Capítulo 60

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—Ori, vamos. —grite frente la escalera desde el primer piso.

—Ya voy, mami. —dice la pequeña.

Hoy es su cumpleaños, el número cuatro.

Los años pasaron tan rápidos desde aquella vez en la sala del hospital, Oriana es una hermosa niña, respetuosa, amigable, decidida, y muy buena para tales personas.

Primero me habían dicho que iba a ser nene, pero cuando la tuve cambio todo, los colores de su ropa, los juguetes, sus mantas, todo.

Ella es una niña muy especial para mi, es mi segundo amor de la vida, ella es mi vida completa. Lou, cuida muy bien de nosotras dos, no nos falta nada, ni amor.

—¡Maniquí! —grita Ori

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—¡Maniquí! —grita Ori.

—¿Que pasa, mi vida? —me agache a su altura.

—¿Donde vamos? —dice esta tambaleándose para ambos lados con su carita angelical y sus dos manos juntas.

—A la casa de tu tío. —respondí con una sonrisa mientras la alzaba en mis brazos.

—¿Cual de todos mis tíos? —esta intenta rodar sus ojos y no le sale muy bien, me rio de su intento.

—El tío Col, hija.

No es que tenga tantos tíos, pero bueno, ella lo cree así.

—¿Y mi papi?

—Esta con tu tío. —dije sonriendo.

Todos nos reuníamos en casa de Col, para hacerle una fiesta sorpresa a la pequeña. Mi hermano es cada vez mas tierno, el fue el de la idea.

Sali caminando de la casa con ella en brazos, y nos dirigimos al auto, la deje en el asiento trasero, con su cinturón puesto, le deje mi celular y me subí al lugar del conductor, puse la radio, pero no muy alta, después arranqué el motor.

Ella iba tan entretenida con mi celular, que tenía miedo de lo que estaba viendo o donde se había metido, así que como toda madre preocupada le preguntó:

—¿Que miras, mi pequeña? —la mire por el retrovisor.

—Unas fotos, mami. —esta me mira y sonríe.

Freno en un semáforo y me doy media vuelta.

—¿Me la muestras? —dije sonriendo.

La pequeña voltea el celular y me deja ver una foto de Lou, haciéndole caballito a ella en un festival que fue hace unos meses atrás.

—Salen hermosos. —dije sonriendo y volteo para seguir mi rumbo.

—Obvio que somos hermosos. —dice Ori.

Reí al comentario de la pequeña y esta hizo lo mismo mientras que iba cantando una cancion de su dibujito preferido.

Minutos después llegamos a la casa de mi hermano, entramos y todo estaba en silencio hasta que se escucharon unos gritos.

El estúpido mejor amigo de mi hermano. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora