare con ellos? –Y si...-
-Si YiXing se entera que le mentimos nos va a destripar o peor no cocinara- me advirtió el más bajo.
-Llámalos tu- solté con mi tono carismático.
-Es tu futura esposa-
Mierda, esa fue buena –Cuidare de que los chicos no se pierdan durante los próximos 2 meses-
-Que sean 6 y mantengo a los chicos en casa-
-Te odio, pero acepto- el más bajo sonrió abiertamente y no pude evitar pensar en lo mala influencia que era esta mujer para todos nosotros, después de todo jamás había visto a Suho negociar de esta manera.
-Eres mala, muy mala- me reí –Con razón tú y Kyung son tan cercanos-
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Sentía ruido a mi alrededor, el cual poco a poco fueron convirtiéndose en voces. Voces conocidas.
