Capítulo 40: " Ya tengo dueña. "

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En multimedia el chico "conserje" Félix ♥

Eran las dos de la madrugada y me encontraba sola en un bar que queda a pocas cuadras de mi edificio, como dije, necesitaba una buena copa y eso vine a buscar.

Una joven cantinera me atendí, su rostro y voz me eran muy familiar.

—¿Lux? —entrecerré mis ojos y la observe mejor.

—Si, soy yo. —dice esta con una gran sonrisa.

—Soy Jenn, nos conocimos en un bar en Florida. —sonrei y no deje de verla.

—¡Ay, ya me acuerdo! —dice esta con emoción y me da un pequeño abrazó. —¿Como estas? No te he vuelto a ver, desde esa noche.

—Bien, necesitando un buen trago. —reí. —¿Y tu? Si, yo digo lo mismo.

—Conseguí trabajo aquí y bueno, lo aproveché, la paga es muy buena. —esta sonríe. —¿que vas a tomar?

Inspeccione la carta de tragos y me tente a probar uno que se llamaba "torino" vamos a ver que tan bueno es.

Lux tardo solo unos segundos en preparármelo, y se quedo hablando conmigo mientras ella tomaba agua.

—¿Estas sola?

—Ahora si. —le di un trago a la bebida, realmente estaba riquísima. —Mis hermanos están en el departamento. —sonrei.

—¿El chico de la otra vez...? —dice esta bajando un poco su vista.

—Cam, se llama. —sonrei. —no, no es mi novio.

—¿Y como sabes que iba a preguntar eso? —esta ríe leve.

—Es obvió, aparte le gustaste. —dije mientras le volvía a dar otro sorbo a mi bebida.

—¿En serio? —pregunta esta y eleva sus perfectas cejas.

—Si, no te sacaba la vista de encima. —la mire con satisfacción al verla con sus mejillas enrojecidas y una gran sonrisa.

Que casualidad que vea a todos los que conocí en Florida, primero Andy, ahora Lux ¿y después?... Mejor no quiero saber.

—¿Después te vas sola? —dice esta aún al frente mio.

—Si, vivo a unas manzanas. —sonrei y terminé mi tragó. —¿Me podrías dar licor de dulce de leche? —esta sirvió una medida y me lo da.

—Tienes que tener cuidado, aquí no es igual que en Orlando.

—Lo se, pero, se cuidarme. —sonrei y tome de un trago la bebida. —¿Se puede fumar aquí?

—Claro que si. —esta sonríe y saca un cigarrillo, copio su acción y prendo este.

—Y dime, ¿cuantos años tienes? —solté el humo.

—En unos meses cumplo diecinueve. —esta sonríe y se apoya en la barra.

—¿Tan chica trabajando en un bar? —la mire sorprendida.

—Es lo único que conseguí. —esta sonríe. —¿Y tu, cuantos años tienes?

—Hasta ahora, diecisiete, en una semana cumplo dieciocho. —sonrei y vi a esta reírse.

—¿En serio tienes esa edad? —dice esta cesando la risa.

—¿Porque mentiría? —sonrei y eleve ambas cejas.

—Es que no pareces, tu cuerpo, tu madures y no se, no pareces.

—Ahora estoy siendo madura. —reí. —¿MBe haces un pequeño favor? —sorbí mi cigarrillo.

El estúpido mejor amigo de mi hermano. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora