Demonios.

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—¿Por qué han tardado tanto? Se supone que harían eso anoche, ¿algo salió mal? —interrogó Arnaldo.

—Señor yo... —las palabras de Joel fueron cortadas de un segundo a otro. Hasta que se escuchó un estruendo y un forcejeo.

—¿Águila se encuentra bien? ¿Me recibe? —preguntó el líder algo expectante, pero nadie respondió—. No sé si me sigues escuchado, pero resistan, mandaremos al equipo de extracción tan rápido como sea posible.

—Con que vienen por ustedes. Perfecto, así podré cobrar la vida de mi preciada familia —se escuchó brevemente del otro lado.

Todos los que estaban en el pequeño cuarto secreto, monitoreando la situación, escucharon el fatídico mensaje y cayeron mudos. Hasta que Fátima hablo.

—Les avisare al equipo de extracción...

—Espera —la detuvo Wanda— ¿Qué crees que haces?

—Saco a mi equipo de aquella isla —se paró firme.

—No escuchaste lo último. Ese chico y posiblemente todo tu equipo estará muerto para cuando lleguen los extractores —especuló la Meta-psíquica.

—¿Y si sobreviven? ¿Qué pretendes que haga, abandonarlos a su suerte? —La tensión comenzó a elevarse, Fátima solo estaba esperado un motivo, una justificación para volarle encima a Wanda.

Arnaldo dándose cuenta de que esto se podría empeorar y perjudicar más la misión, detuvo la disputa golpeando el panel de control.

—¡Ya basta! ¿Que se creen ustedes dos para estar tomando acciones sin mi previa aprobación? ¿Ya se les olvido quien está a cargo aquí? —miró a los ojos a ambas damas. Fátima se cruzó de brazos y volteó su mirada, mientras que Wanda se disculpó—. Les daremos un lapso de una Hora para que se comuniquen, si no lo hacen, entonces todos saldremos de aquí —Wanda dibujo una sonrisa en su rostro cuando lo escucho, pero esta no le duraría mucho, pues Arnaldo continuo—, excepto Allen, él se quedara 24 horas, y si en ese lapso de tiempo ellos no dan señales de vida, daré por fallida esta misión.

Ninguna de las dos discutió. Pero entonces la hermana de Wanda, Elena, llamo la atención de todos al pronunciar.

—¡No puede ser! Otra vez está sucediendo.

—¿Que sucede Elena? —preguntó Wanda.

—Es el cielo, esta como aquel día, el día del Tazón de Sangre —anunció luego de recibir informes sobre el fenómeno.

—¡¿De nuevo?!

—Espera, hubo otro día que el cielo también se pudo de ese color, hace como cuatro semanas —aportó Fátima.

—Algo extraño está pasando... ¿Hermana, te pasa algo? —Wanda estaba helada, solo ella conocía por qué el cielo cambiaba su espectro, y su significado, lo recordaba perfectamente, pues nunca olvidaría el día en que entro a la cabeza de aquel chico y lo vio todo.

Arnaldo se percató de la reacción de la mujer y elaborando una excusa rápida, estaba a punto de retirarse con Wanda de la habitación, sin embargo, esa no sería la única noticia que conmocionaría a todos.

—Esto debe ser una broma... ¡Señor! Me acaba de llegar otro informe.

—¡¿Que sucede ahora?! —Preguntó blanqueando los ojos.

—Sera mejor que lo ve usted mismo —colocándolo en una pantalla enorme, se presentó un video de una ciudad cercana, siendo destruida por lo que parecía un humanoide gris. En el título de este profesaba, Demonio incendia ciudad completa, decenas de miles de muertes, y aún más heridos.

Tres EspadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora