Capitulo 47: Un romance se descubre

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Aaron Evans

Meses después

Hemos reunido a toda la familia en la casa. Un sábado familiar y espero que sea lo más ameno posible. Morgan ha aceptado venir y acompañada del papá de su bebé. Aún no sé cómo vaya a reaccionar Lara y en parte toda esta reunión es para que todos se enteren de la decisión que ha tomado Morgan respecto a su bebé y su futuro. Camino a la cocina y veo a Lara haciendo unos postres, apenas puede moverse. Tiene el vientre muy avanzado y decirle que se esté quieta en un sitio es perder el tiempo. Me acerco a ella y besando sus labios susurro

— Deja eso, tienes que estar en reposo

— No, tengo que tener todo listo para los invitados, estoy bien de verdad. Te confieso que estoy algo nerviosa por saber quien es el padre del bebé de Morgan. 

— Puede darnos muchas sorpresas tu hermana.

Sonríe terminando de hacer el postre

— Después de que ella sea feliz, lo demás no importa.  Mira — Me enseña una fotografía muy mona de Mikhail con una niña que al parecer es Lara de pequeña— Es una fotografia que tengo desde hace mucho tiempo, hoy papá cumple años y quiero que la conserve.

— Es hermosa

Lara agarra un tarro de aceitunas, otra vez con el antojo de aceitunas. Se sienta en el taburete y comienza a mojarlas con miel. No, es que no comprendo la asquerosidad que está comiendo. Ella las come feliz y yo estoy a punto de vomitar.

— ¿Que me ves?

— La cosa esa que estas comiendo

— Sabe rico

— No te gustan las aceitunas

Encoge los hombros

— Ahora me encantan — Comiendo otra añade— Ya tengo el nombre para nuestra bebé

— ¿Cual?

— ¿Te gusta Victoria?

Camino hacia ella y poniéndome de cuclillas, beso su vientre y luego sus labios. Sus ojos brillan, su rostro está radiante, feliz como nunca antes la había visto. El tierno beso que pretendia darle, se convierte en uno fogoso y lleno de chispas. Sus manos comienzan a rebuscar lugares nobles y sensibles y deteniendola sonrió.

— Me encanta Victoria

— Tocame, ya me calentaste

— ¿Que?

Mordiendo mi labio inferior insiste

— Sera rapido, porfis.

Quiero negarme, pero deseo complacerla, esa mirada morbosa que pone me enciende, sabe como convencerme y logra salirse con la suya.

— Entra en la despensa

Sin chistar, hace lo que le digo y entrando junto con ella cierro la puerta. Estamos locos, toda la familia está allá fuera y nosotros en la despensa todos urgidos. Levanto su vestido y su braga está húmeda. La rompo de un tirón su encaje y esa sonrisa perversa que se trae me domina totalmente.

— ¿Sabes que me traes loco?

— ¿Si? ¿Mucho?

Muerdo sus labios y ya deseo hundirme en ella, beberme sus gemidos mientras ella me mira con goce, con deseo. Se recuesta en el suelo de la despensa,  atrevida y deseosa abre sus piernas pidiendo con la mirada cosas placenteramente morbosas.

— Muero por chuparte y besar unos labios que — Beso su labio inferior — Que no son precisamente estos. Pero nos deben estar extrañando en el salón.

Me Robaste el Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora