Me Robaste el Corazón

Capitulo 8: Exhausto

Leyla luego de andar de país en país viajando y dándose la buena vida como suele hacer, ha regresado y al enterarse de que me caso, ha querido ayudarme con los preparativos. Está hasta más emocionada que yo. Hemos venido a una tienda de cosas para bodas y demás y ella lo ve todo con efusividad. Yo me paseo por los pasillos con nostalgia. Cómo me gustaría sentir alegría por mi boda, pero por más que lo intento no la siento. En dos meses me caso, en dos meses seré la esposa de Ian y aún no logro digerirlo. Leyla se acerca feliz y me enseña unos manteles

— ¿Que color te gusta más? Este está hermoso

— Cualquiera

— ¿Que? Ay Lara es tu boda, parece que ni te importa

— Será mejor que contrate a una organizadora de eventos. No tengo tiempo para esto y últimamente me siento pésimo

Ceñuda pregunta

— ¿Te sientes mal?

— Mareos, el corazón, la misma lata de siempre. Ya estoy acostumbrada

— Si quieres podemos dejar todo para después. No te ves bien.

Niego con la cabeza mientras camino mirando todo con insulsez

— Terminemos de ver las cosas aquí. 

Leyla sigue buscando cosas para la boda y yo con un pesar que no logro apagar me hago a un lado cruzándome de brazos. No sé si haga lo correcto, no sé si luego me arrepienta. No quiero lastimar a Ian y más sabiendo que es un hombre maravilloso. En la tarde tengo una junta de socios en la empresa y de solo pensar que Aarón estará allí me pone en descontrol. No ha querido venderme sus acciones en mi empresa y tengo que soportarlo todo el tiempo.

— ¿A donde irán de luna de miel?— Pregunta Leyla

— No lo sé, no he pensado en eso

— ¿Que clase de novia eres? Osea, te vas a casar y no muestras interés alguno

— Estoy algo estresada, quizá deba ser eso. Ahora vámonos. Se me olvidaba que tengo una junta en la empresa y no puedo llegar tarde

Caminamos hacia fuera de la tienda y miró el móvil. Hay mensajes de Ian que no deseo contestar, cada día que pasa me llena de más pesar. Subo al coche y Leyla me mira con desconcierto. Sabe que me ocurre algo pero no logra saber qué es ni quiero que lo sepa. Recibo una llamada del investigador privado y activando el manos libres respondo.

— Señor Green, estaba usted perdido. Espero que me tenga buenas noticias

— De hecho si las tengo, he conseguido esa bodega que me ha pedido. Está a las afueras de la ciudad pero no creo que sea habitable para nadie. Es un lugar insalubre

— Perfecto. Pronto le estaré diciendo que hacer con ese lugar. Espero que no hayan negaciones de su parte ya que le pago bastante bien 

— Espero poder cumplir señorita.

Termino la llamada y lo que mi mente piensa debería asustarme pero no siento ni el más mínimo miedo. Va sentir lo que ha hecho sentir, va a sufrir lo que ha hecho sufrir. Va a desear jamás haber nacido. Gracias a ese hombre mi vida es lo que es ahora. Por su culpa no puedo ser madre, gracias a el, odio más de lo que debería amar. Llegamos a la empresa y mientras voy a la junta Leyla decide quedarse hablando con los empleados a los que mantiene idiotizados con la baba caída. Entro a la sala de juntas y Aarón está sentando en uno de los lugares. De la nada le ha entrado los aires de madrugador. Ha sido el primero en llegar y otra vez estamos solos en un mismo espacio.

— Buenos días licenciada Ivanova

— No sabía que también en esta junta estaría presente