1 Día para el torneo.
—Creo que con eso está listo señor Wilson —digo terminado de dar una última pasada de pintura a la parte delantera de la tienda.
—Sí, baja de allí arriba y ven a contemplar tu esfuerzo —dice el señor Wilson.
—Allá voy —bajo de la escalera y me coloco a su lado para observar—. Fuiu —silbo satisfecho—. Creo que no he perdido el toque aún.
Recuerdo aquellos días, cuando el orfanato estaba a punto de cerrar, y uno de mis primeros trabajos fue pintar el cobertizo de la señora Mercedes. La recompensa de ver que tan buen trabajo había hecho, fue mejor que el sueldo pagado.
Después de ese día, todos querían contratarme y decían que algún día sería un gran pintor, pero la verdad era, que no me gustaría estar tardes enteras en eso de pasar la brocha de un lado a otro, una y otra y otra vez. Siempre supe que había algo más para mí.
—Tierra a Joel, ¿Hay alguien ahí? —dice el señor, pasando su mano delante de mi cara repetidas veces.
—Oh, lo siento, creo que me deje llevar por un recuerdo —digo acompañado de una carcajada.
—Eso note y bien, ¿No que ya tenías que irte?
Abro los ojos como platos y miro el reloj de la tienda.
—¡Mierda! Se me hará tarde para la reunión —entro a la tienda y procedo a cambiar de ropa lo más rápido posible.
—En lo que te cambias yo buscare algo allá detrás —dice el señor entrando a la parte trasera de la tienda.
Tardamos 3 días en reconstruir la parte de a delante de la tienda y 2 para remodelarla casi por completo. Vitrinas nuevas, maderas nuevas, pinturas... (Bueno ya saben). Todo costeado por la linda chica semi-asiática, "Chiyo Mayumi".
Si, ese es su nombre, aunque el señor de la tienda no me lo quiso contar todo. Me dio unos cuantos detalles sobre ella. Como que es la hija mayor, de una familia de "Plata"*.
Qué su padre y el, se conocen des de hace muchos años y que siempre se hacen favores mutuos. También, que esa familia, la "Chiyo", es la más rica y poderosa de ese país. Y sabiendo el inmenso territorio que es Plata, se podría decir, que ni siquiera juntando a mis dos familias, podrían llegar al nivel que posee está.
Pero en fin, eso fue todo lo que pude averiguar. El señor Wilson fue muy específico, cuando menciono que no podía contarle a nadie lo que me dijo, porque es una familia muy importante y que cualquiera desearía tener información de esta.
—Chico, cierra los ojos —grita el señor Wilson, desde la parte trasera de la tienda.
"Para que quiere que haga eso", me cuestione por un segundo, pero conociendo a este señor, era imposible que me hiciera algo malo.
—Está bien, ya los cerré —dije.
A continuación, escuche unos pasos que se acercaron hasta mí y luego se detuvieron.
—Ábrelos —dijo.
Obedecí y la sorpresa que me lleve fue grande.
—No, no puede...
—No te preocupes, después de todo, antes de ser mías fueron de tu maestro también.
Lo que estaba bien de frente, eran dos de las mejores katanas, que alguna vez le había entregado departe del estúpido anciano, Don chiche.
—Pero, estas son prácticamente las mejores espadas que tiene en la tienda —digo rehusándome a ellas.
—Por eso mismo, las necesitarás para el torneo —dice este con una gran sonrisa.
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Tres Espadas
AdventureNos contaron una historia falsa sobre nuestro pasado. Los que viven en este mundo, saben que todo está mal, pero gracias al miedo, nadie hace nada y el que lo intenta, muere. Preferimos vivir felices en la ignorancia, que afligidos en el conocimient...