Desde tiempos inmemoriales las cigüeñas entregaban bebés hasta que un día dejaron aquella noble tarea. Todo debió seguir así, pero un milagro sucedió.
Las cigüeñas regresaron y con ello, los sueños y esperanzas de muchas parejas.
Ese debió ser el final.
Pero cuando un capitulo termina otro se abre, y aquellos bebés han caminado por diferentes senderos.
<Mundo 78669>
A lo lejos se podía verse la prisión del cubo ardiendo en llamas, su sonrisa era de emoción mientras observaba a lo lejos a sus padres.
Quienes asesinaban a cualquiera que se interpusiera en su camino.
Oh, sus adorados padres. Hombres crueles y manipuladores, seres carentes de afecto, con el único propósito de recrear aquel torcido mundo en el que vivían, era irónico el escenario que se había creado.
Dos seres que no aprecian la vida, habían sido capaces de cuidar a un inocente niño. Un niño que veía con emoción y felicidad el trabajo que ambos hombres hacían.
Porque el joven de cabello castaño y ojos azules, a pesar del tiempo que laboro en SHIELD y siendo joven, entendía el deseo de sus padres.
Podía ver todo lo retorcido del mundo.
Sabía porque todas las personas en el mundo debían ser dominadas.
-¿Qué haces aquí?
La autoritaria voz de su papá lo saco de sus recuerdos, quien le miraba de una manera fría por otra parte su padre, le abrazaba con cariño y felicidad.
-No seas aguafiestas cariño. Deberías estar contento con lo que nuestro Peter ha logrado.- hablaba emocionado Steve.
-Te dije Peter que las emociones solo son un estorbo.
-Lo se papá, pero también se, que el mundo teme la existencia de ustedes. No por nada intentaban borrarles la memoria y hacerles trabajar para el lado de los ñoños.- lo último lo dijo con desdén.
-¿A cuántos mataste?- interrumpió la "aburrida" charla Steve.
-Mmmmm no recuerdo, solo sé que los traidores Maximoff ya no están entre nosotros.
-Eso suena prometedor.- sonrió Superior.
-Muy bien, es hora de que el mundo conozca nuestra existencia y aprenda a temernos.- hablo Steve llamando la atención de su amante e hijo. – Es momento de que el mundo se tiña de color negro.
Los tres miraron por última vez la prisión antes de darse la vuelta, ni se inmutaron ante el ruido de explosiones, y mucho menos les importo estar cubiertos de sangre.
Los soldados les esperaban y les hacían una reverencia, porque sus líderes, sus reyes estaban de vuelta.
Y mientras la familia subía al helicóptero podían escuchar a sus subordinados decir "Hail Hydra"
<Mundo AA>
Corría como si su vida dependiera de ello.
-¡Nathan Rogers Stark! Cuando te atrape te asesinare lenta y dolorosamente.
Los gritos se oían por todo el complejo pero los habitantes simplemente suspiraron sabiendo que eso era algo normal.
Un chico de cabello negro y ojos azules corría sin borrar su sonrisa llena de diversión. El joven de 16 años solo podía escuchar los gritos de Carol Danvers.