Cap.58 Una dolorosa despedida

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Junmyeon esperaba que el ascensor se detuviera en el piso catorce mientras reunía el valor suficiente para no echarse para atrás. Ya estaba ahí, la puerta estaba abierta y solo le quedaba avanzar por el tan conocido pasillo que daba a su antiguo departamento. Tocó el timbre contando los segundos que parecían interminables hasta que escuchó el sonido de la puerta abriéndose mostrando inmediatamente a la razón por la que había decidido venir a ese lugar.

Sehun vestía unos jeans claros adornado por un cinturón negro junto a una chaqueta roja desabotonada estratégicamente para lucir sus pectorales y hacer notar que debajo de ella solo se encontraba la calidez de su piel. El cabello lo traía húmedo y visiblemente peinado con los dedos, y el perfume que solía usar rodeaba sensualmente todo su cuerpo. No había duda, se había tomado el tiempo para verse perfecto buscando impresionar al mayor y así lo había logrado.

El corazón de Junmyeon empezó a palpitar desenfrenadamente haciéndole sentir vulnerable ante la imponente presencia de Sehun, sin embargo, se mantuvo fuerte como para mirarlo directamente a los ojos y esbozar una pequeña sonrisa fingiendo seguridad.

—Sabía que vendrías. —Fue el menor quien inició la conversación con una expresión llena de confianza, con aquella intensidad en su mirada que lograba derretir el corazón de cualquiera que se le pusiera al frente.

— ¿Eh? —preguntó sin entender.

Sehun sonrió con algo de ternura y esperanza. — ¿Tal vez... piensas regresar? —continuó señalando la maleta.

—No tienes tanta suerte—contestó entendiendo finalmente a lo que se refería.

—De todas formas, me hace muy feliz verte. ¿Quieres pasar?

—Antes de entrar debo advertirte sobre algo. —Vio la expresión de duda en el rostro del menor y decidió explicar apretando los puños. — Vine solo por una razón en concreto: quiero tener sexo contigo.

Sehun ni siquiera tuvo tiempo para disimular su asombro; aquella revelación lo había descolocado y al mismo tiempo había encendido algo en él, algo que no podía ser más que excitación y adoración mezclándose con la ilusión de una tan anhelada reconciliación. No tuvo que pensar mucho para decir su respuesta, ni juzgar la petición del mayor. Estaba completamente seguro de lo que quería y quería a Junmyeon desnudo nuevamente sobre su cama.

—Vas arrepentirte de haber venido—advirtió mostrando una sonrisa ladeada mientras abría la puerta por completo y lo invitaba a entrar.

Junmyeon aceptó la invitación y sin atreverse a mirarlo caminó de frente arrastrando su maleta en completo silencio. Entró a la habitación siendo seguido por Sehun y lo primero que llamó su atención fue ver al conejito sentado sobre la cama. No pudo resistirse a querer acariciarlo después de no verlo durante dos semanas, así que dejó su maleta a un lado y fue rápidamente hasta donde estaba para tomarlo entre sus brazos ante la atenta mirada de Sehun que no podía desprender sus ojos de cada movimiento que hacía.

— ¿Me extrañaste? —preguntó con ternura abrazándolo contra su pecho esperando mágicamente que le respondiera pero fue el menor quien lo hizo en su lugar.

—Yo también te extrañé y no estoy recibiendo ningún abrazo—le reprochó de manera infantil tratando de ablandar lo incómodo de la situación.

—El conejito no me fue infiel.

Aquella respuesta fue suficiente para callar a Sehun, quien solo se limitó a observarlo y a disfrutar todo lo que podía de la escena frente a él.

Junmyeon tal vez no lo sabía pero no había día en que Sehun no se lamentara por lo ocurrido y el tenerlo tan cerca y no poder tocarlo con la misma libertad de antes lo frustraba muchísimo.

Wind and Water | SeHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora