Capítulo 35: " Una sorpresa inesperada. "

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—Mi cabeza. —dije mientras me sentaba en mi cama y me sujetaba esta.

Fue una noche con mucha locura, lo único que recuerdo es a Col y Cam, pegándoles a aquellos chicos, lo tiene merecido por tocarme, no tiene derecho a hacer lo que hizo, encima ni lo conocía, aunque lo halla conocido le hubiera pegado, soy mujer y no soy muñeca de nadie.

Me levanto y voy hasta mi baño, lavo mi cara y dientes, acomodo mi pelo y reviso mi celular, Lou, vio lo que le mande, pero no me contestó, me habrá cambiado por alguna zorra, de seguro.

Salgo de mi cuarto mirando el suelo, no tenia ni ganas de levantar mi vista.

—Hola. —dicen a mi espaldas.

—¿Sigo ebria que imagino tu voz? —reí leve y me pare en seco.

—Averígualo. —mi cara paso a estar totalmente sorprendida y triste a la vez. Me doy vuelta lentamente y pude verlo. En mi estómago se formo un nudo enorme, no podía creer lo que veía, mi vista poco a poco empezó a nublarse.

—Lou. —dije con mi voz hecha un hilo, inconscientemente corrí hacia el y salte a sus brazos, este me sujeto con fuerza y mis lagrimas salían a la vista.
Lo se, me la paso llorando, ¿que mas quieren? Soy muy sentimental.

—Volviste. —me separe solo unos centímetros para poder verlo, este tenía una gran sonrisa y sus hermosos ojos brillantes.

—No aguante mas, te extrañaba muchísimo, los extrañaba. —este miro profundamente mis ojos y su sonrisa era cada vez mas grande.

Tome su rostro y comencé a besarlo como nunca, nuestras lenguas bailaban al ritmo del compás, fuimos hechos para estar unidos. Seguimos besándonos unos minutos mas y no tuvimos problemas con la respiración, era la primera vez que pasaba esto y era emociónate, muy emocionante.

—¿Cuando llegaste? —me separe de el y recorrí cada centímetro de su rostro.

—Hace un rato. —este me acomodó bien sobre su torso. —Quería darte una sorpresa. —este sonríe, dejándome ver sus perfectos dientes, volví a abrazarlo y este apoyo su rostro en mi pecho.

No se dan una idea cuanto lo necesité este maldito mes.

—Te extrañe. —dijo repetidas veces.

—Yo también, no te das una idea cuanto te necesite. —este se separó unos centímetros y me volvió a ver profundamente.

—¿En serio? —este se pone serio.

—Aunque no lo creas, si. —sonreí y baje mi vista. Este con una mano me tenia de la cintura y con la otra, me tomo del cuello, empezó a besarme y no tarde es seguirlo.

Todo un mes estuve esperando esto y solo me faltan días para irme a Nueva York.

—La canción que me cantaste... Aseguró todo lo que siento hacia ti, perdón por dejarte sola, no quise hacerlo, pero ahora esta todo bien, y si... Mas tarde voy a decirte el porque. —este sonrió.

—Esta bien, no importa. —sonreí y baje de su torso.

—Si que importa. —este miro hacia abajo. —Rienes que saberlo. —volvió a sonreír. —Ahora esta todo mas que bien, y podré decirte las cosas sin preocupación.

—Esta bien. —sonreí. —Lo que no esta bien, es mi estómago. —reí a carcajadas.

—¿Tienes hambre? —este me mira con media sonrisa.

—No te das una idea. —volví a reír.

—Compramos pizza, bajemos. —este toma mi mano y comenzamos a bajar las escaleras.

El estúpido mejor amigo de mi hermano. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora