Capitulo 34: Miedos

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Aaron Evans

Se ha llenado de misterio y más que sorprenderme, me excita. Miro la suite y no puedo evitar sonreír y quedarme atónito con su incógnita. Hay una nota sobre la cama y sentándome en ella la agarro la nota y la leo lleno de curiosidad

Hoy quizá tengas algo que tenga caducidad al amanecer. Te amo

Dejo la nota a un lado y por primera vez siento que no tengo el control de nada en estos momentos. Hay una mesa al fondo decorada con elegancia y un candelabro de velas rojas. Un aroma exquisito y agradable se cuela en mi nariz y escuchó el resonar de unos tacones

— Es usted muy curioso señor Evans

Me giro y me quedo anonadado, no puedo creer lo que mis ojos están viendo. Sus curvas…, sus piernas, sus senos y ese bustier entallado me ha dejado sin palabras. El rojo intenso de sus labios y esas ondas rebeldes en su cabello la hacen ver mucho más deseable todavía. Con una copa de vino en sus manos se pasea por la habitación y yo solo puedo mirar esas mallas oscuras con ligueros

— Estás…, Joder estás preciosa

— ¿Eso cree?—Me acerco a ella y con una sonrisa llena de picardía me mira — Me han enviado a satisfacer cualquier deseo que pase por esa cabecita. Puede hacer treinta y dos cosas conmigo esta noche, una por cada  y año que tiene, considérese

Acerco mis labios a los suyos y su aliento se mezcla con el mío. Su aroma penetra mi nariz y rozandola en su cuello susurro siguiéndole la corriente

— Es muy tentadora la oferta, pero tengo una prometida y es algo celosa.

— No tiene porqué enterarse, la pasamos rico usted y yo, festejamos su cumpleaños y créame que no se va a arrepentir.

Mi brazo rodea su cintura y tenerla rozando mi piel y mis manos jugando con el cierre del bustier hace que mil ideas vuelen por mi cabeza

— ¿Me está sugiriendo que sea infiel?

Lara sonríe y besando la comisura de mis labios masculla

— Si, solo por hoy, hasta que amanezca 

— ¿Sabe que muero por hacerle?

Arquea una ceja

— ¿Que cosa?

Mis manos descienden por su espalda baja y bajando un poco más, me detengo en sus nalgas y clavando mis uñas en ella respondo

— Quiero cogerte por todos lados y cuando digo todos lados, es todo nena. 

Su sonrisa se esfuma por un momento y pestañeando con rapidez aprieta los dientes

— ¿Eso quieres?

— Solo si estas de acuerdo y me lo permites. 

No dejo de mirar su cuerpo, sus senos, esos labios que invitan a besarlos hasta desgastarlos. Se queda callada y siento su cuerpo tornarse tembloroso y  tratando de esconder su nerviosismo sonríe

— Puedo intentar

Escucharla me anima, me tienta a hacer cosas que he deseado pero he callado por consideración a ella. Beso sus labios finalizando con una suave mordida y susurro

— Es muy peligroso eso que estás ofreciendo. Sabes, podría hacer cosas que quizá te sorprendan

Aprieta los dientes y sonriendo nerviosa susurra

— ¿Como que?

— Solo dejate llevar ¿Si? Por ahora, quiero que me sorprendas.

Sonríe y besando mi cuello pide que me tumbe en la cama y solo la observe. Tiene una dicha hermosa en su cuerpo, su sonrisa, sus ojos…, esa manera inocente de provocarme me enloquece.  Una sensual y libidinosa melodía suena apoderándose de las paredes de la habitación y ella solo sonríe sabiendo que eso me urge aún más. Baila al ritmo de la música y mis ojos solo pueden ver como su cuerpo se mueve provocando, acalorando. Siento rápidamente endurecerme y con la voz algo entrecortada pido

Me Robaste el Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora