Capitulo 45: Decisión acelerada

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El rostro de Aarón palidece y me asusto. Suelta el móvil y le pregunto qué pasa pero no me dice nada. Me acerco a él y pierde el equilibrio aún en trance. Agarro su brazo e insisto

— Aarón, ¿Que pasa?

— Nada, nada me sentí algo mareado.

— ¿Para qué han llamado?

Algo extraño responde

— Era…, era de la empresa. Nada importante. Nena, tenemos que regresar a Rusia, luego te explico.

Comienza a hacer las maletas y yo no comprendo nada. ¿Nuestra luna de miel? ¿Así acaba? No es posible que así termine todo y regresemos a rusia de vuelta a la realidad. Insisto en que me diga que ocurre pero nada que me dice. Hago las maletas a regañadientes y desde que recibió esa llamada está raro, seco y nervioso.

— Voy a llamar a mamá, quiero saber cómo está mi bebito y Camila.

Se gira rápidamente y vocifera nervioso

— ¡No! Ellos están bien ya deja de tardarte y termina las maletas.

Me siento en la cama y solo tengo ganas de llorar. Siento que unas veces está bien, y otras está mal. Me cubro el rostro y entre las lágrimas y las náuseas me lleno de desesperación.

— ¿Qué te pasa? ¿Por qué me tratas así de feo?—Sentándose a mi lado me abraza fuertemente y no comprendo su actitud. — Discúlpame nena, yo…, perdoname. 

— Dime qué ocurre. Desde que te han llamado estás raro. Te quieres ir y no comprendo por qué.

— Eso no importa ahora, tú debes cuidar del bebé. Ya he lo he dicho antes. Ahora termina de empacar que en dos horas regresamos a Rusia.

Abro los ojos sorprendida, ¿Cuando ha comprado los boletos? ¿Que coño puede ser más importante que nuestra luna de miel? Enojada me levanto de la cama y termino de empacar con ganas de mandar todo al demonio. Nada me sale bien, la boda fue un circo, ahora la luna de miel es nula. Ya estoy cansada de tanto sube y baja en mi vida. Dejando la maleta junto a la puerta inquiero.

— ¿Para que nos casamos? Dime, ¿Para que? La boda fue un fracaso, no tuvimos luna de miel. Un día estás bien otro mal. Estoy cansada ya de todo.

Azota la puerta del baño y con un enojo y cólera que no comprendo replica a vociferos

— ¡Ya basta de tanto reclamo! Tengo mucho en la jodida cabeza como para aguantarte a ti también con tus berrinches. ¡Nos vamos ahora!

Camina hasta la barra y se sirve una copa de alcohol con desespero. No aguanto su cambio de actitud, no soporto que me grite. Sin soportarme su cambio repentino, espero a que se distraiga y sin pensarlo dos veces, agarro mis maletas y salgo de la habitación a toda leche antes de que pueda alcanzarme. Agarro el primer taxi que pasa por la avenida y sin tener muy clara las ideas le pido que me lleve al aeropuerto. Me he cansado de que unas veces me ame y otras me aborrezca. Estábamos a punto de hacer el amor y de la nada se ha puesto con esa odiosa actitud. Entre lágrimas le marco a mamá y no me contesta la llamada. Llamo a papá, a Morgan, joder a todos en Rusia y nadie me responde. Comienzo a desesperarme, ¿Que ocurre? ¿Porque todos me evaden? Quiero saber de mi bebé, de Camila y muero de miedo de que algo les pase. Aarón no tarda en llamarme al móvil pero no quiero contestar. Me jode que sea así conmigo, tan bipolar, tan seco algunas veces. Llego al aeropuerto y compro otro boleto para Rusia llevándome conmigo el recuerdo de la peor luna de miel que una mujer puede tener una mujer. Tras esperar unas horas en el terminal, abordo el avión con un dolor en el alma que no hay nada que pueda borrarlo. Los felices para siempre no existen y por eso sufro como lo hago. Creo en algo que no existe y me desilusiono cada vez que me golpeo con la realidad. Recuesto la cabeza en la ventanilla del avión mirando mi anillo de matrimonio. A veces me pregunto si hice bien en casarme, si hice bien en querer cambiar la vida que antes llevaba. Cada vez es más difícil creer que podré vivir y respirar en paz. Miro mi vientre y sonriendo tenue lo toco susurrando muy bajo.

Me Robaste el Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora