Capitulo 39: El sexo alivia enojos

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Aarón Evans

Siento que el enojo me ha hecho cometer un grave error y no sé cómo remediarlo. Sé que la he herido y me hace sentir peor de lo que ella pueda sentirse. No sé en qué momento me he complicado la vida, mucho menos sé cuándo ni en qué momento me he complicado el corazón. La miro y aunque intente disimularlo con enojo, quiere llorar y eso a mí me quiebra y hace sentir terrible.

— Déjame ir por favor

— Eso no va a ser posible. Dije que te voy hacer el amor y lo voy a cumplir.

— Tengo que ir a la recepción, suéltame Aarón no quiero que me toques

Sonrío y suspendiendome sobre ella, lleno de caricias y lamidas su piel. Hundo mi rostro entre sus senos y rápidamente pide

— ¡No me beses ahí! Sabes que odio esa cicatriz lo haces para enojarme ¡Ya déjame ir!

Miro su cicatriz y suspiro algo desesperado. Cómo quisiera quitar de su mente todo ese complejo y poco valor que se tiene.

— Esa cicatriz, para mi es lo mejor que nos ha pasado. Gracias a ella estás aquí, gracias a ella te estoy besando, te estoy mirando.

Cierra los ojos y su insistencia en que la deje ir se transforma en lágrimas. Se cubre el rostro diciendo con pena de sí misma

— No soy atractiva, menos con todo el cuerpo mutilado

— te voy a demostrar lo contrario

Le quito el vestido dejándola en encajes ante mis ojos. Ella se cubre como si fuera poca cosa para mí. Se cubre sus senos con una de sus manos y con la otra se cubre su sexo. Quito sus manos haciendo que confíe susurro en su oído.

— Cada centímetro de tu cuerpo…, cada curva…, cada marca me fascinan. Y haré que de una buena vez te convenzas de eso.

Le quito los encajes dejándola totalmente desnuda ante mis ojos. Lara no me mira, está toda paralizada y no sé cómo pero después de hoy, haré que todo eso en su mente desaparezca. Separo sus piernas acomodándome entre ellas y rápidamente pregunta

— ¿Qué haces?

— Voy a darte placer

Aprieta los dientes e intenta apagar la lámpara pero la detengo

— Quiero apagar la luz

— No, quiero ver tu cuerpo, quiero ver lo que mi lengua va degustar pero más que todo, quiero ver esas muecas y ese rostro que pones cuando te chupo. —Guiño los ojos con sonrojo y pareciera que la tierra se la quisiera tragar. ¿Que voy hacer con ella? ¿De qué manera le haré comprender? — Sabes qué es lo más que me excita…., Darte placer y con cada lamida escuchar como tus respiraciones se tornan ruidosas, tu espalda se arquea y gimes como si aún fueras una niña inocente.  — Rozo su lengua entre sus labios húmedos, calientes y escucho un pequeño gemido que me pone, me aviva

— Mírame

Acelerada niega con la cabeza

— Estás loco si crees que voy a mirarte mientras haces eso

— Mírame, ya deja la pena

Hace lo que le pido toda ruborizada y llena de pena pero al mismo tiempo pidiendo con la mirada más placer. Doy ligueros toques con mi lengua en su clítoris tentandola pero dejándola con las ganas de más. Mueve tímidamente sus caderas buscando que le haga más y besando su deseo susurro

— ¿Que quieres?

La pena desaparece de ella dándole paso a esa mujer que deseo que siempre sea. Abre sus piernas completamente y llevando una de sus manos a mi cabeza, enredando sus dedos en mi pelo responde

Me Robaste el Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora