La Princesa de mis sueños. (Maluma).

Capitulo III

Narra Aria.

La noche siguiente.

Terminé de arreglarme y me mire en el espejo. Genial.
Llevaba un vestido color lila, largo hasta la rodilla y con la espalda abierta. Maquillaje. Solamente corrector, base y rímel. El pelo suelto con ondas. Zapatos negros no tan altos y mi collar de "Princesa". Listo, ya estaba perfecta.

Mis papás estaban afuera con Luis y su familia, mientras yo esperaba jugando con mi celular. No se que pasaba que no entraban, pero en fin. Me sentía nerviosa y no se porqué. Presentía algo raro.
Hasta que por fin la puerta se abrió, dejando paso a Luis junto a dos mujeres vestidas de blanco y dos chicos con ropa azul y negra. Me levante del sofá y me acerque a ellos.

- Luis...

Le di un Abrazo y le sonreí.

- Bueno, ella es Aria. La princesa de España. Aria, ellos son mis hijos. Manuela, la mayor. Juan, el del medio y José el menor. Y mi esposa Marlli.

Me presente con todos, menos con el de negro. Él no dejaba de mirar el suelo. Hasta que le tendí una mano y le hable.

- Aria Jhonson, princesa de España.

Levanto su mirada y sentí el miedo de mis sueños. Esto no es posible. Él me miraba de la misma forma que yo a él.

- Juan Luis Londoño Arias...

Aceptó mi mano, sin despegar sus ojos de los mios.

- Aria, hija, ven un segundo.

Mire a mi papá y me zafe del agarre de Juan. Fui tras él y nos quedamos parados en la puerta del jardín.

- Por favor hija, no te pegues tanto al de azul. Me da mala espina. Los otros si.

Lo mire raro.

- Esta bien papá.

- Era solo eso, puedes ir.

Caminé hasta el living para buscar mi celular, pero me encontré a Juan ahí parado. Mirando MIS fotos.

- ¿Algo interesante que mirar?

Levante una ceja. Él se volteo y me miró otra vez raramente.

- No... Yo... Lo lamento.

Bajó su mirada.

- Disculpame a mi, te hable muy secamente.

- Descuida, estoy acostumbrado.

Me sonrió. Dios. Su sonrisa es igual de perfecta que en mis sueños.

- Juan... ¿Quieres tomar algo?

- No, estoy bien. Gracias princesa.

Lo mire mal. De todas formas mire a mis costados para verificar que no hubiera nadie. Me acerque a él.

- No me gusta que me llamen Princesa. Simplemente Aria y ya.

Asintió.

- Aria... Eres directa.

- ¿No te agrada? Lo lamento, soy así.

- Ese es el punto, si me agrada.

Me aleje de él.

- Sigueme. Se van a preocupar si tardamos.

Fuimos al comedor donde ya estaban todos hablando. Fui a mi lugar y me senté, mientras que a mi lado tenia a la chica y en frente a Juan.

- ¿Puedo preguntarte algo?

Mire a la chica... Mmm... Manuela, creo.

- Si. Claro.

Sonreí.

- ¿Que se siente ser de na realeza? No es broma.

- Normal para mi. Aunque prefiero ser normal. O sea, salir con amigas y demás. No soy esas princesas presumidas que solo son importantes porque llevan una coronita en la cabeza. Solo soy una chica normal que vive en lujos.

Los tres se quedaron sorprendidos.

- Wow... Creí que eras... Distinta.

Hablo el chico de Azul. Rodé los ojos.

- No... En definitiva no.

Me quede mirando a Juan fijamente. Todavía sentía miedo. Es como si esos sueños me dijeran algo. No se.

Narra Juan.

Apenas la vi, me acorde de los sueños que he tenido. Por fin pude saber su nombre.
Era tan preciosa como en mis sueños, solo que ahora estaba vestida de Lila. He de admitir que se veía preciosa así. Ella era preciosa en sí.

Nada mas ruego que no sea amor lo que me esta pasando ahora. No estoy como para una relación.

Durante gran parte de la cena nos tiramos miradas. Creo que el padre de ella se dio cuenta, por lo que empezó a "Interrogarme"

- Y dime Juan... ¿A que te dedicas? ¿Que te gusta hacer en tu tiempo libre?

Tome un poco de agua.

- Bueno... Soy cantante urbano. Y me gusta componer canciones y estar con mi familia.

- ¿Nombre artístico? ¿Intereses...?

Levante una ceja.

- Emm... Soy Maluma y no se a que se refiere con lo de Intereses.

- Intereses con mi hija.

Estaba tomando agua cuando por poco escupo.

- ¡Papá! Por favor.

Todos se pusieron a reírse. Hasta que hable.

- No voy a negarlo, es una chica bella. Pero no la veo mas allá de eso. Así que no hay intereses.

Se quedaron viéndome hasta que siguieron hablando entre ellos. Yo solamente me quedé callado, mirándola.

En serio, era la chica de mis sueños.
Es La Princesa de mis sueños.