Capitulo XXVII

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Narra Aria.

- Estas loco...

Juan se sentó al borde de la terraza.

- A veces vengo para relajarme. Se ve toda la ciudad.

Me senté igual que él.

- Es un lindo lugar... Aunque me duelen las piernas.

Juan rió.

- Me hubieras dicho y te cargaba.

- No... Ya va a pasar.

Me apoye en su hombro y suspire.
Después de habernos escapado de mi fiesta, Juan manejó hasta una calle cortada. Justo en la cortada, había un edificio bastante deplorable. La cosa es que subimos varias escaleras hasta llegar a la terraza de este.

- ¿Tienes frío?

Me abrazó.

- Un poco...

Se sacó el saco y lo puso sobre mis hombros.

- No tengo frío, usalo.

- Gracias...

Estuvimos abrazados en silencio por un largo rato. Solo se escuchaban nuestras respiraciones y llegaba a escuchar los rápidos latidos de su corazón. Lo que hacia que el mío fuera al mismo ritmo.

- Juan...

Me miró. Apenas dio vuelta su cara, lo besé. Sentí mi cuerpo  temblar por como se ponía el beso. Él me pegó a su cuerpo y sostuvo mis mejillas para que no me separe de él. No estaba en mis planes alejarme, pero no nos quedaba mas aire.

- Te quiero Aria... No te alejes jamás de mi.

Susurró agitado.

- No creo hacerlo, a menos que repitas lo de la vez anterior.

- No lo haré hermosa.

Acarició mis piernas. Sonreí dándole algunos besos en su cuello.

- Juan...

- ¿Si?

- Quiero...

Me quede en silencio. Juan se separó de mi y levantó mi mirada.

- No tengas vergüenza. Eres una chica hermosa y decirme que quieres tener tu primera vez no me molesta. De hecho, me sentiría privilegiado de hacer eso -Rió, le pegue en el brazo- ¿Estas segura?

- Si...

Sonreí.

- Entonces vamos a algún lugar donde podamos empezar.

Me besó otra vez. Con cuidado, nos levantamos y empezamos a caminar a las escaleras de el edificio.

Me sentía nerviosa. En realidad si quería, pero me daba una sensación extraña. Sentía un cosquilleo en todo el cuerpo y eso hacia que tiemble como si estuviera en el polo norte. Además, seria la primera vez que un chico ve mi cuerpo... Sin nada.

Llegamos a la casa de Juan. Él me levantó como si fuera una princesa... Bueno, lo soy. Mejor dicho como si estuviésemos "Recién Casados". Así subimos a su piso y entramos en él.

- ¿Quieres tomar algo?

Me bajó al suelo.

- No... Gracias...

Sonreí.

- Entonces dame un segundo que tomo agua.

Se fue a la cocina y yo me quede esperándolo. Enseguida volvió y volvió a levantarme como antes. Mientras caminaba hasta su habitación, me besaba el rostro lentamente. Ahora volvió a bajarme y me besó con dulzura. Yo sonreí y seguí besándolo. Quedamos con las frentes unidas, mientras él buscaba el cierre de mi vestido. Me daba mas vergüenza aun, ya que con este vestido no necesitaba un bra ni mucho menos. Apenas mi vestido cayó al piso, me tape.

- Aria... -Juan acarició mi hombro- No lo hagas.

Sacó mis manos de mi pecho.

- Eres hermosa así y así me gustas. No quiero que tengas vergüenza a mostrarte tal y como eres. Así como estas, eres hermosa y perfecta.

Me besó otra vez. Yo desabroche su camisa y la deslice por sus hombros hasta sacarla...

Dios mio, lo que esconde la ropa. ¡Este es el chico mas sexy que vi en mi vida!

- Voy a tener cuidado esta vez -Susurró en mi oido- Solo para cuidarte.

Empezó a besar mi cuerpo mientras me acostaba en la cama.

- Juan... -Murmuré- Dios santo..

Me estaba acariciando el abdomen con su labio. Mi cuerpo estaba prendido fuego.

- Quiero que jamás olvides esto -Besó mi pierna izquierda- Te quiero.

- También te quiero.

Bajo mi última prenda.

- No te olvides de...

- Tranquila. No pasará nada.

Lo besé despacio.

- Te amo Juan...

Sonrió.

- Yo te amo mucho mas.

La Princesa de mis sueños. (Maluma).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora