Capitulo 40: Señora Evans

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Estoy nerviosa, nerviosa pero feliz. Pasado mañana es la boda y no puedo creer que después de tanto por fin Aarón y yo nos casamos. Intento trabajar y concentrarme pero por todo sonrío y me distraigo fácilmente. Miro unos cuantos papeles en el escritorio y trato de concentrarme en el trabajo por más difícil que me sea. Al rato, la recepcionista avisa que alguien quiere verme y me extraño. No tengo citas agendadas y no espero a nadie.

— ¿Quien es?

— Dice que un amigo licenciada

— Hazlo pasar y mantente pendiente por si necesito a seguridad.

— No hay problema

Al ver de quién se trata me quedo descolocada. ¿Este hombre aquí? Su sonrisa sarcástica me toma por sorpresa y aún más su visita

— ¿Trevis? ¿Qué haces aquí?

— Necesitaba mirar de nuevo ese cuerpecito, esa cara, esos ojos…

Cruzándome de brazos replico

— En dos días me caso, no quiero que hables así. Además no se que haces aquí.

Se sienta frente a mí sin dejar de mirarme fijamente

— Felicidades, suertudo el hombrecito

— ¿Qué deseas?

Arquea una ceja

— Al menos, tomar un cafecito amigos. Eso no se le niega a nadie.

Niego con la cabeza

— No…, no puedo. Aarón no quiere que esté cerca de ti

— uy ya veo, obedeciendo como buena niña buena. Pero no te estoy pidiendo que nos vayamos a una cama, te estoy invitando un café en un lugar público. Además, tengo algo que decirte que puede interesarte

— ¿tú a mí? Apenas nos conocemos

Riendo suspira

— Te conviene Lara. Anda, tomemos ese café

Eso que tiene que decirme que supuestamente me interesa me deja con la intriga. Termino aceptando el café en un lugar cerca de la empresa buscando saber eso que tanto tiene que decirme. Mientras pide los cafés voy al baño a devolver otra vez todo lo que he comido en el día. Es terrible, molesto las jodidas náuseas ocasionales. Al salir del baño ya está en una mesa con los cafés y sin darle muchas vueltas pregunto.

— ¿Qué es eso que tienes que decirme que me interesa?

— Es sobre tu prometido

— ¿Qué pasa con el?

Me mira

— ¿No piensas tomar tu café? 

Tomo un sorbo de café y desesperada insisto

— dime lo que tengas que decirme. Tengo que irme, si Aarón me ve aquí o se entera que estoy aquí pensará cosas que no son.

De momento la vista se me nubla y todo me da vueltas. Guiño los ojos y veo el rostro de trevis distorsionado

— ¿Estás bien? — Pregunta con una sonrisa

— No…, no me siento bien…, quiero irme

— Aun no terminamos de hablar

— ¡no me importa! Me siento terrible

Me pongo de pie y casi no puedo mantener el equilibrio. Se detiene junto a mí y tomándome por la cintura responde

Me Robaste el Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora