-…Y dos cervezas por favor- le pedí a la camarera quien se comía con los ojos a Kris que estaba sentado frente a mí.
Zorra- le insulte mentalmente sin demostrar mi desprecio hacia ella en mi rostro.
-Ahora cuéntame- musito el chino en su idioma natal llamando la atención de las personas a nuestro alrededor.
-Aun no llegan las cervezas- le respondí en el mismo idioma y me di cuenta de que seriamos el centro de las miradas hasta que nos fuésemos de aquí, aunque algo me dice que Kris no moverá su trasero de ahí hasta que yo le haya dicho todo lo que el estime conveniente.
-Vamos, no seas así- medio suplico mientras que jugaba a hacer un barquito de papel con una de las servilletas.
Claro, como no eres tú el que está en riesgo de llorar como un crio- bufe internamente.
-¿Qué quieres saber?-
-Todo, desde cuándo te fuiste hasta como estas ahora- que hombre más frustrante, por lo general los chicos lo único que quieren es divertirse y no hablar de sentimientos pero justo a mí me tenía que tocar el sentimental.
-Aquí están sus órdenes, si necesitan algo mas no duden en pedírmelo- menciono la camarera/zorra mientras observaba fijamente a Kris quien no podía entender nada de lo que ella le estaba diciendo.
-Gracias- le solté, porque mi madre me había enseñado a ser educada y además porque necesitaba algo más de tiempo muerto para ordenar mi cabeza.
-¿Qué tengo que hacer para que me cuentes?- pregunto medio frustrado ya que yo llevaba alrededor de 5 minutos observando la comida en mi plato.
Embriagarme, esa es la única forma de que hable- pensé.
-Solo estoy poniendo mis ideas en orden, pero es muy difícil- murmure y luego me lleve el enorme vaso de cerveza a la boca dándole un largo trago en busca de algo de valor.
-No importa el orden solo quiero saber cómo estas-
-No estoy bien, mi padre no me recuerda, mi madre lleva una semana en el hospital y yo no les sirvo de nada en este momento porque soy la más débil de nosotras ahora- solté conteniendo las lágrimas.
-No creo que sea así- comento el –Creo que tu madre y Cloe están felices de tenerte cerca- musito pero yo no lo sentía así por lo que comencé a comer.
Llevaba días sin comer algo contundente, así que aproveche de comer por los días anteriores y también de beber, no era posible que yo lograse decir palabra alguna sin algo de (mucho) alcohol en la sangre.
Los vasos de cerveza comenzaron a aumentar en la pequeña mesa y con ello mi humor comenzó a aflojarse, comencé a hablar un poco más y Kris parecía agradecido de eso. Después del sexto vaso comencé a mezclar el coreano con el chino y mi pronunciación comenzó a verse afectada.
Algo me dice que no sacare nada bueno de esto.
~~~***~~~
¿Es que acaso no va hablar?
-¿Qué tengo que hacer para que me cuentes?- solté más frustrado de lo que había estado nunca en mi vida.
Ella levanto su cabeza y me observo con esos enormes ojos suyos, los cuales reflejaban dudas y miedo lo que me hacía sentir inútil porque yo quería que confiara en mí.
-Solo estoy poniendo mis ideas en orden, pero es muy difícil- murmuro casi inaudible y luego tomo un largo trago de cerveza.
-No importa el orden solo quiero saber cómo estas- y si no me lo dices sobria lo harás ebria agregue mentalmente.
