—Gracias a todos ¡Les amo! —Saluda a las personas en el público que están de pie, aplaudiendo y ovacionando al primer finalista del torneo—. No se desesperen publico hermoso, en unas horas estaré de regresó para coronarme vencedor de este torneo —sigue saludando al público mientras camina hacia la salida de la arena.
El público no para de celebrar la victoria de su gran héroe, las mujeres hablan de lo guapo que es, los hombres de su fuerza y su valor, otros de su inteligencia y astucia. Los comentaristas estas en disputa intentado explicar lo que sucedió y dando sus opiniones de técnicas y sucesos del torneo.
—¡Hey! ¿Por qué no abren la puerta? —el caballero está impaciente por entrar y presumir su victoria con los otros luchadores que están en la sala esperando a que llegue su turno, en especial con Denicha—. ¿Son idiotas o ciegos?, ¿no ven que ya me proclamaron vencedor? —Esta vez golpea el gran portón de metal—. Abran la puerta me estoy cansado de esperar.
—Lo siento princesa, pero llegaras tarde a tu fiesta de victoria —digo tronando los huesos de mi cuello y lanzando una daga directo a su cabeza.
8 minutos atrás
—Espero volver a verte algún día, McClaen.
Después de alejarme de un McClaen noqueado, se me ocurre una brillante idea. "¿Por qué no me llevo un recuerdo?"
Doy media vuelta y camino hasta el vaquero O.K., observo las dagas que están en el piso, y no tardó mucho en elegir una daga personalizada. Esta tenía un diseño de cabeza de perro, color negro como color principal y rojo como secundario, de la boca del sabueso salía la hoja que media unos 15 centímetros, sumado a los 6 que medio el mango, la daga era de unos 21 centímetros, al ojo porciento claro. Una daga muy temeraria, lo suficiente para no desearla dentro de tus entrañas.
Tomo la daga y luego me dirijo hasta el vaquero para coger unas de sus fundas. La engancho en la parte de atrás de mi cinturón y la cubro con la camisa, para quedar oculta.
Ahora
El niño rico atrapa el proyectil a escasos milímetros de su frente. Luego lo observa unos segundo notando el diseño tan peculiar del arma. Fija una mirada de asombro y sorpresa en mí, pero en seguida la cambia a una relajada y empieza a reír.
—No te rindes, ¿verdad? —dice con un tono jocoso—. Lamento decírtelo, pero ya todo termino. Vuelve al basurero de donde saliste —lanza la daga en mi dirección y me muevo un poco para atrápala por el mango y guardarla en la funda.
—Siento contarte que sigo bailando en esta fiesta —irónico, ya que tengo la gracia de una foca epiléptica al bailar.
—No solo eres pobre, también eres estúpido — señala a la pantalla donde lo presentan como ganador de la contienda—. Saliste de la arena, caíste al agua, ya perdiste. Ahora piérdete.
—Si yo soy estúpido, entonces ¿Tu que eres?
—¿Qué dijiste? —dice con cara de retardado buscado la lógica del chiste.
—Sabes, creo que he molestado a la sociedad protectora de animales —me llevo el dedo índice y el pulgar al tabique nasal, y muevo la cabeza de un lado a otro.
—¿He?, ¿Por qué?
—Porque te estado maltratando un buen rato.
—Hijo de... —su cara cambia de color como un camaleón, con un fondo rojo detrás se convertiría en el hombre invisible.
—¿Acaso me ves mojado?
—Claro que... —no término su frase al observarme bien, sus ojos se abrieron como platos y ya no estaba enojado, ahora no comprendía porque estaba más seco que una galleta de avena.
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Tres Espadas
AdventureNos contaron una historia falsa sobre nuestro pasado. Los que viven en este mundo, saben que todo está mal, pero gracias al miedo, nadie hace nada y el que lo intenta, muere. Preferimos vivir felices en la ignorancia, que afligidos en el conocimient...