Me Robaste el Corazón

Capitulo 10: Incia una guerra

Aarón Evans

Ella me mira con dolor pero también con amor y eso me tranquiliza. Agarro una de sus manos y muerto de la vergüenza digo

— Pégame cuanto quieras, se que lo merezco.

— Eres un idiota, no sabes cuánto me hiciste sufrir. Lograste que quisiera dejar de existir, preferiste callar a luchar y quedarte a mi lado.

Trago saliva y su reclamo me duele pero tiene toda la razón. No hay forma de que me justifique, pero deseo tenerla a mi lado. Bajo la mirada y me quedo callado. Escucho su llanto y me parte por dentro ser el causante de su dolor.

— Eres mi vida, deseo tenerte a mi lado pero no te voy a presionar a nada nena.

— Estoy confundida, yo…, no sé qué pensar.

— No hay nada que pensar, luchemos, Lara luchemos por nuestro amor. Nos amamos y no podemos seguir ocultandolo.

Ella me mira con dolor y derramando una lágrima contesta.

— Lo siento Aarón, he dado mi palabra y me voy a casar aún amándote. No puedo tirar todo al demonio solo porque tú me has dicho tus razones por haberme dejado.

— Lara, no lo amas. Es injusto para él, es mejor que te sinceres con él.

Aprieta los labios y negándose a darse una oportunidad, seca sus lágrimas levantándose de la cama. Camina de lado a lado aturdida y sin saber que hacer o cómo responder. Se momento se detiene y se gira para mirarme

— No lo amo, pero podría llegar a hacerlo. Aarón, si estamos juntos, tú pierdes a tu hija. No quiero que por mi culpa Camila este lejos de ti.

— Lara, Mabelle no es mi mujer. Joder ante todos está muerta. Eso puede más que cualquier cosa.

— Pero sigue siendo la mamá de Camila

Me levanto y acercándome a ella la miro con indigno. No puedo creer que se rinda así solo porque todo parece difícil.

— Me indigna, me indigna tu cobardía y desinterés. Prefieres dejar lo nuestro solo por ¿ No luchar? ¿Es que tan poco te importa nuestro amor?

— ¿Luchar para que? Ya lo hice una vez y me rompiste el corazón. No quiero volver a sufrir Aarón, y aunque no ame a Ian se que él haría todo lo posible por hacerme feliz.

— Lara, nena, por favor. No pienso dejarte ir, no te vas a casar así tenga que raptarte para que no lo hagas.

Acerco sus labios a los míos y beso su boca deleitándome con sus besos cálidos y aún inexpertos. Abrazándola insisto y su voz suena aliviando todos mis temores.

— Júrame que no me vas a volver a lastimar. No soportaría otra desilusión más. 

— Jamás, primero me muero antes de volver a lastimarte.

— ¿Me lo prometes?

Asiento con la cabeza

— Te lo prometo nena.

Me mira con lágrimas en los ojos y ni ella misma comprende porque llora. Solo llora y llora, le pregunto porque llora y encoge los hombros sin saber porque derrama lágrimas. 

— ¿Pero nena porque lloras?

— Es que…, es que no sé. Todo esto me da mucho sentimiento. Debo parecer tonta

— Te ves tierna nena. Pero ya no llores

Me mira y haciendo pucheros pregunta

— Puedes…, ¿puedes traerme taquitos?