Todo había sido tan extraño y surrealista, primero estaba asustada a muerte por que escuche gritos y luego estaba audicionando para la compañía de talentos más famosa de este país.
Aun no puedo creer que tenga entre mis manos la tarjeta del presidente de la SM quien espera mi llamada para que yo decida mi futuro.
MALDITA SEA EL ESPERA MI LLAMADA… la cual nunca recibirá.
Pero es algo que puede cambiar mi vida, ¿Qué tal si termino como BoA? Siendo una estrella.
Purga todos esos pensamientos codiciosos ¿Qué voy a hacer yo en un escenario? Nada, no se bailar y no puedo bailar porque tengo dos pies izquierdos con complejos de siameses por lo que suelo tropezarme con mis propios pies.
¿Lo llamo y lo intento con todas mis fuerzas? ¿O me rindo sin intentarlo y el resto de mi vida me preguntare que pudo haber sido sí..?
Aishhh! Qué diablos hago.
De la nada comenzó a sonar mi teléfono con la música que tenía asignado al contacto de Samantha, corrí a tomar mi teléfono ya que si me demoro demasiado ella se preocupa por mí.
-¿Dónde diablos estas?- chillo al otro lado del teléfono.
-En la universidad, me quede tocando el piano- ella era la única que sabía que me quedaba hasta tarde en el piano pues ella era la única persona hasta hacía unas hora que me había escuchado tocar el piano y cantar.
-Llegue a la habitación y me preocupe demasiado por que no te encontré además le pregunte al resto si te habían visto y nadie sabía nada de ti- mientras ella me reprochaba yo comencé a arreglar mi bolso para irme.
-¿Por qué no me llamaste a penas notaste mi ausencia?- le pregunte para sacarla de quicio ya que sé que nunca reacciona como se debe.
-Se me olvido, oye no me digas que te quedaste encerrada en la sala de música otra vez, esta vez no te iré a salvar- ella trato de desviar el tema cosa que me causo gracia.
-No, estoy bien- suspire mientras apagaba la luz del salón. –Felicitaciones- solté mientras escuchaba las risas de mi amiga al otro lado de la línea.
-Pase, pase, pase ¿puedes creerlo? Me siento genial- sonreí inconscientemente mientras caminaba por los desiertos pasillos a los cuales ya me había acostumbrado.
-Eres genial, por eso pasaste- comencé a bajar las escaleras rápidamente para cruzar hasta el edificio que se encontraba a escasos metros de donde me encontraba –Me siento tan orgullosa de ti- fingí que lloraba haciendo que Samantha se riese como hiena histérica.
-Claro que lo soy, pero fue gracias a que me diste esa idea de mezclar ambos ritmos- era verdad, su presentación era fuera de lo común ya que mezclo dos ritmos que en apariencia eran tan distintos pero que al unirlos y presentarlos correctamente se trasformaban en un maravilloso cuadro de sonidos y movimientos.
-No hay de que, llegare en 5 minutos así que espero que tengas comida porque muero de hambre- salí al exterior y una fría brisa me hizo temblar ligeramente.
-Claro que tengo comida además tengo algo de soju para celebrar- negué con la cabeza cuando ella me colgó y me dirigí lo más rápido que pude en dirección a nuestra habitación.
Cuando entre en la habitación pude notar que el calor me envolvía y mis mejillas se pusieron rosa al instante además pude notar el olor a comida que me llamaba rápidamente pues estaba realmente muerta de hambre.
-Mujer ven aquí y felicítame como corresponde- y tal y como ella lo pidió corrí a tirarme a sus brazos y felicitarla.
-Felicitaciones por ser la mejor- sonreí ampliamente y ella me imito.