Hola padre.
Desde pequeño te admire, siempre fuiste honesto y hacías siempre lo correcto. No sabes cuan orgulloso estaba de ti. Siempre quise seguir tus pasos. Te agradezco todo el amor que me diste, el que permanecieras a mi lado, agradezco todo y cada uno de los consejos.
Sabes padre siempre me pregunte porque te casaste con mamá, si ella no te hacia feliz. No me malinterpretes, estuve contento de ver a mis padres juntos, después de todo es el sueño de todo niño. Pero ahora más grande entiendo que mamá nunca fue el amor de tu vida. Al principio fue duro aceptar, incluso llegue a odiar a la persona que nos arrebataba tu cariño. Ahora comprendo que eso es demasiado injusto de mi parte. Imagino en este momento que estarás sorprendido por ello, pero siempre dijiste que era alguien sumamente inteligente.
Recuerdo que durante esa época, estaba lleno de rencor hacia un desconocido. Creo que recuerdas esa época, en donde me negaba a pasar tiempo con mamá y contigo. Me sentía engañado y traicionado. Además que por ese tiempo tú trabajo te mantuvo un poco alejado de casa. Pero entonces algo cambio, mejor dicho alguien me hizo cambiar.
Era el primer año de preparatoria cuando lo conocí, a mi maestro de química, ese hombre era guapo, recuerdo que exasperaba escuchar a mis compañeras chillar de emoción con tan solo verlo. Al principio creí que era un hombre arrogante y egocéntrico, aunque reconozco que era sumamente inteligente. Mi relación con el maestro no era cordial, siempre discutíamos en clase por cualquier nimiedad. Pero estaba emocionado, porque ese hombre podía conversar conmigo de cosas que para otras personas eran complejas. Incluso con ustedes era difícil hablarlo, y no porque no me prestaran atención pero era obvio que no sabían de lo que hablaba.
En algún punto dejamos de pelear, para enfrascarnos en charlas más interesantes, con el paso del tiempo deje de verlo como mi maestro y lo empecé a ver como un amigo incluso como un padre. Por eso me preocupaba cuando a veces lo veía mirar hacia la nada de manera ausente con una expresión de tristeza y profundo dolor.
Intente que me relatara la historia pero siempre cambiaba de tema. Un día de regreso a casa pasa por el salón de música, y escuche que alguien tocaba el piano. Esa melodía era maravillosa pero transmitía tanto amor y tristeza. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que era mi maestro, verlo tocar el piano de manera magistral transmitiendo sus sentimientos mientras lo tocaba. Sin dudar, entre haciendo que se detuviera, estaba sorprendido de verme. No sé cómo lo logre pero lo convencí de que me contara.
Mi inteligente pero sarcástico maestro era homosexual, pero la persona que amaba se había casado y formado una familia. Ellos se habían conocido en la universidad, esa persona tenia novia pero también amaba a mi maestro. Esa persona planeaba terminar con su novia para poder estar con mi profesor, porque aunque nadie lo sabía llevaban meses saliendo. Pero lo que no se esperaban es que esa mujer quedara embarazada.
La noticia fue un shock, esa persona le aseguro a mi maestro que eso no cambiaría. Que aún podrían estar juntos. Pero él se negó, porque sabía que esa persona era alguien que siempre hacia lo correcto, además estaba seguro que esa persona jamás se perdonaría dejar a un niño sin padre. Ambos se separaron, esa persona se casó con su novia y tuvieron a su hijo. Mientras que mi profesor decidió viajar por el mundo aun así jamás pudo olvidarlo.
¿Te suena la historia? Es obvio porque se trataba de ti y mi maestro. Es verdad jamás mencione el nombre de mi maestro. Su nombre es Anthony Stark.
Cuando termino de contarme la historia simplemente le di un abrazo porque no sabía que decirle, dos días después por cosa del destino encontré tu caja de recuerdos. Y ahí vi una foto de ustedes tan felices.
El odio que alguna vez olvide, había vuelto pero tan pronto como volvió desapareció, porque recordé cuando Anthony me contaba su historia con una mirada llena de tristeza y desolación. No sabes que idiota y egoísta me sentí.
Como podía odiar a un hombre que en vez de pensar en su felicidad pensó en la de un bebe que no había nacido. Quizás tu corazón le pertenece a él, pero el sacrifico eso, para que pudieras estar conmigo. Porque a pesar que siempre decía que era alguien sumamente egoísta, supe realmente que era alguien maravilloso.
Semanas después de aquella platica Anthony se fue. Con ayuda de otro maestro supe, que se había mudado de ciudad. En ese momento me sentí culpable. Imagino que preguntaras la razón. Me sentí culpable porque quería agradecerle, que me haya permitido estar contigo. Agradecerle porque sentí lo que era estar en una familia. Pero también disculparme, porque debido a mí no pudieron estar juntos.
Creo papá que ya es hora de que busques tu felicidad, Anthony y tú la sacrificaron por mi bien. Pero ya es tiempo que dejen de pensar en mi o en los demás. Siempre dijiste que debíamos luchar por aquello que amamos. Ahora eso te lo digo a ti. Lucha por el amor de aquel hombre. Quizás su pasado este lleno de recuerdos dolorosos y amargos. Pero estoy seguro que su futuro estará lleno de amor y felicidad.
Así que ve por él.
Atte. Peter Rogers
Steve arrugaba la carta que meses atrás su hijo le había enviado. La leyó más de una ocasión, pero pasado algunos días tomo la decisión de divorciarse, como esperaba ella, se negó y despotrico en contra de Tony, pero a él no le importo. No mientras supiera que su hijo le apoyaba. Pero ahora estaba nervioso. Minutos atrás había tocado la puerta, sentía su corazón latir a mil por segundo, sus manos le sudaban y sentía la boca seca.
Entonces escucho unos pasos, la puerta fue abierta y lo primero que vio fue la expresión de sorpresa en ese hermoso rostro que tenía años sin ver.
-¿Steve?
-Hola Tony.- trato de sonreír, aunque los nervios se lo impedían.
-¿Por qué estás aquí?
Steve se permitió ver cada detalle de aquel hombre que hace tiempo le robo el corazón. Quería memorizar cada parte, porque quizás fuera la primera y última vez que lo viera.
-Quizás sea ya demasiado tarde, quizás mi presencia te incomode. Pero solo venía a decirte que aun te amo. Que no importa los años que hayan pasado. Quiero estar contigo.
Noto como aquellos ojos color chocolate, adquirían cierto brillo. Y la mirada de su amado genio se cristalizaba. Notaba como este con todas sus fuerzas intentaba reprimir las lágrimas.
-¿Por qué hasta ahora? ¿Además que hay de tu esposa y tu hijo?
-Sabes que a ella jamás la ame. En cuento a mi hijo, él es la razón por la que estoy aquí. Porque él me dio el valor de buscarte, me recordó que debemos luchar por aquello que en verdad amamos.
-Tardaste mucho.
-Lo sé, y si no me quieres volver a ver lo entenderé pero... - no termino de hablar debido a la sorpresa de sentir unos labios sobre los suyos.
Se separó del rubio y con aquella sonrisa tan característica de él dijo. – Pero más vale tarde que nunca.
-Pero esta vez será para siempre.- respondió mientras lo abrazaba como hace tiempo no la hacía. Solo por un instante agradeció a su hijo. Porque gracias a él, por fin estaba con quien realmente amaba.
A unos cuantos metros un joven castaño miraba feliz aquella escena.
-Espero que esta vez, sean muy felices juntos.