El rostro de Paula

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Su mano está entrelazada con la mía mientras caminamos, aun así ella camina varios pasos delante arrastrándome, jugando con la arena bajo sus pies. No hay nadie en la playa, aunque el día ya promete ser cálido. ¿Pero quién estaría a esta hora? Apenas si está amaneciendo, pero yo tenía que trabajar y Paula decidió acompañarme. Eligieron esta hora porque no querían gente ni tanta luz, detalles que no me interesan en realidad, yo solo llegué a la hora indicada de la mano de mi esposa, que contrario a mí, parece despierta, activa y feliz, la realidad es que madrugar nunca fue lo mío.

Otro DVD y entiendo que quieren filmar algunas escenas en los mismos lugares que hice en Pasos de Cero, quieren contrastar imágenes de mi vida, de mi crecimiento. Y vaya si ha cambiado todo desde entonces. Porque en aquel momento, que recuerdo con claridad, estaba destruido, cada minuto que recordaba la ausencia de Paula en mi vida me mataba, tenía algunos momentos buenos y montones de momentos malos... y hoy mi esposa camina de mi mano, comparte un poco de mis horas de trabajo, y todo es mucho mejor. Preparó temprano todo para las horas que trabajaríamos aquí, y aunque le advertí que no sería mucho, preparó el desayuno para todos, y obviamente el equipo lo agradeció, nada como la comida para trabajar feliz. Y ella se compró a todo el equipo, bromea, ayuda, habla con todos con una familiaridad que les fascina, es mi Paula feliz, mi Paula adaptándose, o intentándolo, mi esposa aceptando que es mi trabajo y que si todo sale bien, pasaremos por montones de situaciones como éstas.

Nuestro tiempo acá fue mucho mejor a como lo imaginaba, porque siempre me preocupó que Paula pasara demasiado tiempo sola, que no pudiera encontrar que hacer, que toda esta distancia de casa sea demasiado para ella. Y sin embargo, solo los primeros días fueron difíciles. Estaba insoportable porque no encontraba que hacer, se aburría, y no había mucho que yo pudiera hacer más que acompañarla las pocas horas que tenía libre. Pero con el correr de los días, Paula se adaptó tanto que en ocasiones tuve que rogarle que dejara alguna de sus actividades para que compartamos mi tiempo libre. Horas con las esposas de personas del equipo, gimnasio para embarazadas, playa. Y luego nuestro tiempo juntos, salidas, lugares que la lleve a conocer, paseos, cine, compras para la niña, todas esas compras que veníamos atrasando, las situaciones cotidianas de una pareja que nunca puede ser una realidad entre nosotros. La vida, cada minuto de nuestra vida como matrimonio, sin flashes, sin autógrafos. Su risa, su risa sonando cerca de mí a cada minuto, sus lágrimas en mi pecho cuando piensa en situaciones de su etapa de madre con las que no podrá, la pasión de entregarse a mis brazos, de recibirme con su cuerpo, de cobijarme entre sus piernas que siempre son mi vida, la velocidad de la sangre en mis venas, el ritmo acelerado de mi corazón. Ella hizo de este lugar también nuestro hogar y siento que ya podría quedarse a vivir aquí y lo haría sin ningún inconveniente. Pero la realidad es que ya no nos queda mucho tiempo juntos, en unos días ya tendrá que volver a España, y yo siento que ya la extraño demasiado.

Nos estamos alejando demasiado del grupo ya y sé que aún quedan algunas escenas por hacer. La vuelvo hacia mi cuerpo y riendo se abraza a mi cuello, me besa y dejando mis manos en la parte baja de su espalda la acerco a mí, haciéndome consciente del vientre entre los dos, mi hija entre los dos, haciéndome real, haciéndome tan feliz. Sonríe sobre mis labios con su cabello moviéndose entre nuestros rostros, acaricio su mejilla llevando un mechón de pelo rebelde detrás de su oreja. Y aunque no lo miro lo siento, por supuesto que lo siento, la cámara ahora nos enfoca a nosotros. Es lo que pasó desde que llegamos, la grabaron a ella, sus caminatas por la arena, sus momentos acariciando su vientre perdida en el paisaje, sus risas, nuestros abrazos entre escenas. Todo está grabado, sin ensayo, no lo necesita, todo es tan real en ella, tan simple. La convencieron con la idea de que quizás podría servir para algún video familiar después, pero yo sé que no es así. Yo los conozco, yo sé que intentaran convencerme de agregarlo al DVD, sobre todo porque mis cambios la incluyen, todos los cambios en mi vida las tienen como protagonistas. Me niego, no quiero hacerlo, no quiero involucrarlas en esto, siento que sería como vender un poco de mi vida privada. No las usaré para vender cds.

Ciudadano del aireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora