Capitulo 14 " El hombre con un garfio"

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Conoció a Killian en un viaje hace unos cuantos años atrás, se había perdido en la costa del Bosque Encantado y decidió entrar a un bar de segunda mano con paredes revestidas de piedra y suelo de madera, una enorme barra y unas cuantas mesas de mala calidad, que de seguro clavarían astillas en la piel si uno se sentara sobre ellas. No esperaba encontrarse una enorme tripulación de piratas y prostitutas, pero de todas formas las habían y él debía entrar a pedir indicaciones quisiera o no, nunca había visto aquello, sus padres siempre evitaron mostrar la naturaleza de los humanos, así que tuvo que pasar entre enormes y tatuados cuerpos de piratas quienes miraban su culo sin sentir pena, se había sentido sucio, así que tuvo que carraspear unas cuantas veces para señalar su corona, perdiendo todas las miradas sobre él en segundos. 

Se acerco a la barra y llamo al joven detrás de ella, pero solo recibió una negación y las palabras "No lo se, niño", su mente, a demás de tener un pequeño ataque nervioso por no saber como actuar en esa situación, también se sentía algo enojado, ¿cómo es posible que aquel hombre no tenga idea de algo tan fácil que de seguro si sabía la respuesta, estaba a punto de hacer una escena hasta que a su lado apareció un joven de cabellos oscuros, ojos celestes como el cielo, una pequeña barba de pocos días, usaba unas botas negras, unos pantalones de cuero negros y una camisa roja vino con un estampado extraño y sobre ella, un saco largo de cuero y algunos collares que no entendía su significado, sus dedos tenían anillos, miles de ellos y su otra mano, bueno; portaba un garfio de plata, tenía una sonrisa coqueta y su olor a nueces era exquisito. Un alfa.

-¿Qué hace un niño por aquí?- su acento era diferente al que acostumbro a escuchar, no parecía del Bosque Encantado ni siquiera cerca, pero, ¿qué otro lugar a demás del Bosque Encantado y Arendelle había?- Capitán Garfio- tomo su mano con suavidad y beso sus nudillos sin quitar su vista de sus ojos. 

-Príncipe Harry Styles-sonrió algo intimidado, podía jurar nunca antes ver a alguien tan... peculiar.

-Un príncipe en un bar tan bajo como este, ¿De quien huye mi príncipe? 

-En realidad me perdí. ¿Sabe usted donde se encuentra el castillo real?-suspiro acomodando su traje suavemente.

-Por supuesto, pero prefiero llevarlo por mi mismo.-sonrió- Si no es molestia, claro.

-Hum, yo no se si debería...-susurro nervioso mirando a un punto perdido.

-Por favor, soy un pirata, se que soy lo más bajo que puede haber por aquí pero sin su consentimiento, no haré nada- su sonrisa lo hizo sentir calmado de alguna manera.

-Siento ser tan irrespetuoso,-suspiro recordando lo que sus padres dijeron hace años "Nunca trates mal al pueblo, y si lo haces. Pide perdón Harry"- mis perdones.

-Puedo entenderlo amor. De seguro nunca salió del castillo hasta hoy, ¿me equivoco?-sonrió bajando la mirada por aquel sobrenombre y negó, claro que no se equivocaba. 

Todas las miradas estaban sobre ellos, las siguieron hasta cuando salieron, El príncipe le dio uno de sus caballos, el cual debía entregar al castillo donde se dirigia, sintiendolo de cerca, el galopear de los caballos más los chistes de aquel pirata fueron unicos, habían tenido que parar para poder alimentar a los animales, bajo la sombra de un arbol había sido él quien se había acercado para besar al pirata.

Garfio tenía veinticuatro años mientras que el príncipe dieciséis, tuvieron un pequeño amorío que no llego a nada más que besos y algunos toques sobre la ropa. Al final quedaron como mejores amigos y siempre funciono así, fue una amistad algo difícil, pero cada vez que el pirata dejaba su barco cerca del castillo Harry se encargaba de ponerle 3 guardias a pesar de que el Capital Garfio era buscado por todos los reinos. Harry siempre se encargo de mantenerlo en cuidado y siempre lo haría.

Se convirtieron una parte esencial de la vida del otro, cada vez que el omega se sentía mal corría a refugiarse entre los brazos del alfa y viceversa. Se mantenían unidos y siempre se cuidaban la espalda, Killian era consiente de lo que tuvieron y lo que fueron, entonces dentro de si mismo se había creado un cierto amor, donde solo quería asegurarse que nadie le rompa el corazón, porque según él, Harry era un alma sola y perdida que necesitaba amor. Uno que él no podía darle, no porque no quisiera, más bien porque no era lo más sano.


-¿Cual es su problema, pirata?-la voz del rey lo trajo a la realidad, olvidando los recuerdos y concentrándose en como esta sonó asqueada al solo pensar en un pirata, estaban en la cabaña del cazador arreglando unas cosas pero al parecer los alfas no podían mantener sus traseros en paz.

-Rey, ese chico es más que un pirata.-sonrió caminando hasta Killian para tomarlo de la mano- Este hombre tiene una enorme capacidad en dos cosas, tres en verdad. La primera, sabe usar la espada como nunca nadie,-sonrió viendo como Garfio se veía seguro- segundo, sabe sobrevivir y tercero, da buenos besos.-bromeo soltándolo para reír un poco y acomodar su traje.

-¿Ustedes...? príncipe, salir con un pirata es caer bajo, son ladrones-abrió ambos ojos anonadado. 

-Sí, sí. Pues este pirata me trato mejor que la mayoría de los reyes y reinas.

-Esta bien, ¿quién soy yo para juzgar?

-Un rey con un culo repleto de pen...-La mano de Harry tapo su boca riendo incomodo. 

-Killian, por favor-Rió negando.

-Lo siento, precioso.-sonrió bromeando. 

-¿Vamos a hablar de como atacar a tu padre o pasaran su tiempo coqueteándose?

-Ay alfas, alfas. Siempre queriendo la atención de un omega sobre ellos.-Harry sonrió, sacando de su bolso un mapa- Como verán, solo estamos nosotros tres y no, no haremos un trió Garfio. David debe estar por llegar-susurro mirando la ventana, escuchando tres golpes suaves y pronto, el rubio entro con una sonrisa- justo como les dije, ahora estamos todos. Los llame porque ustedes son los que mejor saben usar las espadas. Y deben aprender a saber como atacan los otros porque irán juntos en una esquina. 


 Fue a las tres de la mañana que ambos entraron a la habitación del castillo,  el alfa movio sus hombros para hacer tronar los huesos de su espalda. Mientras que el omega quitaba cada prenda de su cuerpo para colocarse una bata de seda negra, marcando cada parte de su cuerpo, en especial aquellas largas y delgadas piernas. 

-¿Estas bien de los golpes?-señalo su rostro, donde quedaron pequeñas marcas que estaban yéndose de aquellos vidrios que lo cortaron la semana pasada, a pesar de que aquel mosntruo se había alejado y no sabían nada de Rumplelstiltskin, el alfa se mantuvo cuidando sus cortes e intentando hacerlo sentir comodo.

-Sí, gracias por salvarme rey, no se que haría sin usted últimamente- sonrió coqueto para darse vuelta y verlo a los ojos.

-Así que... tuvo un amorío con un pirata-sonrieron al mismo tiempo. 

-Sí alfa-sonrió dando pasos seguros hacia el cuerpo del alfa, acariciando sus hombros por arriba del traje con una sonrisa coqueta observando los ojos azules del joven quien mantenía una mirada seria- mmm alfa, no se ponga celoso por favor-susurro bajando sobre sus rodillas acariciando todo el cuerpo del joven para volver a subir y mostrarle su cuello, mostrando que entre ambos Louis tenía el mando, que se lo  otorgaba.

-¿Qué hace, príncipe?-susurro calmado, pero su erección lo delataba, y sus manos traviesas que se colocaron en su cintura sobre la tela.

-Le muestro lo sumiso que puedo ser si usted lo desea-susurro dando vuelta para pegar su trasero contra la pelvis del chico- lo sumiso que puedo ser-susurro moviendo sus caderas lentamente, sonrió al sentir las manos del alfa sobre su cintura con más fuerza que antes, apretando levemente y soltando exquisitas feromonas, Harry soltó un ronroneo para darse vuelta y mostrarle su cuello de nuevo. La nariz del alfa comenzó a acariciar su piel blanca sin apartar sus manos de su cintura, olfateándolo sin miedo.-Pero debe saber alfa, que aun que tenga la marca de sus dientes sobre mi piel. No tengo dueño-susurro alejándose para abrir los cubrecamas y recostarse con una enorme sonrisa.

Alfa, te tengo entre mis dedos.

-Por supuesto, porque eres un humano no un objeto-lo miro serio acostándose a su lado, el príncipe sonrió para tomarlo por las mejillas y unir sus labios en un lento beso.


Once Upon A Time           -OMEGAVERSE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora