Clandestino.

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La brisa fresca, producida por una patada, desplazándose a velocidades extremas y que surca tan cerca de mi cabeza, que les aseguro. No viviría para contarlo si me hubiese pegado.

Luego de alejarme unos centímetros, arremeto con fuerza, no obstante Cristofer, desvía mi espada gracias a esas malditas cosas, que estaban aferradas a sus piernas.

Una hora había pasado... una hora de completo caos, de patadas y espadazos, de puñetazos y pinchazos. Una hora donde el bullicio de las personas a nuestro al rededor, ya me tenían al borde de la locura y si le sumas a eso una jaula electrificada, con suficiente voltaje como para matar a una vaca, pues... espero que le guste la carne quemada, a esos caníbales de la calle H.

Cristofer no cedía y era tan rápido que muchas veces me costaba seguirle el pasó. Todo por culpa de tener solo una espada. Por lo menos tenía dos ventajas en todo esto.

Lo primero era que, gracias a su cabello, largo y castaño (casi rayando en lo rubio), el cual bloqueaba su visión cada cierto tiempo, significaba una brecha, pequeña sí, pero lo suficiente como para nivelar las cosas, en momentos peliagudos.

La segunda era mi entrenamiento. Ese entrenamiento que tanto odie, estaba dando sus frutos al fin (si hablamos de resistencia, claro).

"Nunca pensé que una pelea pudiese durar tanto. El viejo fallo como tutor acreditado, por la Academia para Tutores de Niños Basureros".

Un puñetazo de Cristofer, me saca de mis pensamientos, pero en lugar de caer al suelo (como siempre), aguante todo lo que pude, apreté mi puño y se lo devolví con una fuerza similar.

Los dos nos desplomamos en el suelo, uno al lado del otro, tratando de tomar aire. Las voces de las personas y del comentarista eran difusas. Ahí fue cuando me di cuenta de que ya estaba agotado. El último ataque decidirá mi destino. ¿Ganare esos 78 millones de oro? ¿Cristofer me arrancará la cabeza? ¿Ustedes están confundidos y piensan que se han saltado un capitulo?

No se la respuesta a las dos primeras preguntas, pero si a la última. Y ya que probablemente ustedes se han detenido a pensar "¿Que pasa aquí? Ya sé, iré al capítulo anterior para entender que sucedió."

NO, no lo hagan, tranquilos que yo les explico que ocurrió.

Recapitulemos.
¤Gane el torneo del caribe.

¤Tuve una fiesta buenísima, con muchas bebidas.

¤El hombre de los ojos violeta, mato/quemo vivo a mi maestro, solo por una estúpida espada, la cual por alguna extraña razón, me dejo conservar... ¿Para que la cuidara?

¤El dinero no es suficiente para comprar dos espadas más, lo que me hizo entrar a una cueva, la cual contenía una ciudad (llena de mafiosos), para conseguir más dinero.

¤Vencí a un tal, "Pollo a la parrilla", en la primera torre.

¤Y por último, un extraño hombre (claramente mafioso), quiere hacer negocios conmigo.

Creo que es todo ¿verdad?

Unas horas atrás.

—Hola, mi nombre es Alessandro Bianchi, y me gustaría hacer negocios contigo —extiende su mano, con una gran sonrisa.

Un hombre alto, joven (30 a 35 años), de traje negro (costoso), traía el pelo parado, gracias a la inmensa cantidad de productos para el cabello que utilizaba y para remarcar, llevaba un diente de oro.

Tres EspadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora