Tres Espadas

Y nos volvemos a ver (parte 3): Las apariencias engañan.

Lean bien este capítulo, está cargado de nueva información.

Luego de ese grandioso y divertido momento en el que Cris descubrió que la chica no era una chica, sino un chico (si, seré sincero, caí al suelo de la risa, incluso Mayumi no pudo aguantarse y saco una pequeña carcajada), el equipo del desierto, nos contaron que la única razón por la que podían llevar armas en ese momento era porque estábamos suficientemente cerca de la ciudad.

Así que caminamos unos cuantos metros y luego subir un gran montículo de arena, Kaseem anunció.

—Bienvenidos a Espejismo, la cuidad del tráfico —pero sus palabras carecieron de sentido, ya que delante de nosotros no había nada, solo más arena y desierto.

Cris, May y yo intercambiamos miradas, acaso era otra de sus pruebas, o tan solo era una broma. "Quizás esta debajo de la arena", llegué a suponer. Sin embargo, era todo lo contrario, por qué a medida de que nos acercábamos más y más, la proyección de una enorme ciudad se hizo revelar ante nosotros.

—¡No me jodas! ¿La ciudad esta oculta por un enorme espejismo natural? —exclame, con el mentón en el suelo.

—No exactamente...

Kaseem explicó que el espejismo no era totalmente natural, más bien existían 4 pilares gigantescos, en cada punto cardinal de la ciudad, los cuales, gracias a tecnología refractaria, creaba un enorme espejismo que lograba ocultar todo en lugar.

Incluso, cuando el pueblo fue fundado hace ya 675 años, el espejismo natural era suficiente para esconder todo sin necesidad de los pilares. Y que en sus inicios, solo la gente nacida y criada aquí, podía encontrar este lugar.

Los tres estábamos boquiabiertos aún, incluso May, si, esa misma chica que parecía saberlo todo en ocasiones. Pero como no vinimos a turistear, continuamos con la misión.

Ya entrando en la ciudad, nos dimos cuenta rápidamente de que iba la cosa. Armas, armas por todas partes. Literalmente existía un gran mercado solo para vender estas a plena luz del día y al parecer sin restricción o control alguno por parte de las autoridades del lugar. Mas las sorpresas no pararon ahí, no.

Porqué piénsenlo, ¿que sería lo común encontrar en un lugar como este? Bandidos, militares corruptos, traficantes, revolucionarios, terroristas, etc. ¿Me equivoco?

Pues si amigos, si me equivoco, porque aquí había de todo: niños, mujeres, ancianos, adolescentes. Hasta las prostitutas, los abogados y los religiosos compraban armas. La viejita de la esquina que vendía fruta, también llevaba armas.

Juraría haber visto un perro con un revólver en su boca. Así que si, esta era la sangre de este lugar. Muy irónico todo si pensamos en que está desgracia de ciudad estaba en medio de un desierto, dónde era "imposible", portar armas.

Cuando le pregunté a Kaseem el porqué de esto, nos dio una sencilla explicación.

"Nadie busca armas en medio de un desierto dónde no se pueden usar armas", sería como buscar peses en medio de un... Creo que no es necesario completar esa frase, ¿verdad?

Otra de las preguntas que surgieron fue, ¿cómo era la criatura que no deja utilizar armas y por qué lo hacía? Si es que sabían el porqué.

A lo que esté me respondió, que la criatura era una especie de octópodo gigantesco que vivía debajo de la tierra. Que cada uno de sus tentáculos eran como un solo ser autosuficiente y de libre pensamiento, que a la vez de estas 8 principales extremidades nacían más y más tentáculos con las mismas capacidades, pero que en sí, todos estaban entre conectados hasta la cabeza, o mejor dicho el corazón-estomago-cabeza de la bestia, y que para tranquilidad de todos, estaba justo debajo de la cuidad.