Había estado trabajando durante varios días, en un nuevo prototipo de arma, si bien era algo agotador, no significaba que dejaría que alguien más tocara sus creaciones, por lo que cuando salió de su laboratorio, sucio y lleno de grasa, no pudo reprimir una mueca de sorpresa ante lo que veía.
-Hola cariño.
Frente a él, estaba Steve Rogers con la apariencia de un niño de 11 años usando unos shorts cortos, una camisa sin mangas que le dejaba al descubierto el vientre, lo que parecían ser unas mallas y unas botas. Era claro para Anthony que eso era obra de algún científico con un horrible fetiche.
No lo malentiendan, si bien ha realizado experimentos e incluso matado en favor de la ciencia e Hydra, jamás pero jamás había tocado a un niño. Eso era algo que ni por todo el dinero del mundo haría, y todos los que trabajaban para él, lo sabían.
-¿Qué paso?- Si bien la pregunta en sí, podría catalogarse de estúpida, nada más de ver al pequeño rubio, estaba interesado en saber cuál sería la respuesta del mini soldado.
-Pues uno de los científicos, no recuerdo su nombre pero se apellida Klein, dijo que necesitaba mi ayuda para un experimento y que me la pedía a mí, porque poseo el suero del supersoldado.
Anthony al escuchar el apellido supo lo que ese sucio hombre intentaba, y estaba seguro que Steve también lo sabía, no por nada había decidido ir a su habitación. Nadie estaría tan demente como para traspasar su fortaleza a no ser que prefirieran la muerte como regalo.
-¿Y? ¿Te quedaras así toda la vida?
Pregunto mientras se iba quitando la camisa, e ignorando la mirada anhelante y brillosa del pequeño rubio.
-¿Crees que aceptaría participar en algo tan estúpido sino tuviera garantías?- el pequeño pregunto con ironía y con un toque burlón.
Anthony entro al baño, sin responder a la pregunta, por lo que deducía que el estado de Steve no pasaría de 24 horas, lo cual implicaba soportar al estúpido rubio que tenía como amante, por lo que quedaba de la noche y el resto del día siguiente.
Cuando salió ignoro al rubio mientras se vestía, cuando al fin termino vio a Steve haciéndole señas, se acercó pero no lo suficiente y este le hizo un gesto de mandarle un beso, por lo que simplemente con sus dedos le pego en la frente.
-Tony no me quiere, Tony no quiere darme un beso.
Ver al tan famoso capitán Hydra haciendo una pataleta digna de un niño de 5 años no era algo que se veía todos los días, pero Anthony tan solo pensaba en lo insoportable que Rogers estaría porque una cosa era clara, el no tocaría a un mocoso, y no dejaría que un mocoso lo tocara.
Pero sabiendo que no se callaría, hizo lo único que podría admitir. Le dio un beso en los labios. Fue algo rápido que ni siquiera podría considerarse beso, pero fue suficiente para que el soldado dejara su berrinche y abrazara a Superior.
-Mañana cuando vuelva a la normalidad, matare a ese científico de cuarta.- siseo con desprecio el niño.
-¿Por?
-Porque en esta forma no podre tocarte.- dijo con una voz llena de tristeza. – Hace una semana que no te veo y ahora que lo hago no puedo hacer nada.
-Si vas a matarlo, evita destruir las cosas, no quiero que atrases los proyectos.
-Oye Tony...
-¿Qué?
-En verdad amo lo frio que eres.
El genio tan solo se acostó en la cama, mientras a su lado el rubio también lo hacía. Ambos quedando profundamente dormidos.
Ya mañana Superior se encargaría de recordarles, porque era mala idea tocar lo que le pertenecía.