Capítulo XLII

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Narra Juan.

Abrí los ojos y lo primero que hice fue mirar donde estaba Aria. No estaba al lado mio, era todo silencio. Me levanté y fui a buscarla por la casa.

Desde la cocina se oían ruidos, asi que no lo dudé y fui alla. Ella estaba de espaldas, con mi camisa negra. Que por cierto le quedaba gigante. Y terminaba de cocinar, vaya uno a saber qué.

En silencio, me acerqué y la abrace de la cintura. Pegó un pequeño salto y rió.

- Buenos días preciosa -Besé su hombro- ¿Como estas?

- Buenos días -Volteó su rostro sonriendo- Bien, con un poco de dolor en mi zona íntima, pero bien.

Le di un pequeño beso.

- Ahora te doy unas pastillas para el dolor. Así estas mejor y se va mas rápido.

Asintió, volviendo a lo que hacia.

- Espero que te gusten los panqueques y las masitas...

- Amo eso -Reí- ¿Lo hiciste todo tú?

- Bueno, las masitas las compré -Rió- Pero todo el resto si.

Se dio vuelta y me sonrió. Le di un corto beso.

- La próxima me toca a mi. Gracias bonita.

Me Abrazo y se acercó a mis labios.

- De nada, Pretty.

Nos empezamos a besar con algo de intensidad. Esta chica me encantaba.
Levanté una de sus piernas y la coloqué pegada a mi cintura. Nuestras "Zonas" quedaron pegadas, haciendo que ella soltara un leve gemido sobre mi boca.

- ¿Te Hago mía en este momento o desayunamos y después te hago mía?

Rió.

- Desayunamos y me voy.

- ¡Ah! Mata pasiones.

Soltó una carcajada mientras nos alejábamos.

- En serio Juan... Tengo que volver a casa.

Dejó las cosas sobre la mesa de la cocina. Me acerqué y volví a abrazarla.

- ¿Puedo verte esta noche?

- Si... ¿Vas a casa o yo vengo aquí?

- Te busco y vienes. ¿Te parece?

- Genial.

Le di un beso en su hombro y nos sentamos para desayunar.

Narra Aria.

- Hola pa.

Besé la mejilla de mi papá y le sonreí.

- Hola hija. ¿Como estás? ¿Como la pasaste anoche? ¿Donde dormiste? ¿Con quien estuviste? ¿Tomaste mucho?

Reí

- Bien. Excelente. En la casa de Juan. Con Juan. Y no tomé casi nada.

Respondí sus preguntas en orden mientras bajaba mi vista avergonzada.

- Hija... No me digas que...

Levante mi vista y mordí mi labio.

- Quiero imaginar que se cuidaron.

- Si papá. Todo en orden.

Mi papá sonrió.

- Que lindo, mi bebé ya creció -Se levanto para abrazarme- Y que lindo que se hayan reconciliado después de lo que pasó.

La Princesa de mis sueños. (Maluma).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora