Steve Rogers no era el típico hombre que salía de fiesta o el galán al que le agradaba divertirse con algún hombre o mujer se cruzara en su camino (esta demás decir que es bisexual), más bien era alguien tranquilo que disfrutaba de las cosas sencillas, pero que cuando se lo proponía podía disfrutar de una fiesta, a pesar de ser un hombre sumamente atractivo no le gustaba las citas de una sola noche, a sus 25 años tenía la firme creencia de que en algún lugar estaría su pareja perfecta, con la cual se casaría. Sus amigos solían burlarse por los pensamientos del rubio, pero igualmente lo respetaban.
-Sabes Steve.- tomaba un sorbo de su taza de café, mientras llamaba la atención de su amigo. –Leí en una revista, que debes tener 6 hombres tóxicos antes de encontrar a tu pareja indicada.
-Por si lo olvidas soy un hombre, y no sé cómo me ayuda en eso a mí Nat.
-Quizás no seas mujer, pero creo que la revista esta en lo correcto.
-Supongamos que tienes razón, cual es el número uno.
-El guapo cero inteligente.
Steve levanto su ceja en señal de que continuara pero la pelirroja solo sonrió.
-No te diré lo que dice, no aun. Solo te diré el tipo de pareja.
Ya no insistió en el tema pero no había que ser un genio para saber de qué iba, después de aquella pequeña charla con su amiga, lo invito a ir a un club con sus demás amigos, lo cual acepto ya tenía demasiado tiempo que no salía a divertirse.
Estaba animado aunque no había consumido mucho alcohol, pero era relajante estar con sus amigos, fue a la barra a pedir otra ronda de bebidas.
-¿Qué deseas cariño? –lo miro la barma coquetamente.
-5 summer night, por favor.
-Enseguida.- la chica se retiró para realizar los pedidos.
-Nunca había visto a Alison tan entusiasmada por entregarle rápidamente a alguien sus bebidas.
Volteo al escuchar aquella grave pero profunda voz, y se quedó sin aliento al ver a quien se encontraba a su lado, debido a la oscuridad del lugar y las luces de neón, le era complicado admirar sus rasgos, pero una cosa era segura esos ojos color chocolate serian su perdición. Por lo que al llegar la joven pago por las bebidas y corrió de ahí, se regañaba mentalmente por ello, pero recordó lo dicho por su amiga.
Más tarde esa noche conoció a una joven llamada Sharon, era bella y agradable.
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-¿Cómo vas con tu hermosa e "inteligente" novia? –Remarco la palabra inteligente.
-Muy mal Nat.- suspiro, no tenía ni un mes con la mujer y se arrepentía de haberla conocido.
La chica ya se había imaginado que algo así le pasaría a su amigo. Así que ignorándolo, saco la revista que hacía tiempo atrás le había comentado.
-Todas hemos tenido uno en nuestra vida. Ese que tiene ojos hermosos, cuerpo de dios griego y un broceado de envidia. Son tan guapos que no te puedes resistir y por ratos se te olvida que su único defecto es que parecen tener aire en lugar de cerebro.
Steve por un instante, imagino al hombre del club que en definitiva era 100 veces más sexy y guapo que la rubia, pero por temor a que se fuera a desilusionar decidió huir y ahora se lamentaba de haber entablado una relación con Sharon Carter, porque a pesar de que la mujer era guapa, ciertamente no le importaba más que su físico y no pensaba más que en eso.