Capitulo 11: Doble Moral

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Papá sigue en esa odiosa actitud de rechazar a Morgan y ya me está colmando la paciencia. Cada vez que viene a la empresa y ve que Morgan me ha acompañado prefiere irse antes que quedarse con nosotras. Me hincha, me jode, es un estúpido cuando se lo propone.

— Papá, basta de tratar mal a Morgan. Es tu hija independientemente de que le gusten o no las mujeres. 

— No quiero hablar de esa ahora. Vine a verte a ti.

— Pues ahórrate la visita si vas a tratarla como lo haces. Morgan es mi hermana y no voy a permitir que la juzgues como lo haces. Ella tiene derecho a hacer con su vida lo que le dé la gana. —Agarro mi bolso y salgo airada de la oficina y antes de cerrar la puerta añado — Que bajo has caído, me decepcionas.

Cierro la puerta y avanzo hacia el elevador enojada. Trato de controlar el enojo pero es que papá logra sacar de quisio a cualquiera. Miro el reloj y aún tengo tiempo para llegar al cardiólogo. Mamá ha insistido en que vaya por culpa de Morgan. Ha abierto la boca y le ha dicho que me he sentido mal y que el corazón ha dado más lata de lo normal. Salgo de la empresa y manejo hasta el consultorio y antes de bajar del coche reviso el móvil y veo una llamada perdida de Ian. Suspiro y decido devolverle la llamada algo apenada.

— Hola Ian

— Pensé que estabas ocupada, lo suficiente como para no tomar el teléfono

— Lo estaba, estaba en la empresa envuelta en mucho lío.

— Vale, ¿Que piensas de Dubai?

— Eh…, ¿Como que qué pienso?

— Lara, para la luna de miel

Escuchar “luna de miel” me retuerce por dentro. Me duele, me lastima recordar que cada vez falta menos para casarme con Ian.

— Ah, si…, si está bien. Si te gusta esta bien.

— Lara, ¿Te ocurre algo?

— No, solo estoy algo cansada. Tengo unas cosas que hacer. Te llamo más tarde

Cuelgo el móvil y sacudo la cabeza intentando pensar en otra cosa que no sea esa boda. Al entrar al consultorio siento un nerviosismo extraño. Sé que es posible que hayan noticias terribles en esos nuevos estudios que me mandó hacer hace una semana atrás.

— Buenas tardes, soy Larabelle Ivanova y tengo cita con el doctor para hoy a las dos.

— La anuncio ahora señorita — replica la recepcionista.

A los minutos me hace pasar a la oficina del cardiólogo y veo que tiene los estudios sobre el escritorio y su rostro es de preocupación. Trago saliva y pregunto

— ¿Ocurre algo doctor?

— Toma asiento Lara

Me siento y cruza sus brazos intentado buscar la forma de decirme eso que tanto le aflige.

— Lara, tengo varias cosas que decirte y creo que es mejor que lo tomemos con algo de calma. He revisado los estudios que te mandé hacer. Me explicaste hace una semana que te estás cansando frecuentemente y sientes que todos tus movimientos son pausados

Asiento con la cabeza

— Así es doctor.

— Tú corazón ha disminuido un diez por ciento de su capacidad. Un setenta por ciento de tu corazón no funciona Lara. Solo te queda el treinta por ciento y la capacidad irá disminuyendo ahora más que nunca.

— ¿Por que dice ahora más que nunca?

Me da uno de los resultados y comienzo a leerlos mientras añade

Me Robaste el Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora