Capitulo 25: Descuido peligroso

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Aaron Evans

Ayudó a Lara a entrar a la casa y aunque está tristona porque tuvimos que dejar a Noah en el hospital, esta feliz de que esté con nosotros y vaya mejorando día a dia. Ella mira extrañada a todos lados y pregunta dónde esta la enfermera y la verdad es que yo no lo se, se ha ido y ni ha dicho el porque. Apenas da unos cuantos pasos y ya anda cansada aunque quiera disimularlo. Se sienta en el sofá y su rostro de felicidad me complace totalmente. Romeo corre hacia ella y mueve la colita feliz. Camila no tarda en bajar las escaleras y sentándose al lado de Lara pregunta

— Oye mami, ¿ya mi hermanito nació?

— Me encanta que me digas así, eres mi hijita mayor y si, tu hermanito nació. Se llama Noah. Está en el hospital curandose para poder venir con nosotros acá.

— Ohh, ¿Entonces con quién voy a vivir, con papi y contigo o con mi otra mamá mala?

— Vivirás con nosotros, anda ve a recoger tus juguetes de la terraza.  — Replico

Camila corre a hacer lo que le digo y buscando tema de conversación mientras sirvo unos refrescos comento

— Ya casi se cumple la cuarentena ¿no?

Lara achina los ojos y cruzando los brazos pregunta

— ¿porque la pregunta?

— no, solo curiosidad

Solo eso se me ocurre responder, es increíble. Pero la verdad es que llevo días con ganas de hacerle el amor y eso de la cuarentena me tiene a mi con las ganas tronchadas. Es que no hay un solo instante en que no desee tocarla y escuchar sus gemidos. Le llevo uno de los refrescos y comienza a hablar de los preparativos de la boda y lo único que puedo mirar sin pensar en más es en ese escote en sus senos y las ganas que tengo de tocar sus pechos.

— Aaron…

— ¿Eh?

— ¿Estás bien?

— Si…, si

— Estaba pensando en que podemos ir de luna de miel a Noruega. Siempre he querido ir allá.

— si…, Noruega perfecto — Respondo embobado

— Aarón…

Sacudo la cabeza y tratando de concentrarme respondo

— Me encanta la idea 

Se recuesta sobre mí y trato de que mi cuerpo y sobretodo mi pene no me traicione y no termine todo erecto. Puedo controlarme, tengo que controlarme pero recuerdo que hace casi tres meses que no la toco y que no he tenido sexo y me entra más las ganas. Ella mira su móvil y feliz me enseña una villa

— ¿Te gusta?

— Está bonita ¿Por?

Encoge los hombros

— Me llamó la atención. Es en las afueras de la ciudad. Pensé alquilarla por un fin de semana e ir allá con Camila y Noah cuando salga del hospital. ¡Di que sí por favor!

— Lara, tienes que descansar y…

— ¿Por favorcito? Solo son tres días. Regresamos y te prometo que descanso

— Vale, vayamos a esa villa entonces. Con tal de verte sonriendo hago lo que sea.

Busca mis labios para besarlos y sin saber lo que llevo aguantando, aviva aún más el deseo y la calentura que traigo retenida. Sus labios tan suaves, ese toque de inexperte que aun trae sus pensamientos me excita, me eleva. No dejo de mirar sus piernas y sus pechos e inevitablemente entre mis piernas crece una erección traicionadome…, otra vez

Me Robaste el Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora