Cap.59 Desastre

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Sehun sujetaba con fuerza el volante mientras sentía un doloroso nudo en su garganta y un potente escalofrío recorrer todo su cuerpo. El escozor en sus ojos se volvía cada vez más insoportable y la incertidumbre de no saber a dónde dirigirse estaba terminando con la poca cordura que le quedaba.

No sabía a donde dirigirse, había salido disparado del departamento luego de comprobar una y otra vez que la persona de la imagen era efectivamente Junmyeon. Su corazón dolía demasiado como para quedarse sentado mientras la persona que más quería estaba en peligro. No sabía que rumbo tomar ni lo que estaba haciendo pero aun así salió acompañado con la incertidumbre de lo que podía encontrar allá afuera.

Jamás había deseado tanto que algo fuera tan irreal, que Junmyeon le estuviera jugando una broma o que se tratara de una pesadilla. Solo quería que Junmyeon lo llamara y que con su dulce voz le asegurara que se encontraba bien, pero aunque intentó infinitas veces nunca contestó la llamada.

El lugar que aparecía en la foto era parcialmente oscuro, solo alumbrado por un poste de luz con un foco muy viejo a punto de dejar de funcionar. Junmyeon estaba en medio de una cera con la cabeza inclinada hacia el lado izquierdo, inconsciente y con el rostro manchado con sangre producto de la herida que tenía en la cabeza. Luego de eso, Sehun no sabía nada más.

Aquella hora fue la más insoportable para Sehun. En medio de la soledad de la madrugada la desesperación le estaba haciendo pensar cosas inimaginables y cuando creyó que agotaría el último recurso de cordura que le restaba su teléfono sonó escandalosamente en el auto. Sehun paró en seco para cogerlo y al tomarlo notó que el número que lo llamaba era el mismo de Junmyeon aumentando así sus esperanzas de encontrarse con él, pero aquello duró apenas un instante ya que la voz que oyó no se asemejaba en nada al del que anhelaba escuchar. Era un hombre con una voz muy grave que con mucha autoridad se presentó como un policía y luego de hacerle unas cuantas preguntas le ordenó que se dirigiera a la dirección en donde habían encontrado a Junmyeon.

Sehun no lo pensó dos veces antes de dar media vuelta y manejar a toda velocidad por la autopista hasta llegar a uno de los caminos que dirigían al aeropuerto preguntándose porque Junmyeon había decidido ir tan tarde por ese lugar y entendiéndolo casi al instante al recordar la maleta que llevaba consigo.

Apenas le tomó diez minutos llegar y observar con horror la escena más dolorosa que nunca se haya podido imaginar ni en sus más terribles pesadillas. Todo alrededor era un alboroto. La luz roja de la ambulancia parpadeaba incesante, había una pequeña fila de policías que conversaban entre ellos y un tumulto de personas curiosas que no hacían más que estorbar. Los enfermeros estaban intentando darle los primeros auxilios mientras tendían una camilla en el suelo y con mucho cuidado acercaban un collarín cervical a su cuello.

Junmyeon yacía inconsciente en el frío pavimento siendo atendido por muchas manos a la vez, viéndose tan vulnerable y sin un rastro del brillo que solía tener y que era opacado por la sangre que no parecía querer detenerse.

Mientras Sehun lo observaba pudo darse cuenta que no muy lejos de donde se encontraba estaba tirado el conejito blanco ensuciado también con sangre. Sehun no pudo soportar más la presión en el pecho y sin importarle que uno de los policías se encontraba llamándolo repetidas veces decidió avanzar lentamente, temblando de miedo hasta llegar al cuerpo de Junmyeon y caer de rodillas al lado suyo. Intentó tocar su rostro mientras gritaba su nombre repetidas veces en su cabeza, como si solo eso fuera suficiente para hacerle saber que había llegado por él. Los enfermeros que lo atendían lo vieron en silencio comprendiendo el dolor reflejado en sus ojos llorosos y el temblor de sus manos cada vez rozaba la piel de Junmyeon y sentía como este respiraba con dificultad.

Wind and Water | SeHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora