Cap.31 Remordimiento II

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Sehun toma una de las manos de Junmyeon y esconde en ella la llave que a partir de ahora será suya como una invitación a quedarse a vivir con él, mostrándole su intención de que el departamento ahora será el hogar para los dos... Pero Junmyeon no entiende y se pregunta, ¿Por qué no está feliz?

De hecho, sabe que lo está, pero no siente plenamente esa felicidad que te hace sentir cosquillas en el estómago, que hace que se te llene el pecho y sientas el corazón en la boca.

Para resolver su conflicto sentimental podría tirarle la llave en la cara mientras le muestra los dos preservativos y le pregunta por los otros cinco, pero ahora mismo Sehun lo tiene sujeto, con los labios terriblemente cerca de la piel de su cuello y él se lamenta al conocer la poca fuerza de voluntad que tiene para apartarlo y más que nada, encararlo.

Mientras comparten esa íntima cercanía, Junmyeon le da vueltas a la situación en la que se encuentra. Alguna vez escuchó que, a veces conocer la verdad puede ser más doloroso que creer en las mentiras, y ahora está convencido de ello.

No hay nada peor que anhelar la verdad, pero no querer escucharla. Es como si supieras que, al enterarte de aquello te ocasionará muchísimo dolor, por eso prefieres creer cualquier mentirilla que te mantenga balanceándote entre la incertidumbre y la inseguridad.

Pero eso no es todo lo que pasa por la mente de Junmyeon en estos momentos. ¿Cómo puede pensar en tantas cosas a la vez mientras Sehun acaricia su cintura? Debería concentrarse en la forma en la que el hombre que ama está tratando de seducirlo, pero aquel bichito que se ha instalado en él, le impide pensar en otra cosa que no sean las consecuencias de lo que supone una posible infidelidad.


¿Qué haría de resultar cierto? ¿Regresaría a Canadá o lo perdonaría? Regresar a Canadá ahora mismo le resulta una terrible idea y se sorprende a sí mismo pensando en las grandes posibilidades de la segunda opción.

Debería ponerle el mismo positivismo que tuvo para viajar a esta situación, pero lamentablemente acaba de prometer que dejaría de hacerlo.

En cambio, antes de que las manos de Sehun puedan calar dentro de su bata y ambos terminen esa noche enredados sobre la cama, debe ponerle fin a esa angustia.

«Debo decirle. No soy yo quien está en falta, no debería darme vergüenza. Debo decírselo ahora mismo o arrastraré esto por los próximos días, tal vez toda mi vida y no, no podría vivir así. Debo decírselo. Hazlo Junmyeon, solo haz...»

—Me sorprendiste cuando te vi en la puerta. —dice Sehun de pronto— Nunca imaginé encontrarte ahí.

Junmyeon no sabe que decir ante ello, así que le da espacio para que Sehun continúe.

—Ahora que estás aquí, todo está mejor.

No es como si lo dicho por Sehun fuera mentira, pero es lo único que ha podido decir con todo el remordimiento que se carga encima. También sabe que una bienvenida tan mala, no es lo que Junmyeon merece, pero es lo único que ha podido hacer cuando corrió el peligro de verse descubierto por un descuido suyo.

Los peros y excusas con los que ha llenado su vida, solo los utiliza para amilanar la culpa que siente mientras lo tiene en sus brazos.

Junmyeon respira hondo y Sehun lo nota, siente como se tensa sobre su pecho y podría jurar que se encuentra a punto de llorar, y aunque tiene la intención de consolarlo, la voz de Junmyeon se lo impide.

—No estoy bien. Emocionalmente soy alguien muy inestable y lloro por casi todo, aunque tú solo me hayas visto pocas veces.

Sehun intenta voltearlo, pero él se lo impide.

Wind and Water | SeHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora