Lazos de sangre.

113 8 108
                                    

—El hombre nos acaba de tirar en cara de que somos los siguientes en la fila para encontrar las 5 divisiones —mira al extraño—, y corrígeme si estoy mal.

—Estas mal niña —le respondió seco—. Dije dos de ustedes —entonces abrí los ojos. Y una risa incomoda me invadió.

—Debe ser una broma.

—Si quieres verlo así —se volvió a encoger de hombros.

—Está bien, digamos que sea verdad —mire a Cris y luego a May— ¿Quién de nosotros es el único que no, que no es "digno"?

—Eso es algo que no puedo decirles.

—¿Porque? —pregunté.

—Olvida eso Joel —protestó Cris—, este viejo no puede saber algo así, solo míralo. Es un maldito loco que vaga por estos bosques engañando a los viajeros quizás para matarlos, comérselos y usar su piel como abrigo —todos lo vimos, y dudamos por un segundo, pero...

—¿Pero, no viste todo lo que nos hizo? —le cuestione.

—Cualquier brujo loco podría hacer eso —argumentó.

—Cristofer debo diferir con tus palabras —intervino May—. Este hombre no me agrada en lo más mínimo, de hecho me atrevía confesar de que me causa algo de, pavor...

—Con más razón, no podemos confiar en el —concordó Cris.

—No Cristofer, aún no entiendes, por esa razón es que creo más es sus palabras. Es cierto que hay magos que pueden hacer este tipo de cosas, pero algo aquí va más allá.

—No, ya veo que pasa aquí —declaró Cris—. Seguro que desde que naciste te dijeron que eras especial y te llenaron la cabeza con ideas ridículas. Por eso quieres creerle, quieres o tienes la ilusión de poder ser una diosa. Pero te tengo noticias bella durmiente, los cuentos felices no existen.

—¿Y qué hay de ti?, ¿por qué no quieres aceptarlo?, ¿o es que tienes miedo de que Joel y yo estemos destinados a la grandeza y tú no? —rebatió Mayumi.

—Por favor, si apenas los conocí hace dos meses. No me importan en lo más mínimo y no es como que tengamos un vínculo mágico que nos diga cuándo estamos en peligro cada uno —el silencio que vino después de eso fue de muerte.

—¿Entonces, tú también lo sentiste? —le pregunté a un Cris asombrado.

—¿Que sintió qué? —subrayo May al no entender de que hablábamos.

—No sé de qué hablas —este se dio la vuelta y comenzó a caminar.

—¿Adónde vas? —inquirí.

—Se acabó, me voy de aquí.

—Buena suerte con eso —grito el extraño quién había estado muy callado durante nuestra discusión.

—Lo voy a buscar —dijo May.

—No será necesario —indicó el extraño y como por arte de magia Cristofer volvía a espaldas de él.

—Debe de ser una broma —exclama este.

—¿Cómo es que volviste por allí, cuando te fuiste por aquí? —le pregunté desorientado.

—No lo sé, solo estuve caminando por 3 días sin direcciona alguna hasta que llegue aquí.

—¡¿Tres días?! —cantamos Mayumi y yo a la vez.

—Sí, y veo que ustedes se quedaron aquí con el maldito extraño.

—Pero si te acabas de ir ahora mismo —le respondí.

Tres EspadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora