La Princesa de mis sueños. (Maluma).

Capítulo XVIII

Narra Aria.

Me levante mas temprano de lo normal. No se porqué, pero bueno. Anoche papá tuvo que viajar de urgencia, y como mamá dormía le dije que le avisaba mas tarde.
Fui a la habitación de mamá y toqué varias veces. Como no recibí señal, entré. Mi mamá todavía estaba durmiendo. Me acerqué y la llamé.

- Ma, arriba.

Su piel estaba helada y no despertaba. Tomé su pulso, toque su pecho y nada. Mi mundo se cayó a pedazos.

- Mamá... Mamá no...

Me apoye en ella llorando. Me di cuenta que tenia una carta con mi nombre en sus manos. Y otra para mi papá. Deje la de papá a un lado y tomé la mía. Con las manos temblorosas, la abrí y leí como pude.

Mi princesa hermosa.

Ayer no me despedí como hubieras deseado quizás, no te he hablado sobre mi problema y por eso dejo esta carta.

Hace unos meses, me diagnosticaron una enfermedad terminal. Tu papá no sabia, solo Marlli que fue la única persona en la que confíe y se lo dije. Siquiera tuve el valor suficiente para hablarle a tu papá.

Te amo hija, y estoy orgullosa de cada logro tuyo. Me alegra que hayas encontrado el amor y espero que Juan te ame y te cuide.

Te dejo mi legado. Quiero que mantengas todo tal cual y como yo lo tenía. Se que esto te afectará, pero es la única forma que tengo de despedirme y decirte todo lo que antes no.

Te amo Aria. Jamas olvides nuestros momentos. Y no llores por mi, yo estaré ahí siempre.

Melanie.

Como pude, llamé a mi papá.

- Hija ¿Que pasa?

- Pa... Mamá...

- ¿Que pasó con mamá?

- Mamá murió.

Escuche un sollozo del otro lado.

- Ya mismo viajo para allá.

Cortó. 
Le envie un mensaje a Juan. Enseguida estaba abrazándome y tratando de calmarme.

- ¿Que paso que estas sola?

Me besó la mejilla.

- Papá viajo... Y mamá...

No pude hablar.

- ¿Que pasó bonita?

- Mamá murió.

Juan me estrechó mas entre sus brazos.

- Tranquila... Estoy yo aquí, no estas sola preciosa...

Lo único que hacia era abrazarlo. No podía dejar de llorar.

Ya entiendo el comportamiento de mamá... Ella no quería morir sin antes aconsejarmw y pasar tiempo conmigo.

Narra Juan

Días después.

El féretro ya estaba bajo tierra. Aria no dejaba de llorar entre mis brazos, mientras que mis papás estaban junto al de ella.
Aria ya se había despedido de su mamá, por lo que la había alejado un poco. Manuela y José estaban con nosotros, también tratando de consolarla.

- Tienes que ver el lado bueno -Sonrió Jose- Ahora tienes un cargo mas grande y mejor.

- No es así José. Tu no sabes lo que es no tener a tu mamá -Lloriqueo- Tu no sabes lo que es despertarte y no encontrar a tu mamá.

La abracé de nuevo y de nuevo lloró en mi pecho.

- Juan ¿Me acompañas? Quiero irme a casa...

- Si -Acaricie su cabello- Manu, avisale a mamá que la llevo.

Asintió con su Cabeza. Aria y yo fuimos hasta el coche. La ayude a subirse, estaba mareada y pálida.

- ¿Hace cuanto no comes?

- Tres días... Esto de mamá me hizo tan mal que ni comer puedo.

- Bien... Ahora iremos a tu casa y te preparo algo de comer. No me digas que no, estas mal y necesitas Alimentarte.

Suspiró y se apoyó en mi hombro. No me molestaba en lo absoluto, podía manejar bien.

- Gracias...

Murmuró.

- ¿Por?

- Por estar conmigo cuando mas lo necesito... Fuiste el que aguantó todo desde el principio... Gracias Juan.

Se acomodó bien en el asiento. Ya habíamos llegado a su casa.
*

- Aria, come.

Otra vez dio vuelta el tenedor.

- Juan, no tengo hambre ya te lo dije

- Tienes que comer.

Bufo molesta.

- O comes o voy y beso a la primera que se me cruce

Me miro mal y comió.

- Mejor así.

Reí.

- No me gusta que digas eso -Suspiro- Al menos no si quieres estar conmigo.

- No lo haré, tranquila. Solo es para que comieras un poco.

Acaricie su mano.
Ella comió un poco mas y decidió irse a dormir. Me pidió que me quedase con ella hasta que se durmiera, y no podía negarme. Además, su papá todavía no vino y prefiero quedarme antes que volver a casa.

- Juan...

Me llamó. Creí que ya estaba dormida.

- Si bonita, aquí estoy.

Me acerque a su cama.

- Acuestate a mi lado. Por favor.

Me quite los zapatos y me acosté a su lado.

- Nunca me dejes. -Me abrazó, acomodándose en mis brazos- Te amo.