Samara
El dolor que sentía en el pecho era tan fuerte como insoportable. Y no era para menos; el amor de mi vida y por quién había dejado mi familia, me había abandonado en un pueblo lejano, y se había casado con una de mis mejores amigas.
Galilea siempre había sido una mujer muy hermosa. Era una rubia despampanante con largas piernas y pecho exorbitante, era muy bruta, Eso sí Pero todas sus otras cualidades compensaban su falta de inteligencia.
Ignasi tan excelente en todo. Era perfecta bailando; cocinaba muy bien; era de buena familia y a su vez está lo aceptaba.
Ella era todo lo que eso en este momento deseaba ser. Ella era de una familia que toleraba muchas cosas, era bonita, habilidosas, pero por sobre todas las cosas, era libre.¿Como no me había dado cuenta antes?, Grimmea, la madre de Galilea lo habían tenido trabajando a Dylan un buen tiempo a la casa. Desde ese momento que ya había tenido una fijación particular por mi amigo; siempre le invitaba a comer justo cuando estaba a su hija cerca.
Esto estaba todo planeado. Dylan me alejó del campamento, no para salvarme sino para que no lo viera casado. Y yo que creía que me vendría Buscar, el hizo que confiara en sus vacías palabras.
¿Y ahora cómo seguiría viviendo?, yo tenía un plan de vida con Dylan, y ahora me encontraron en un pueblo donde no conocía a nadie sola, y abandonada.
Estaba en la terraza del bar, lloraba amargamente y el único testigo era el sol que se está ocultando, para dejar pasó a la noche.
Poco a poco el cielo se oscurecía, y aún así mi llanto no cesaba. Calculaba que había estado casi una hora, o un día, no estaba muy segura;pero esa terraza me había albergado en mi peor momento.Escuché el chapón de la puerta detrás de mí y su pensé que era Damián. Aún sin darme vuelta, supe que él se acercaba a paso lento hacia mi. Una vez que se va a mi lado, y sin hacer una sola pregunta; me tomó en sus fuertes brazos y me abrazó apoyando mi cabeza tu pecho.
Me acarició el cabello, susurraba palabras tranquilizadoras. El cabo de unos minutos, Damián se separó de mí para mirar mi rostro. Corrió unos mechones de cabello que tenía sobre la cara y acarició una de mis mejilla con total suavidad.
— No voy a preguntar de cómo estás porque sé la respuesta.— Dijo el con su habitual voz gruesa.
— No entiendo porqué lo hizo...— Le dije llorando.
— Cuéntame qué te trajo aqui, por favor.
Su voz era suplicante. No debía decir nada, pero en este momento Damián era mi única compañía, la única persona en la que me podía apoyar.
— Mis padres me van a casar con un gitano mafioso.— le dije y Ya abrió los ojos con asombró — huí del campamento con la esperanza de hacer una vida junto con Dylan.
El volvió a abrazarme, ese gesto me hizo llorar aún más. Estaba totalmente perdida, no tenía dinero ni casa, quién se había jugado conmigo Ahora estaba casado con una de mis amigas; mi familia estaba lejos de mí Y probablemente me odiaban.
Y ahora que lo pensaba extrañaba a montones a mi familia. Si bien no tenía un trato convencional con ellos, mi familia jamás dejaría de ser mi familia y si es un amor que trasciende cualquier cosa.Pero no podía volver. No sin tener un lugar estable Dónde vivir para traerlo junto a mí; no sin haberme casado para que no me olviden una vez Entré en el campamento.
— ¿Extrañas a tu familia?— pronto Damián y temí de que él pudiera leer mi mente.
— Como no te imaginas, pero no puedo volver.
Me separé de él y camino a unos pasos, me apoye en la barandilla de la terraza donde se veía toda la extensión del pueblo.
— Quiero ayudarte.
Me di la vuelta para poder verlo. Era un hombre gigante, ancho por donde se lo viera, en ese momento sería como un niño triste. Realmente se entristecía por mi situación, quería ayudarme pero no encontraba la manera y eso lo déjaba triste; me sentí muy culpable por eso, no debía cargar a más personas con mis problemas.
— Damé trabajo y me darás toda la ayuda que necesito.
Damián me extendió la mano y yo dudosamente la tomé; quería recordarme una y mil veces que los hombres ya habían lastimado mucho está gitana.
Todos y cada uno de los hombres que venía en este bar eran casados; y aún así disfrutaron del espectáculo qué ofrecía una mujer Misteriosa exhibiendo su cuerpo. Todos ellos volvían a su sus casas, con sus mujeres, como si nada hubiese ocurrido.
Quizás mi destino estaba en el de quedarme sola; en el de guardarme para no sufrir.
El apretón en la mano de Damián me hizo mirarlo, el estado de perfil y no notó mi inspección.Damián Fitsheral era otro de los hombres que se deleita con mi espectáculo.
¿Acaso había alguno que valiera la pena?
¿Todos los hombres me tomaría como un objeto sexual y me abandonarían?— Tú también me dejarás.— solté de repente y sin darme cuenta, llamando así la atención de Damián.
El se voltea a mirarme una vez que ya estuvimos dentro del bar, volvió acariciar mi mejilla mirándome fijamente a los ojos.— Yo no voy a abandonarte, Samara.— me dijo él con toda sinceridad y realmente creí que en él tenía un pilar dónde podría apoyarme.
Esta noche trabaje normalmente. Gracias al velo de Mi traje, pude esconder la tristeza que me causaba el abandono de Dylan.
Un corazón tiene una tolerancia máxima de disgustos antes de endurecerse.
Y para ese camino iba yo, pero por nada del mundo perdería este libertad que había ganado con sangre y fuego.----------
Hola Espero que le haya gustado el capítulo. Si le gustó voten y Comenten.
Dedicado a alesuchilt que es una super fan amorosa 💕💕Que Dios los bendiga, los adora, Karen B

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Jacharí
RomanceNovela autorizada por la Asociación Nacional Madres Víctimas de la Trata Una mujer escapando de un destino ingrato y de costumbres antiguas, encuentra escape en un pueblo perdido, sin saber, que el mundo ilícito y oscuro del tráfico humano se está p...